sábado, 5 de junio de 2021

No hay diferencia


Aperitivo:  1 Juan 1
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    Este capítulo tan breve lo puedes leer en menos que dos minutos, y luego decir, ya he hecho mi lectura para hoy. O bien, puedes tomar el tiempo suficiente para disfrutar de uno de los mensajes más prácticos que Dios tiene para ti.

La iglesia siempre ha entendido que estas 3 cartas son del apóstol Juan, aunque en el video algunos entienden que se podría referir a otra persona. Verás, además, en el video, algunas cosas sobre 1 Juan que no sabías. Toma nota de la definición que da del amor, sacada del texto de la epístola. 




    Para entender las epístolas de Juan hay que notar sus “para que”. Él ha escrito esto para que nuestro gozo sea completo (v 4). En cuestión de segundos nos anuncia que Dios tenía un proyecto desde el principio, que él ha conocido personalmente, y en el que tú y yo podemos participar plenamente.

    Juan se presenta como uno que ha tocado a Jesús físicamente. Si todos tuviésemos que pasar por la misma experiencia, imagínate la cola que se formaría para tocar a Jesús. Pero Juan nos hace entender que lo que él experimentó no fue solamente para beneficio propio, sino para compartir, y que lo que va a compartir no pierde nada de lo que él recibió. Habla de comunión. Podemos tener comunión con él. La comunión que él tiene es directamente con el Padre y con su Hijo Jesucristo. La palabra "comunión" en el griego original viene otra palabra que significa "socios". De una manera profunda somos socios de los apóstoles y de Dios mismo. Implica una gran amistad.

    Los 12 apóstoles fueron elegidos para conocer a Jesús y ser testigos para el mundo de lo que conocieron. Si la transmisión de ese mensaje se hace de una forma meramente humana, entonces lo que Juan dejó comunicado a sus discípulos sería sólo parcial. Luego, lo que éste transfirió a sus propios discípulos quedaría en menos de lo que él recibió, de modo que el conocimiento llegaría a nuestro tiempo muy diluido. Pero lo que escribió Juan va acompañado de un toque divino que llega directamente a nuestro espíritu. La relación con Jesús no es en la carne, sino en el espíritu. 

    PUEDES TENER LA MISMA RELACIÓN CON JESÚS QUE TUVO JUAN. Él era un pecador que tuvo que confesar sus pecados. Al hacerlo, quedó totalmente limpio. Cuando nosotros confesamos nuestros pecados (v 9), quedamos igualmente limpios y santos.

¿Le he dado gracias a Dios por la comunión con él?



viernes, 4 de junio de 2021

Destino final

 

Aperitivo:  2 Pedro 3:8-12

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    Pedro el pescador tendría un aprecio especial por la magnitud de los desastres ecológicos producidos por los derrames de petróleo en nuestras costas. Nadie como las personas que viven del mar sentiría así el gran valor de las aguas. Ahora Dios pone en boca de Pedro las palabras, “La tierra, que proviene del agua y por el agua subsiste” (v 5). Un ejemplo de esto es la investigación reciente que indica que dos tercios de nuestro oxígeno es producido por organismos acuáticos.

    No es justo que haya que fregar cada piedra de la playa por un accidente causado por la codicia humana, y que con todo eso no se pueda restaurar las cosas como antes. Pero sabemos que la única justicia total vendrá cuando la injusticia sea extirpada. Esperamos cielos nuevo y tierra nueva en los cuales mora la justicia (v 13). El protagonista final no será el agua, sino el fuego. Cuando el mundo pasó por el diluvio, pudo brotar nueva vida de la misma tierra. Pero esta vez todo lo material ha de purificarse.

    Ha pasado tanto tiempo, que podríamos dudar del cumplimiento de las palabras de Jesús. Pero Pedro nos da una clave que conviene que asimilemos lo mejor posible, y sobre todo que creamos. Nos permite ver las cosas desde el punto de vista de Dios. Él no está limitado por el tiempo como nosotros. Para Él un día es como mil años. Cuando decida actuar, puede comprimir el progreso de 1000 años en un día. Pero luego, mil años son como un día. Mientras la tierra da mil vueltas al sol, para Dios es como una vuelta que da la tierra sobre su eje. Es el Dios de la paciencia.

    Su paciencia tiene un solo objeto, el mismo objeto por el que estuvo dispuesto a sacrificar a su Hijo. No quiere que nadie perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento (v 9). Su paciencia es para salvación (v 15). Cuando decimos “Hágase tu voluntad en la tierra, estamos pidiendo la salvación de los que no le conocen.

¿Cómo debemos andar (v 11)?


jueves, 3 de junio de 2021

Cuando sucede lo peor

 
Aperitivo:  2 Pedro 2:9-11
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    Pedro ahora se vuelve profeta y pinta una escena de lo más desoladora. Habla de maestros en la iglesia que practican el libertinaje y arrastran a muchos creyentes detrás de ellos. Tienen los ojos llenos de adulterio, están habituados a la codicia, y son hijos de maldición.

    Aunque tamañas tragedias pueden ocurrir en cualquier época, podemos notar ciertos momentos históricos cuando estos detalles eran la norma. Me vienen a la mente los tiempos de los Médici, cuando el predicador Girolamo Savonarola fue quemado por anunciar la verdad y denunciar el papado y todo su séquito. Ha habido sectas en nuestro tiempo como los Niños de Dios, que seguían al que antes había sido un predicador evangélico y que llevó a multitud de jóvenes a la prostitución masiva.

    En medio de esta desgarradora descripción nos da Pedro una promesa sólida: “El Señor sabe librar” (v 9). Lot fue librado por ángeles de la inmundicia de Sodoma (incluso reconociendo que él tampoco fue un testimonio brillante).

    En todo tiempo Dios tiene escondidos a los suyos, que son los que no se dejan arrastrar. El Señor ha dado su garantía personal y ha puesto salvaguardas, para no tener que repetir el castigo universal del diluvio. Primero eligió a Abraham por dar una garantía de continuidad (Génesis 18:19). Luego con el establecimiento de la iglesia entre todas las razas, el Espíritu Santo va cuidando de que la luz del evangelio no se ahogue, sino que en algún lugar se mantenga una llamita, por tenue que sea.

    En el siguiente capítulo veremos de lo que es capaz la paciencia de Dios por amor a esta humanidad rebelde.

¿Quiero aprovechar el poder de Dios para librar a los piadosos?

miércoles, 2 de junio de 2021

Una persona normal

 
Aperitivo:  2 Pedro 1:1-11
Menú completo:  2 Pedro 1

     En esta carta Pedro no se dirige a los “expatriados”, sino a los que han alcanzado una fe de igual valor que la suya. Sí, hermano, tu fe vale igual que la de Pedro. Él fue pescador, tú serás panadero o reportero u obrero, y puedes estar seguro de que Pedro no tiene ninguna ventaja sobre ti. Lo dice él mismo. Lee con detenimiento el v 1 y el 3. Lee también 1 Juan 1:3 para que veas que puedes codearte con los apóstoles.

     La 2ª epístola de  Pedro es un testamento, un legado. Sabe que va a morir pronto (v 14). San Pedro apóstol es una persona normal. Lo que él tiene es lo que Dios le ha dado. Lo que Dios le ha dado a él es para cualquier cristiano normal. Una de las cosas que destaca en la elección de los apóstoles de Jesús es precisamente su falta de cualidades especiales, menos una, la total entrega al Señor.

     Desde luego, Pedro tuvo privilegios especiales. Lo que quiere constatar es que esos privilegios no le hacen a él superior. Sí, pudo ver la gloria de Cristo en el monte de la transfiguración (v 18). Pero tiene algo más grande que eso, la palabra de los profetas (v 19) por escrito. Da la casualidad de que tú y yo también tenemos esas palabras escritas. Mediante esas promesas nosotros, tú y yo, llegamos a ser participantes de la naturaleza divina.

     Veremos en este testamento del apóstol como nos vincula con todos los recursos, recomendándonos la lectura de las epístolas de Pablo en los últimos versículos.

     Sí, los apóstoles son personas normales. Por eso nos sirven como cimiento para la iglesia, para que multitud de personas normales estén edificadas encima. La hermosura de este edificio compuesto por millones de personas normales es nuestro principal atractivo. Reflejamos la gloria de Jesús.

¿Veo hasta donde puedo llegar?


martes, 1 de junio de 2021

Viva la diferencia


Aperitivo:  1 Pedro 5:1-6
Menú completo: 1 Pedro 5

    Al llegar al capítulo 5, me estoy dando cuenta de que tenemos aquí un perfecto ejemplo de lo que hemos visto en los capítulos anteriores. Somos de otro país, nuestras normas son diferentes, y tenemos que cuidar de no incorporar en la iglesia los métodos del mundo. Empezando con los responsables de la iglesia, Pedro advierte respecto a dos cosas que vemos comúnmente en la política: el abuso del poder y la corrupción.

    La obediencia a los pastores ha de ser voluntaria. No se les concede ningún látigo para obligar a los fieles. Tienen que conseguir el respeto de la congregación como lo consiguió Jesús, mediante la excelencia de su carácter. El único pastor válido es el que pone ejemplo (v 3). Esto nos pone en una posición de debilidad porque no disponemos de ninguna amenaza para los desobedientes. No les podemos quitar el trabajo o rebajarles el sueldo o meterles en la cárcel. Estamos limitados a la misma autoridad que tenía Jesús. Tenemos las mismas armas que tenía Pablo quien dijo a los responsables de Éfeso que durante 3 años no había dejado de amonestar con lágrimas a cada uno (Hechos 20:31).

    Tampoco podemos hacer como algunos políticos, que ven su influencia como mercancía para vender al mejor postor. No veo otra manera de ser un auténtico ejemplo, aparte de mantener un nivel material sencillo. Así demostramos que, efectivamente, somos ciudadanos del cielo.

    El adversario intentará que se cuelen en la iglesia los métodos del mundo. Quiere que los jóvenes se fíen más de sus estudios que del poder de Dios, que los mayores se acomoden y disfruten de las cosas de este siglo. Entonces (v 8) nos podrá devorar. Debido a que el diablo no descansa tenemos que velar continuamente.

¿Aprecio la diferencia entre la Iglesia y la sociedad?


lunes, 31 de mayo de 2021

Armas superiores


Aperitivo:  1 Pedro 4:1-7
Menú completo:  1 Pedro 4

     La potencia del armamento moderno se nos escapa a nuestra capacidad mental. Entre cabezas nucleares, armas químicas y biológicas y el hacking de internet, la humanidad nunca ha visto semejante posibilidad de destrucción mutua. Con tanta amenaza, los cristianos tenemos que armarnos también. Pedro nos dice aquí cómo hacerlo. Es una fórmula probada. La conquista que ha realizado Cristo aprovechó unas armas superiores a todas las demás. Se trata del padecimiento en la carne. Así fue como venció toda maldad y terminó con el pecado (v 1).

    Para que nosotros hagamos uso de estas armas, se necesita primero un rearme mental. Tenemos que armarnos del mismo pensamiento. Nuestra mentalidad normal cuenta con el poder del dinero, los enchufes, y la inteligencia y hasta la fuerza bruta y la prepotencia. Necesitamos tener muy claro el poder del sacrificio. No todos podemos hacernos fuertes según los cánones del mundo, pero sí todos podemos hacernos débiles como hizo Jesús. Si existe un arma que sea especialidad de los débiles, es algo que nos interesa mucho. Este capítulo empieza con el padecimiento de Cristo y termina con los que padecen según la voluntad de Dios, con varias referencias a través del texto hasta el siguiente capítulo. El padecimiento es un arma basada en un poder desconocido. Nadie esperaba verle a Jesús resucitar. Nadie esperaba ver al millón de cristianos chinos multiplicarse por 50 o 100 bajo la presión de Mao. Nadie conoce la fuerza que se liberará cuando nos armemos de esta mentalidad.

    No hay que buscar el sufrimiento. Los vss 12-16 aclaran que es automático cuando seguimos a Cristo. Pablo dice enfáticamente en 2 Tim 3:12 que todos los que viven conforme a la voluntad de Dios sufrirán persecución. Jesús lo advirtió también en la última cena (Juan 16:1-2). La cuestión es si estamos armados.

¿Qué armas me atraen más?


domingo, 30 de mayo de 2021

En todos los ámbitos

 

Aperitivo (Lectura mínima): 1 Pedro 3:1-13

Menú completo:  1 Pedro 3

    Nuestro testimonio ante la sociedad - sometiéndonos a toda institución humana (1 Pedro 2:13) encierra un principio importante: cuando nos sometemos, abrimos la posibilidad de que Dios obre. Hemos escuchado maravillosos testimonios de esposas cuyos maridos han sido ganados para el evangelio después de un largo tiempo de resistir la influencia de Dios. La clave ha sido el amor incondicional de la esposa. Ellas no han predicado a sus maridos, no han exigido, sino que han practicado la sumisión y el respeto que vemos en 1 Pedro 3:1,2. Tampoco han sido un felpudo. La persona que sabe que es hija de Dios y conoce el amor de Dios tiene una autoestima admirable. Esta confianza es irresistible y obliga a los demás a respetarnos.

    Creo que algo así tenía Nelson Mandela cuando estaba en la cárcel en Sudáfrica. Los funcionarios blancos, a la fuerza, le llamaban el señor Mandela.

    Todos los maridos creyentes han de darse cuenta de una cosa: están puestos para proteger a su esposa de los golpes que puedan agredirla. Ella es el vaso frágil. Las amenazas exteriores a lo mejor al marido no le asustan, pero ella necesita saber que él está allí para ella. Esto no se consigue mediante la bravuconería, sino mediante la sabiduría. Hay que vivir con ellas sabiamente (v 7). Cada reto a la armonía matrimonial, a la seguridad de los hijos, a la estabilidad económica, es una oportunidad para consultar con otros creyentes con experiencia, examinar principios bíblicos y tomar decisiones que servirán para afirmar nuestro matrimonio. Pedro cuenta con que cada matrimonio cristiano aproveche al máximo la oportunidad de orar juntos. El saber que Dios nos escucha (v 12) da a nuestro matrimonio una enorme firmeza.

¿Conozco los principios de Dios para tomar decisiones?