viernes, 5 de marzo de 2010

Un Nuevo Imperio

El gran imperio de Babilonia floreció bajo Nabucodonosor. Luego sucedió la alianza medo-persa, seguida de Grecia y después el imperio romano. Todo esto fue anunciado muchos años antes en el libro de Daniel. Ese anuncio incluía otro imperio final destinado a llenar toda la tierra. "El Dios del cielo levantará un reino que jamás será destruido" (Daniel 2:44). Juan Bautista y luego Jesús mismo vinieron anunciando el Reino de Dios.

Pablo hace mucha mención del Reino de Dios, por ejemplo, Colosenses 1:13
Porque El nos libró del dominio de las tinieblas y nos trasladó al reino de su Hijo amado.

Es curioso que el libro de los Hechos termina estando Pablo preso en Roma. Justo después tenemos su epístola a los Romanos. ¡Quién hubiese pensado que este hombre está en la vanguardia de un movimiento que va a eclipsar al Imperio Romano y todas las demás potencias!

Vemos en las epístolas de Pablo y demás apóstoles en qué manera Dios consolida ese reino que inauguró Jesús.

martes, 2 de marzo de 2010

Despertando nuestra memoria

    Cuando Pablo, hablando con los presbíteros de la iglesia de Éfeso, dice que en 3 años les ha compartido todo el consejo (o propósito) de Dios, (Hechos 20:26-32) podemos entender que él realizó en esa ciudad una obra completa. Sin embargo, a esa iglesia y a unas cuantas más se vio obligado luego a escribir epístolas para completar y corregir y consolidar la obra que empezó. Si los creyentes hubiesen estado más dispuestos a la obediencia, Pablo no habría tenido que dedicar tanto tiempo a escribir después de darles todo el plan de Dios. Pero como fruto de esa labor, nosotros, que nos parecemos mucho a ellos, ahora tenemos las epístolas de Pablo y Juan y Pedro etc. para guiarnos. Necesitamos, como dice Pedro, (2 Pedro 3:1-2) que nos despierten y nos traigan a la memoria lo que ya hemos oído.
    Te propongo una lectura diferente, de las epístolas del Nuevo Testamento. Pienso que ya las has leído varias veces, desde Romanos hasta Judas. Esta vez vamos a combinar la lectura por temas. Empezaremos con la introducción a Romanos y la contrastaremos con las otras epístolas. Seguiremos por temas; por ejemplo veremos la enseñanza sobre la familia en las varias epístolas de Pablo y de Pedro. Va a ser una lectura completa, incluyendo cada versículo. Hemos tenido 3 meses en los evangelios, 1 en Hechos y ahora serán unos 3 meses en las epístolas, dejando el Apocalipsis para después.
    ¿Te animas? No va a ser una lectura teórica. Todo nos servirá para preparación y alimento como ejército de Jesús. En especial veremos las armas y la armadura que represesenta cada texto. Aunque especificaremos una lectura para cada día, puedes disfrutar ya catando la introducción a Romanos, Corintios, 1 Juan, etcétera.

domingo, 28 de febrero de 2010

El animador cobra ánimo


    Cuando Jesús tuvo que luchar sólo en oración porque los discípulos dormían, vino un ángel y le fortaleció (Lucas 22:43). Pablo en momentos de extrema angustia recibía también toques directos del Señor. Pero muchas veces nos corresponde a nosotros animarnos los unos a los otros. Y esto no se hace siempre diciendo, “Animo, hermano”, sino por la forma en que nos tratamos los unos a los otros. A veces podemos servir de ánimo simplemente estando allí.
    Cuando los hermanos tuvieron noticia de nuestra llegada, vinieron ... a recibirnos ..; y cuando Pablo los vio, dio gracias a Dios y cobró ánimo (v 15). Después de años de persecución y cárcel y el reciente naufragio, lo que necesita el apóstol es calor humano. Aquí sucede en dos etapas. Primero, en el puerto, disfruta de la hospitalidad de los hermanos durante 7 días. Luego sigue a Roma, y nada mas saber que ha llegado Pablo, salen los creyentes a su encuentro. Veterano de tantas luchas, lo que necesita ahora es que se le devuelva un poco de ese amor que ha repartido por tantos lugares. Hará unos 4 años que escribió a estos mismos romanos, Deseo veros, para comunicaros algún don espiritual, a fin de que seáis fortalecidos; esto es, para ser mutuamente confortados por la fe que nos es común a vosotros y a mí (Romanos 1). Resulta que el primero que necesita ese consuelo es el apóstol. No esperes a que te animen. Tal vez la persona que menos piensas, está necesitando que le animes hoy. Y como Pablo, se levantará y continuará su ministerio.
¿Cómo puedo usar mis dones para animar?