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39. Cura a un leproso y, huyendo de la popularidad, se retira al desierto.
Mat 8:1-4
1 Y
cuando bajó del monte, grandes multitudes le seguían.
2 Y
he aquí, se le acercó un leproso y se postró ante El, diciendo: Señor, si
quieres, puedes limpiarme.
3 Y
extendiendo Jesús la mano, lo tocó, diciendo: Quiero; sé limpio. Y al instante
quedó limpio de su lepra.
4
Entonces Jesús le dijo*: Mira, no se lo digas a nadie, sino ve,
muéstrate al sacerdote y presenta la ofrenda que ordenó Moisés, para que les
sirva de testimonio a ellos.
Mar 1:40-45
40
Y vino* a El un leproso rogándole, y arrodillándose le dijo: Si quieres,
puedes limpiarme.
41
Movido a compasión, extendiendo Jesús la mano, lo tocó, y le dijo*:
Quiero; sé limpio.
42
Y al instante la lepra lo dejó y quedó limpio.
43
Entonces Jesús lo amonestó severamente y enseguida lo despidió,
44
y le dijo*: Mira, no digas nada a nadie, sino ve, muéstrate al sacerdote
y ofrece por tu limpieza lo que Moisés ordenó, para testimonio a ellos.
45
Pero él, en cuanto salió, comenzó a proclamarlo abiertamente y a
divulgar el hecho, a tal punto que Jesús ya no podía entrar públicamente en
ninguna ciudad, sino que se quedaba fuera en lugares despoblados; y venían a El
de todas partes.
Lucas 5:12-16
12
Y aconteció que estando Jesús en una de las ciudades, he aquí, había
allí un hombre lleno de lepra; y cuando vio a Jesús, cayó sobre su rostro y le
rogó, diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme.
13
Extendiendo Jesús la mano, lo tocó, diciendo: Quiero; sé limpio. Y al
instante la lepra lo dejó.
14
Y El le mandó que no se lo dijera a nadie. Pero anda--le dijo--,
muéstrate al sacerdote y da una ofrenda por tu purificación según lo ordenó
Moisés, para que les sirva de testimonio.
15
Y su fama se difundía cada vez más, y grandes multitudes se congregaban
para oírle y ser sanadas de sus enfermedades.
16
Pero con frecuencia El se retiraba a lugares solitarios y oraba.