jueves, 19 de febrero de 2009

Los débiles contraatacan

Texto de la semana Hechos 1:8
Menú completo Hechos 9

¿Habrá alguna victoria mayor que la de convertir a un enemigo en un fiel aliado? El mayor enemigo que tiene la iglesia en este tiempo es Saulo. Él asolaba la iglesia; entrando casa por casa, arrastraba a hombres y mujeres y los enviaba a la cárcel (8:3). ¿Por qué no se les ocurre a los cristianos mandar un par de espadachines o tal vez unos sicarios y con eliminar a un solo hombre estarán a salvo de esa persecución? La verdad es que se está realizando un plan para eliminar la amenaza de Saulo. El mismo General del ejército cristiano se encarga de la operación. Lo hace a su manera. El que oró, Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen, ahora tiene pensado el perdón y el reclutamiento de un enemigo que persigue a la iglesia por ignorancia (1 Timoteo 1:13).
El soldado de a pie, Ananías (Hechos 9:13), no está muy convencido del método, pero, siendo soldado, obedece, y entra en la historia de la iglesia como el creyente que evangelizó al Apóstol Pablo. A propósito ¿te has fijado como Dios le anima a Saulo diciéndole la buena recepción que va a tener (Hechos 9:16)? Me equivoco. Léelo tú y corrígeme. Parece que la comodidad y la popularidad no necesariamente acompañan a los soldados de Jesús. 
A Pablo le han puesto las pilas. No parará ya. Se inicia una de las historias más brillantes de la iglesia cristiana. Los discípulos no tenían que saber fechas. Ananías no tenían que saber toda la historia con antelación. Sólo obedecer y recibir poder.
¿Me animo a escuchar a Dios?

No hay comentarios:

Publicar un comentario