sábado, 19 de diciembre de 2009

Soluciones para todo

Lectura cronológica 80 en los evangelios
     El extraño equipo de Los principales sacerdotes y los fariseos (siempre enfrentados por sus creencias) ya se ha puesto de acuerdo para sentenciar a Jesús a muerte (Juan 11:53). Parece una solución razonable frente a una amenaza tan seria. Pero ahora se enfrentan con un nuevo tema, que viene siendo la comidilla del pueblo: un vecino del pueblo de Betania salió vivo de su tumba cuando Jesús le llamó. Solución, rematar a Lázaro (Juan 12:10).
     He seleccionado esta breve lectura sin combinarla con otros textos, con el fin de centrarnos en una comprensión de quiénes pueden ser enemigos de Jesús. Estos dos grupos representan la flor y nata del pueblo elegido de Dios.
     Los principales sacerdotes aportan un pedigrí que asciende hasta Aarón el hermano de Moisés. Son los que se encargan del sacrificio diario en el templo. Son los que en el solemne Día anual de la Expiación (Levítico 23:27) llevan la sangre del sacrificio hasta el mismo propiciatorio en el lugar santísimo. Antes y después de tener Israel sus reyes el sumo sacerdote era la máxima persona de referencia en esta teocracia.
     Los fariseos en sus orígenes eran los defensores de la ley de Dios. Ellos ponían la solución al problema de siempre, del abandono de su Dios por parte de Israel, para seguir otros dioses. Ser fariseo significaba afirmar la lealtad al único Dios y sus instrucciones para su pueblo. En contraste con los principales sacerdotes, que se han politizado, los fariseos reclaman un Israel puro y comprometido con la ley de Moisés
     Cuando el pueblo busca autoridad, la encuentra en estos dos grupos. Para nosotros es obligatorio recordar la máxima, El poder corrompe. Recelosos de su poder (que utilizaban para ganancia personal), han llegado a la normativa de barrer como puedan a cualquier individuo que se interponga, pero sin dejar de presentarse como representantes de Dios. De ahí su peligro. Satanás se presenta como ángel de luz (2 Corintios 11:14).
     Yo pido a Dios para los que ejercéis alguna autoridad en la iglesia, que os mantenga humildes y en dependencia de él para todo.

viernes, 18 de diciembre de 2009

Bendiciendo de paso

Lectura cronológica 79 en los evangelios
Mateo 20:29-34; Mar 10:46-52; Lucas 18:35-19:28

     Jericó no es el destino. Jesús va a Jerusalén para terminar su obra. Algunos piensan (Lucas 19:11) que está a punto de establecerse el Reino de Dios. Esta lectura relata el ministerio de Jesús en Jericó: curación de ciegos, conversión de Zaqueo y una comida donde los comensales escuchan consejos sobre las inversiones. Aunque él tiene muy presente el sufrimiento que le espera (Lucas 18:31), ese peso no le impide repartir bendiciones por donde va. Es como el peregrino del Salmo 84, que mientras va llegando a Sion es capaz de convertir el valle de lágrimas en manantial de salud. Esto es algo que yo deseo, que por mucho que vaya cargado de cosas del futuro o por penas propias, no por eso deje de servir de bendición hoy para las personas con las que Dios me ha puesto.

     De hecho, todo este viaje desde Galilea ha sido un tiempo muy intenso. Jesús sabe aprovechar las horas que el Padre le da para trabajar.
     La enseñanza que da (Lucas 19:11-27) está pensada para enseñar paciencia y diligencia. Porque aunque el Reino de Dios está entre nosotros (Lucas 17:21), no hay que esperar como parece que es el caso de algunos, que con una varita mágica todo se va a enderezar. Cada siervo del Rey tiene una responsabilidad. Llegará el día de saldar las cuentas y a cada uno de nosotros Dios preguntará qué es lo que hemos hecho con lo que ha puesto en nuestras manos. Del tesoro que este hombre da a sus siervos no hay ninguna parte para jugar con ello aparte. No, todo lo que nos da es para invertir. Esto me dice que tengo que saber bien qué es lo que el Señor ha puesto en mis manos y en qué forma utilizarlo mejor, para cumplir con sus palabras, Negociad con esto hasta que yo regrese.

jueves, 17 de diciembre de 2009

Esta vez sí

Lectura cronológica 78 en los evangelios
Mateo 20:17-28; Mar 10:32-45; Lucas 18:31-34

     Jesús va delante cual intrépido caudillo. Como muchas veces ha llevado a sus discípulos a Jerusalén, a la "cueva de ladrones" (Marcos 11:17). Y muchas veces se ha enfrentado con los poderes allí, desde esa primera ocasión cuando hizo limpieza en el templo (Juan 2:15). Hasta ahora no han cumplido sus amenazas de matarle pero esta vez será diferente.
     El enfoque de Jesús, según Lucas, no es, "parece que esta vez no me puedo escapar", sino que se cumplirán todas las cosas que están escritas sobre el Hijo del Hombre. Jesús deja muy claro a dónde lleva su sufrimiento y muerte. Al tercer día resucitará. Como en las ocasiones anteriores cuando Jesús compartía este anuncio, los discípulos no entienden y avanzan con miedo y perplejidad. Lo de la resurrección queda fuera de sus parámetros. Aunque han visto levantarse muertos, siempre hubo un Jesús vivo presente para que ocurriese. Veremos como se desmoronan cuando vean al Centro de todas sus esperanzas sangrar hasta quedar inerme. Este viaje a Jerusalén servirá para que los aprendices, los discípulos, lleguen a aprender la mayor lección de su entrenamiento, el poder de la resurrección. Yo pido a Dios, como pide Pablo (Efesios 1:18-23) que el Espíritu de Dios nos revele esta verdad. El poder de la resurrección es nuestra.
     No sé como Santiago y Juan con su madre elijan ese preciso momento para solicitar ser ministros en el gobierno de Jesús. Tal vez se hayan animado con el tema de la resurrección. Me imagino que ya sabes de memoria la conclusión de Jesús en Mateo 20:27-28. Una de las mejores formas de usar tu tiempo hoy podría ser que te apuntes este texto en un papelito y lo repases varias veces durante el día.

miércoles, 16 de diciembre de 2009

DEJAR

Lectura cronológica 77 en los evangelios
Mateo 19:16-20:16; Mar 10:17-31; Lucas 18:18-30

     Los 3 evangelistas nos cuentan que se trata de un hombre rico. Mateo aclara que es joven, y Lucas especifica que es un hombre prominente, un dignatario, la misma palabra que se traduce "magistrado" en Lucas 12:58. Aquí le vemos de rodillas ante Jesús, muy preocupado por su futuro. Al seguir leyendo nos damos cuenta que está pillado en la batalla entre los 2 señores (Lucas 16). Jesús le ama. Y le da el mejor consejo posible. La forma de asegurar de que no esté sirviendo a Don Dinero es eliminarlo de su vida.
     Jesús aprovecha la ocasión y nos informa de lo difícil que es para un rico entrar en el Reino de los Cielos (¡Qué contraste con lo de los niños! Así que, parece que una ventaja que tienen los niños es que no se han interesado por el dinero todavía.) Las conclusiones de los discípulos son interesantes. Cuando Jesús enseñaba sobre la permanencia del matrimonio, ellos decidieron que no convenía casarse. Ahora que ven como las riquezas impiden la entrada en el Reino de los Cielos cuestionan si es posible que alguien se salve. La respuesta de Jesús es muy parecida a la del ángel a María: para Dios no hay nada imposible. Una virgen puede quedar embarazada y un rico puede superar el lastre de sus posesiones.
     En Mateo 19:29-30 y Marcos 10:29-30 y Lucas 18:29-30 encontramos resumida La Economía del Reino. Lo que nos corresponde a nosotros es DEJAR, soltar, renunciar posesiones físicas y familiares. Es la única manera de conseguir que Dios se encargue. La garantía no está mal. Tendremos lo que haga falta y de sobra. Marcos capta un elemento esencial, que es la persecución. El Rey Jesús no es como el rey David, que con su despliegue militar garantizaba el distanciamiento de los enemigos. El Reino que se inaugura garantiza la presencia del Rey en medio de la oposición y el sufrimiento.
     Mateo 20 se vincula con el c 19 con la palabra Porque. Jesús nos va a aclarar cómo algunos últimos llegarán a ser los primeros. Tienen razón los que se quejan de la injusticia del jefe (v 12). Yo les aconsejaría que se busquen el abogado del sindicato. Pero no quiero perder la enseñanza, que para mí es, DEJAR que Dios nos sorprenda, en vez de pleitear con él.

martes, 15 de diciembre de 2009

Dejad a los niños

Lectura cronológica 76 en los evangelios
Mateo 19:13-15; Marcos 10:13-16; Lucas 18:15-17

     Leí de un predicador que informó que se habían convertido una persona y media. Uno que le escuchaba pensaba que se trataba de un adulto y un niño, por tener menos valor el niño. Pero resulta que era al revés. El niño tenía toda una vida por delante para servir a Dios, pero al adulto le quedaba, como mucho, la mitad. Cuando Jesús dice, si no os convertís y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos (Mateo 18:3), pienso que no exagera. Él contrasta a los niños con los sabios e inteligentes (Lucas 10:21). La ocasión de esa exclamación fue el regreso de los 35 equipos tan contentos de haber experimentado el poder de Dios.
     Y ahora los discípulos están impidiendo que esos pequeños tengan acceso a su Rey. La instrucción es, Dejad que los niños se acerquen a mí. He querido dejar esta lectura así de breve para que pensemos en niños que conocemos y qué podemos hacer para facilitar que se acerquen a Jesús.

lunes, 14 de diciembre de 2009

Actuando para el futuro

Lectura cronológica 75 en los evangelios
Mateo 19:1-12; Marcos 10:1-12

     ¿Qué va a decir Jesús después de hablar del día en que el Hijo del Hombre será revelado? Empieza a enseñar (Lucas 18) la importancia de no abandonar la oración. La viuda que acude al juez en esta historia está pidiendo justicia. Cuando decimos Venga tu Reino, hágase tu voluntad como en el cielo, así también en la tierra, estamos en la misma línea, pidiendo que se establezca el único sistema de total justicia, que es el que preside Jesús. Esa justicia total se verá cuando Jesús regrese a la tierra. Mientras tanto, además de servirle con nuestro cuerpo como instrumentos de justicia (Romanos 6:13), estamos pidiendo, Ven, Señor Jesús (Apocalipsis 22:20).
     Es interesante como Jesús saca ejemplos de personas malas, como el desfalcador en Lucas 16 y ahora el juez injusto. Dios no es malo como este juez, porque él desea hacer justicia. Pero para hacerla está pendiente de nuestras oraciones. ¿Piensas que nuestra insistencia en pedir será un factor para acelerar el cumplimiento de la promesa de su regreso? Los cristianos tenemos una mano sobre el presente y otra sobre el futuro.
     A continuación la historia del cobrador de impuestos y el fariseo ilustra también que Dios da lo que pedimos. Uno no pide nada porque lo tiene todo, así que Dios no le da nada. El otro es un hombre necesitado, que pide y recibe.
     ¡Qué reducidos quedarían los evangelios sin los fariseos ¿verdad?! Podríamos verlos como nuestros representantes, haciendo las preguntas que no nos atrevemos a hacer. ¿Es posible que alguno de ellos esté buscando la verdad con sinceridad? Esta pregunta sobre el divorcio puede tener relación con las múltiples reglas que ellos hacían, incluyendo normas que facilitaban el divorcio. Hasta tal punto que los mismos discípulos (Mateo 19:10) ante las exigencias de Jesús opinan que va a ser mejor quedar solteros. Jesús aprovecha para exponer el modelo ideal de Dios: un hombre y una mujer, unidos por toda la vida. Cualquiera que haya sido nuestra experiencia antes de seguir a Jesús, esto es el ejemplo a tener en mente a partir de ahora. Sabemos que él perdona el pasado y que ese perdón precisamente nos fortalece para ya practicar sus enseñanzas. El matrimonio basado en el egoísmo no aguantará. Si no estamos dispuestos al sacrificio el uno por el otro, no lo llamemos amor.
     No entiendo del todo los versículos 10-12 de Mateo 19, pero posiblemente los eunucos sean no solamente los que han sufrido la emasculación física, sino también hombres que Dios ha permitido que no tengan deseos de mujer. Para ellos el matrimonio no es necesario. Lo importante es que vivan una vida limpia. Y no encuentro ningún comentarista del Nuevo Testamento que proponga lo que practicó Orígenes, que, según algún historiador se hizo castrar para seguir esta enseñanza. Lo que sí está claro es que toda esta lectura nos dice qué hacer hoy para tener un mañana mejor.

domingo, 13 de diciembre de 2009

Los que no entienden

Lectura cronológica 74 en los evangelios
Juan 11:45-54; Lucas 17:11-37

Hay que reconocer la constancia de los fariseos; en todo momento mantienen su oposición a Jesús. En un sentido hay que tenerles lástima. Forman parte del colectivo que va a incurrir la máxima culpabilidad. Tienen acceso a la Palabra de Dios. Están viendo al Mesías con sus grandes milagros a diario. Y se cierran contra todo lo que Dios les ofrece.
     De los que han visto la resurrección de Lázaro, algunos creen y otros van directamente las autoridades para decir, Jesús ha hecho de las suyas otra vez pero peor. Convocan asamblea y se afirman en la necesidad de matar, no sólo a Jesús, sino también a Lázaro. No saben que no pueden pelear contra Dios y no saben que el sumo sacerdote, saduceo que no cree en la resurrección, está siendo usado por Dios para decir una profecía significativo.

     A lo mejor no entendemos la falta de gratitud de los 9 leprosos sanados. Sin embargo, ¿quién de nosotros no cae en el mismo error? Esa negligencia me sirve para recordar que en el comienzo del camino que nos aparta de Dios está precisamente la ingratitud (Romanos 1:21). ¡Qué fácil es pasar por alto los rayos de calor de la bondad de Dios y asumir una actitud de queja y no de acción de gracias!

     ¿Cómo entiendes tú la enseñanza de Jesús en Lucas 17:20-37? Le preguntan sobre la venida del Reino, y él distingue entre el Reino, que está entre nosotros y el día del Señor, que será espectacular. Un buen texto para nuestra meditación hoy sería el versículo 33,  Todo el que procure preservar su vida, la perderá; y todo el que la pierda, la conservará. Que el Señor nos dé entendimiento sobre valores, como le dio a un conde ruso, que además de tener enormes riquezas, había alcanzado la máxima fama por sus escritos. León Tolstoi, autor de Guerra y Paz y Anna Karénina, se convirtió a la fe en Cristo, siendo ya mayor y muy famoso. Uno de los libros que escribió después llevaba el título, El Reino Está en Vosotros. El cambio que experimentó fue tan radical, que ya no quería cobrar sus escritos, y su intención fue entregar todo su patrimonio a los pobres.
     De alguna manera hoy nos enfrentaremos con la decisión de, agarrarnos a nuestra "vida", o perderla para un eterno beneficio.