Dios mismo estará entre
ellos. El enjugará toda lágrima de sus
ojos, y ya no habrá muerte, ni habrá más duelo, ni clamor, ni dolor, porque las
primeras cosas han pasado. Y el que está
sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas
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21 y 22
Hemos oído muchas voces de muchos personajes en este libro,
y ahora por fin habla el que está sentado en el trono (21:5). Ahora entendemos el
tema del libro del Apocalipsis, la renovación de todas las cosas. Dios no para
hasta restaurar todo a un estado de perfección. Se identifica como Alfa y Omega
(como en el 1:8), es decir, principio y fin. La primera creación era obra de
Dios y esta renovada creación también es de él.
La primera fue estropeada por Adán (1 Corintios 15:22) Porque
así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos volverán a vivir.
Mediante lo que parece una decisión pequeña Adán nos metió a todos en un
callejón cuya única salida fue por la muerte del Cordero. Esta renovación, sin
embargo, no parece instantánea. Las naciones pasarán por un proceso de sanidad,
tomando las hojas del árbol (22:2).
¿Qué hacemos en el cielo?
- Sus siervos le servirán
- Verán su rostro
- einarán por los siglos de los siglos
En este momento, en vez de intentar descifrar las mediciones
y las piedras preciosas y todo lo demás, prefiero empaparme de la totalidad de
esta descripción, deslumbrarme por el brillo de la piedra y expresar el deseo
de mi corazón, Ven, Señor Jesús (v 20), renueva todas las cosas.