sábado, 15 de diciembre de 2018

¿Quién se condena y quién se salva?

15-dic

Jua 8:1-11  Pero Jesús se fue al Monte de los Olivos.
2  Y al amanecer, vino otra vez al templo, y todo el pueblo venía a El; y sentándose, les enseñaba.
3  Los escribas y los fariseos trajeron* a una mujer sorprendida en adulterio, y poniéndola en medio,
4  le dijeron*: Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo del adulterio.
5  Y en la ley, Moisés nos ordenó apedrear a esta clase de mujeres; ¿tú, pues, qué dices?
6  Decían esto, probándole, para tener de qué acusarle. Pero Jesús se inclinó y con el dedo escribía en la tierra.
7  Pero como insistían en preguntarle, Jesús se enderezó y les dijo: El que de vosotros esté sin pecado, sea el primero en tirarle una piedra.
8  E inclinándose de nuevo, escribía en la tierra.
9  Pero al oír ellos esto, se fueron retirando uno a uno comenzando por los de mayor edad, y dejaron solo a Jesús y a la mujer que estaba en medio.
10  Enderezándose Jesús, le dijo: Mujer, ¿dónde están ellos? ¿Ninguno te ha condenado?
11  Y ella respondió: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Yo tampoco te condeno. Vete; desde ahora no peques más.

Jua 8:12-24
12  Jesús les habló otra vez, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.
13  Entonces los fariseos le dijeron: Tú das testimonio de ti mismo; tu testimonio no es verdadero.
14  Respondió Jesús y les dijo: Aunque yo doy testimonio de mí mismo, mi testimonio es verdadero, porque yo sé de dónde he venido y adónde voy; pero vosotros no sabéis de dónde vengo ni adónde voy.
15  Vosotros juzgáis según la carne; yo no juzgo a nadie.
16  Pero si yo juzgo, mi juicio es verdadero; porque no soy yo solo, sino yo y el Padre que me envió.
17  Aun en vuestra ley está escrito que el testimonio de dos hombres es verdadero.
18  Yo soy el que doy testimonio de mí mismo, y el Padre que me envió da testimonio de mí.
19  Entonces le decían: ¿Dónde está tu Padre? Jesús respondió: No me conocéis a mí ni a mi Padre. Si me conocierais a mí, conoceríais también a mi Padre.
20  Estas palabras las pronunció en el lugar del tesoro, cuando enseñaba en el templo; y nadie le prendió, porque todavía no había llegado su hora.
21  Entonces les dijo de nuevo: Yo me voy, y me buscaréis, y moriréis en vuestro pecado; adonde yo voy, vosotros no podéis ir.
22  Por eso los judíos decían: ¿Acaso se va a suicidar, puesto que dice: "Adonde yo voy, vosotros no podéis ir"?
23  Y Jesús les decía: Vosotros sois de abajo, yo soy de arriba; vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo.
24  Por eso os dije que moriréis en vuestros pecados; porque si no creéis que yo soy, moriréis en vuestros pecados. 

viernes, 14 de diciembre de 2018

Formas de escapar de la persecución


14-Dic
Juan 7: 24-53
24  No juzguéis por la apariencia, sino juzgad con juicio justo.
25  Entonces algunos de Jerusalén decían: ¿No es éste al que procuran matar?
26  Y ved, habla en público y no le dicen nada. ¿No será que en verdad los gobernantes reconocen que este es el Cristo?
27  Sin embargo, nosotros sabemos de dónde es éste; pero cuando venga el Cristo, nadie sabrá de dónde es.
28  Jesús entonces, mientras enseñaba en el templo, exclamó en alta voz, diciendo: Vosotros me conocéis y sabéis de dónde soy. Yo no he venido por mi propia cuenta, pero el que me envió es verdadero, a quien vosotros no conocéis.
29  Yo le conozco, porque procedo de El, y El me envió.
30  Procuraban, pues, prenderle; pero nadie le echó mano porque todavía no había llegado su hora.
31  Pero muchos de la multitud creyeron en El, y decían: Cuando el Cristo venga, ¿acaso hará más señales que las que éste ha hecho?
32  Los fariseos oyeron a la multitud murmurando estas cosas acerca de El, y los principales sacerdotes y los fariseos enviaron alguaciles para que le prendieran.
33  Entonces Jesús dijo: Por un poco más de tiempo estoy con vosotros; después voy al que me envió.
34  Me buscaréis y no me hallaréis; y donde yo esté, vosotros no podéis ir.
35  Decían entonces los judíos entre sí: ¿Adónde piensa irse éste que no le hallemos? ¿Será acaso que quiere irse a la dispersión entre los griegos y enseñar a los griegos?
36  ¿Qué quiere decir esto que ha dicho: "Me buscaréis y no me hallaréis; y donde yo esté, vosotros no podéis ir"?
37  Y en el último día, el gran día de la fiesta, Jesús puesto en pie, exclamó en alta voz, diciendo: Si alguno tiene sed, que venga a mí y beba.
38  El que cree en mí, como ha dicho la Escritura: "De lo más profundo de su ser brotarán ríos de agua viva."
39  Pero El decía esto del Espíritu, que los que habían creído en El habían de recibir; porque el Espíritu no había sido dado todavía, pues Jesús aún no había sido glorificado.
40  Entonces algunos de la multitud, cuando oyeron estas palabras, decían: Verdaderamente este es el Profeta.
41  Otros decían: Este es el Cristo. Pero otros decían: ¿Acaso el Cristo ha de venir de Galilea?
42  ¿No ha dicho la Escritura que el Cristo viene de la descendencia de David, y de Belén, la aldea de donde era David?
43  Así que se suscitó una división entre la multitud por causa de El.
44  Y algunos de ellos querían prenderle, pero nadie le echó mano.
45  Entonces los alguaciles vinieron a los principales sacerdotes y fariseos, y éstos les dijeron: ¿Por qué no le trajisteis?
46  Los alguaciles respondieron: ¡Jamás hombre alguno ha hablado como este hombre habla!
47  Entonces los fariseos les contestaron: ¿Es que también vosotros os habéis dejado engañar?
48  ¿Acaso ha creído en El alguno de los gobernantes, o de los fariseos?
49  Pero esta multitud que no conoce de la ley, maldita es.
50  Nicodemo, el que había venido a Jesús antes, y que era uno de ellos, les dijo*:
51  ¿Acaso juzga nuestra ley a un hombre a menos que le oiga primero y sepa lo que hace?
52  Respondieron y le dijeron: ¿Es que tú también eres de Galilea? Investiga, y verás que ningún profeta surge de Galilea.
53  Y cada uno se fue a su casa.


Cuando le querían matar, alguna vez Jesús se escapa y se esconde. Otras veces se presenta con multitudes de seguidores y sus enemigos tienen miedo. ¿Qué hace en esta ocasión. Habla de forma tan convincente que los que le van a prender quedan convencidos. 

jueves, 13 de diciembre de 2018

¿Qué pasó con los hermanos de Jesús?


13-Dic

Jua 7:1-10
1  Después de esto, Jesús andaba por Galilea, pues no quería andar por Judea porque los judíos procuraban matarle.
2  Y la fiesta de los judíos, la de los Tabernáculos, estaba cerca.
3  Por eso sus hermanos le dijeron: Sal de aquí, y vete a Judea para que también tus discípulos vean las obras que tú haces.
4  Porque nadie hace nada en secreto cuando procura ser conocido en público. Si haces estas cosas, muéstrate al mundo.
5  Porque ni aun sus hermanos creían en El.
6  Entonces Jesús les dijo*: Mi tiempo aún no ha llegado, pero vuestro tiempo es siempre oportuno.
7  El mundo no puede odiaros a vosotros, pero a mí me odia, porque yo doy testimonio de él, que sus acciones son malas.
8  Subid vosotros a la fiesta; yo no subo a esta fiesta porque aún mi tiempo no se ha cumplido.
9  Y habiéndoles dicho esto, se quedó en Galilea.
10  Pero cuando sus hermanos subieron a la fiesta, entonces El también subió; no abiertamente, sino en secreto.


Jua 7:14
14  Pero ya a mitad de la fiesta, Jesús subió al templo y se puso a enseñar.

Jua 7:11-23
11  Por eso los judíos le buscaban en la fiesta y decían: ¿Dónde está ése?
12  Y había mucha murmuración entre la gente acerca de El. Unos decían: El es bueno. Otros decían: No, al contrario, extravía a la gente.
13  Sin embargo, nadie hablaba abiertamente de El por miedo a los judíos.
14  Pero ya a mitad de la fiesta, Jesús subió al templo y se puso a enseñar.
15  Entonces los judíos se maravillaban, diciendo: ¿Cómo puede éste saber de letras sin haber estudiado?
16  Jesús entonces les respondió y dijo: Mi enseñanza no es mía, sino del que me envió.
17  Si alguien quiere hacer su voluntad, sabrá si mi enseñanza es de Dios o si hablo de mí mismo.
18  El que habla de sí mismo busca su propia gloria; pero el que busca la gloria del que le envió, éste es verdadero y no hay injusticia en El.
19  ¿No os dio Moisés la ley, y sin embargo ninguno de vosotros la cumple? ¿Por qué procuráis matarme?
20  La multitud contestó: ¡Tienes un demonio! ¿Quién procura matarte?
21  Respondió Jesús y les dijo: Una sola obra hice y todos os admiráis.
22  Por eso Moisés os ha dado la circuncisión (no porque sea de Moisés, sino de los padres), y en el día de reposo circuncidáis al hombre.
23  Y si para no violar la ley de Moisés un hombre recibe la circuncisión en el día de reposo, ¿por qué estáis enojados conmigo porque sané por completo a un hombre en el día de reposo?

Pregunta: ¿qué pasó al final con estos hermanos de Jesús (Juan 7:5)? Me gustaría tener una conversación sobre esto pero alguien tiene que comenzar con un comentario, aquí mismo en el blog.

miércoles, 12 de diciembre de 2018

Qué hacer con los que no nos siguen


12-Dic

Mar 9:33-50
33  Y llegaron a Capernaum; y estando ya en la casa, les preguntaba: ¿Qué discutíais por el camino?
34  Pero ellos guardaron silencio, porque en el camino habían discutido entre sí quién de ellos era el mayor.
35  Sentándose, llamó a los doce y les dijo*: Si alguno desea ser el primero, será el último de todos y el servidor de todos.
36  Y tomando a un niño, lo puso en medio de ellos; y tomándolo en sus brazos les dijo:
37  El que reciba a un niño como éste en mi nombre, a mí me recibe; y el que me recibe a mí, no me recibe a mí, sino a aquel que me envió.
38  Juan le dijo: Maestro, vimos a uno echando fuera demonios en tu nombre, y tratamos de impedírselo, porque no nos seguía.
39  Pero Jesús dijo: No se lo impidáis, porque no hay nadie que haga un milagro en mi nombre, y que pueda enseguida hablar mal de mí.
40  Pues el que no está contra nosotros, por nosotros está.
41  Porque cualquiera que os dé de beber un vaso de agua, por razón de vuestro nombre, ya que sois seguidores de Cristo, en verdad os digo que no perderá su recompensa.
42  Y cualquiera que haga tropezar a uno de estos pequeñitos que creen en mí, mejor le fuera si le hubieran atado al cuello una piedra de molino de las que mueve un asno, y lo hubieran echado al mar.
43  Y si tu mano te es ocasión de pecar, córtala; te es mejor entrar en la vida manco, que teniendo las dos manos ir al infierno, al fuego inextinguible,
44  donde EL GUSANO DE ELLOS NO MUERE, Y EL FUEGO NO SE APAGA.
45  Y si tu pie te es ocasión de pecar, córtalo; te es mejor entrar cojo a la vida, que teniendo los dos pies ser echado al infierno,
46  donde EL GUSANO DE ELLOS NO MUERE, Y EL FUEGO NO SE APAGA.
47  Y si tu ojo te es ocasión de pecar, sácatelo; te es mejor entrar al reino de Dios con un solo ojo, que teniendo dos ojos ser echado al infierno,
48  donde EL GUSANO DE ELLOS NO MUERE, Y EL FUEGO NO SE APAGA.
49  Porque todos serán salados con fuego.
50  La sal es buena; pero si la sal se vuelve insípida, ¿con qué la sazonaréis? Tened sal en vosotros y estad en paz los unos con los otros.

Luc 9:46-50
46  Y se suscitó una discusión entre ellos, sobre quién de ellos sería el mayor.
47  Entonces Jesús, sabiendo lo que pensaban en sus corazones, tomó a un niño y lo puso a su lado,
48  y les dijo: El que reciba a este niño en mi nombre, a mí me recibe; y el que me recibe a mí, recibe a aquel que me envió; porque el que es más pequeño entre todos vosotros, ése es grande.
49  Y respondiendo Juan, dijo: Maestro, vimos a uno echando fuera demonios en tu nombre, y tratamos de impedírselo porque no anda con nosotros.
50  Pero Jesús le dijo: No se lo impidáis; porque el que no está contra vosotros, está con vosotros.

martes, 11 de diciembre de 2018

Condición para que Dios nos perdone


11-dic

Mat 18:1-35
1  En aquel momento se acercaron los discípulos a Jesús, diciendo: ¿Quién es, entonces, el mayor en el reino de los cielos?
2  Y El, llamando a un niño, lo puso en medio de ellos,
3  y dijo: En verdad os digo que si no os convertís y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos.
4  Así pues, cualquiera que se humille como este niño, ése es el mayor en el reino de los cielos.
5  Y el que reciba a un niño como éste en mi nombre, a mí me recibe.
6  Pero al que haga tropezar a uno de estos pequeñitos que creen en mí, mejor le sería que le colgaran al cuello una piedra de molino de las que mueve un asno, y que se ahogara en lo profundo del mar.
7  ¡Ay del mundo por sus piedras de tropiezo! Porque es inevitable que vengan piedras de tropiezo; pero ¡ay de aquel hombre por quien viene el tropiezo!
8  Y si tu mano o tu pie te es ocasión de pecar, córtatelo y échalo de ti; te es mejor entrar en la vida manco o cojo, que teniendo dos manos y dos pies, ser echado en el fuego eterno.
9  Y si tu ojo te es ocasión de pecar, arráncatelo y échalo de ti. Te es mejor entrar en la vida con un solo ojo, que teniendo dos ojos, ser echado en el infierno de fuego.
10  Mirad que no despreciéis a uno de estos pequeñitos, porque os digo que sus ángeles en los cielos contemplan siempre el rostro de mi Padre que está en los cielos.
11  Porque el Hijo del Hombre ha venido a salvar lo que se había perdido.
12  ¿Qué os parece? Si un hombre tiene cien ovejas y una de ellas se ha descarriado, ¿no deja las noventa y nueve en los montes, y va en busca de la descarriada?
13  Y si sucede que la halla, en verdad os digo que se regocija más por ésta que por las noventa y nueve que no se han descarriado.
14  Así, no es la voluntad de vuestro Padre que está en los cielos que se pierda uno de estos pequeñitos.
15  Y si tu hermano peca, ve y repréndelo a solas; si te escucha, has ganado a tu hermano.
16  Pero si no te escucha, lleva contigo a uno o a dos más, para que TODA PALABRA SEA CONFIRMADA POR BOCA DE DOS O TRES TESTIGOS.
17  Y si rehúsa escucharlos, dilo a la iglesia; y si también rehúsa escuchar a la iglesia, sea para ti como el gentil y el recaudador de impuestos.
18  En verdad os digo: todo lo que atéis en la tierra, será atado en el cielo; y todo lo que desatéis en la tierra, será desatado en el cielo.
19  Además os digo, que si dos de vosotros se ponen de acuerdo sobre cualquier cosa que pidan aquí en la tierra, les será hecho por mi Padre que está en los cielos.
20  Porque donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.
21  Entonces se le acercó Pedro, y le dijo: Señor, ¿cuántas veces pecará mi hermano contra mí que yo haya de perdonarlo? ¿Hasta siete veces?
22  Jesús le dijo*: No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete.
23  Por eso, el reino de los cielos puede compararse a cierto rey que quiso ajustar cuentas con sus siervos.
24  Y al comenzar a ajustarlas, le fue presentado uno que le debía diez mil talentos.
25  Pero no teniendo él con qué pagar, su señor ordenó que lo vendieran, junto con su mujer e hijos y todo cuanto poseía, y así pagara la deuda.
26  Entonces el siervo cayó postrado ante él, diciendo: "Ten paciencia conmigo y todo te lo pagaré."
27  Y el señor de aquel siervo tuvo compasión, y lo soltó y le perdonó la deuda.
28  Pero al salir aquel siervo, encontró a uno de sus consiervos que le debía cien denarios, y echándole mano, lo ahogaba, diciendo: "Paga lo que debes."
29  Entonces su consiervo, cayendo a sus pies, le suplicaba, diciendo: "Ten paciencia conmigo y te pagaré."
30  Sin embargo, él no quiso, sino que fue y lo echó en la cárcel hasta que pagara lo que debía.
31  Así que cuando vieron sus consiervos lo que había pasado, se entristecieron mucho, y fueron y contaron a su señor todo lo que había sucedido.
32  Entonces, llamándolo su señor, le dijo*: "Siervo malvado, te perdoné toda aquella deuda porque me suplicaste.
33  "¿No deberías tú también haberte compadecido de tu consiervo, así como yo me compadecí de ti?"
34  Y enfurecido su señor, lo entregó a los verdugos hasta que pagara todo lo que le debía.
35  Así también mi Padre celestial hará con vosotros, si no perdonáis de corazón cada uno a su hermano.

lunes, 10 de diciembre de 2018

Ejemplo de la incredulidad de los discípulos


10-dic

Mat 17:22-23
22  Mientras andaban juntos por Galilea, Jesús les dijo: El Hijo del Hombre va a ser entregado en manos de los hombres.
23  Y le matarán, y al tercer día resucitará. Y ellos se entristecieron mucho.

Mar 9:30-32
30  Saliendo de allí, iban pasando por Galilea, y El no quería que nadie lo supiera.
31  Porque enseñaba a sus discípulos, y les decía: El Hijo del Hombre será entregado en manos de los hombres y le matarán; y después de muerto, a los tres días resucitará.
32  Pero ellos no entendían lo que decía, y tenían miedo de preguntarle.

Luc 9:44-45
44  Haced que estas palabras penetren en vuestros oídos, porque el Hijo del Hombre va a ser entregado en manos de los hombres.
45  Pero ellos no entendían estas palabras, y les estaban veladas para que no las comprendieran; y temían preguntarle acerca de ellas.

82. En Capernaum, un pez provee milagrosamente para pagar el tributo del templo

Mat 17:24-27
24  Cuando llegaron a Capernaúm, se acercaron a Pedro los que cobraban el impuesto de dos dracmas y dijeron: ¿No paga vuestro maestro las dos dracmas?
25  El dijo*: Sí. Y cuando él llegó a casa, Jesús se le anticipó, diciendo: ¿Qué te parece, Simón? ¿De quiénes cobran tributos o impuestos los reyes de la tierra, de sus hijos o de los extraños?
26  Y cuando respondió: De los extraños, Jesús le dijo: Entonces los hijos están exentos.
27  Sin embargo, para que no los escandalicemos, ve al mar, echa el anzuelo, y toma el primer pez que salga; y cuando le abras la boca hallarás un estáter; tómalo y dáselo por ti y por mí.

domingo, 9 de diciembre de 2018

Discípulos incrédulos


09-Dic

Mat 17:14-21
14  Cuando llegaron a la multitud, se le acercó un hombre, que arrodillándose delante de El, dijo:
15  Señor, ten misericordia de mi hijo, porque es epiléptico y sufre terriblemente, porque muchas veces cae en el fuego y muchas en el agua.
16  Y lo traje a tus discípulos y ellos no pudieron curarlo.
17  Respondiendo Jesús, dijo: ¡Oh generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo estaré con vosotros? ¿Hasta cuándo os tendré que soportar? Traédmelo acá.
18  Y Jesús lo reprendió y el demonio salió de él, y el muchacho quedó curado desde aquel momento.
19  Entonces los discípulos, llegándose a Jesús en privado, dijeron: ¿Por qué nosotros no pudimos expulsarlo?
20  Y El les dijo*: Por vuestra poca fe; porque en verdad os digo que si tenéis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: "Pásate de aquí allá", y se pasará; y nada os será imposible.
21  Pero esta clase no sale sino con oración y ayuno.

Mar 9:14-29
14  Cuando volvieron a los discípulos, vieron una gran multitud que les rodeaba, y a unos escribas que discutían con ellos.
15  Enseguida, cuando toda la multitud vio a Jesús, quedó sorprendida, y corriendo hacia El, le saludaban.
16  Y El les preguntó: ¿Qué discutís con ellos?
17  Y uno de la multitud le respondió: Maestro, te traje a mi hijo que tiene un espíritu mudo,
18  y siempre que se apodera de él, lo derriba, y echa espumarajos, cruje los dientes y se va consumiendo. Y dije a tus discípulos que lo expulsaran, pero no pudieron.
19  Respondiéndoles Jesús, dijo*: ¡Oh generación incrédula! ¿Hasta cuándo estaré con vosotros? ¿Hasta cuándo os tendré que soportar? ¡Traédmelo!
20  Y se lo trajeron. Y cuando el espíritu vio a Jesús, al instante sacudió con violencia al muchacho, y éste, cayendo a tierra, se revolcaba echando espumarajos.
21  Jesús preguntó al padre: ¿Cuánto tiempo hace que le sucede esto? Y él respondió: Desde su niñez.
22  Y muchas veces lo ha echado en el fuego y también en el agua para destruirlo. Pero si tú puedes hacer algo, ten misericordia de nosotros y ayúdanos.
23  Jesús le dijo: "¿Cómo si tú puedes?" Todas las cosas son posibles para el que cree.
24  Al instante el padre del muchacho gritó y dijo: Creo; ayúdame en mi incredulidad.
25  Cuando Jesús vio que se agolpaba una multitud, reprendió al espíritu inmundo, diciéndole: Espíritu mudo y sordo, yo te ordeno: Sal de él y no vuelvas a entrar en él.
26  Y después de gritar y de sacudirlo con terribles convulsiones, salió: y el muchacho quedó como muerto, tanto, que la mayoría de ellos decían: ¡Está muerto!
27  Pero Jesús, tomándolo de la mano, lo levantó, y él se puso en pie.
28  Cuando entró Jesús en la casa, sus discípulos le preguntaban en privado: ¿Por qué nosotros no pudimos echarlo fuera?
29  Y El les dijo: Esta clase con nada puede salir, sino con oración.

Luc 9:37-43
37  Y aconteció que al día siguiente, cuando bajaron del monte, una gran multitud le salió al encuentro.
38  Y he aquí, un hombre de la multitud gritó, diciendo: Maestro, te suplico que veas a mi hijo, pues es el único que tengo,
39  y sucede que un espíritu se apodera de él, y de repente da gritos, y el espíritu le hace caer con convulsiones, echando espumarajos; y magullándole, a duras penas se aparta de él.
40  Entonces rogué a tus discípulos que lo echaran fuera, y no pudieron.
41  Respondiendo Jesús, dijo: ¡Oh generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo he de estar con vosotros y os he de soportar? Trae acá a tu hijo.
42  Cuando éste se acercaba, el demonio lo derribó y lo hizo caer con convulsiones. Pero Jesús reprendió al espíritu inmundo, y sanó al muchacho y se lo devolvió a su padre.
43  Y todos estaban admirados de la grandeza de Dios. Mientras todos se maravillaban de todas las cosas que hacía, Jesús dijo a sus discípulos: