sábado, 25 de diciembre de 2010

Pastores y Ovejas

Texto de la semana        Juan 10:1-18
Menú completo de hoy  Juan 10

El elegido de Dios para reinar sobre Israel era un pastor de ovejas en Belén, llamado David. Cuando nace el Heredero de David, Jesús, que va a reinar sobre el mundo, los elegidos de Dios para darle la bienvenida son pastores de Belén. Jesús a si mismo se considera pastor. Él vive y muere por las ovejas (Juan 10:11).

Cuando encontramos en el Nuevo Testamento la palabra "pastor" en singular, sólo hace referencia a Jesús (Mateo 9:36; 25:32; 26:31; Marcos 6:34; 14:27; Juan 10:2-16; Hebreos 13:20; 1 Pedro 2:25) con una mención de pastores (Efesios 4:11), que forman parte del equipo de entrenadores del equipo cristiano. Algunas versiones de la Biblia dicen, "obedeced a vuestros pastores" (Hebreos 13:17), pero una traducción más exacta sería "responsables". Sin embargo, cuando habla del "príncipe de los pastores" (Hebreos 13:20), allí sí, es la palabra "pastor" de ovejas.

En nuestro texto de la semana Jesús enfatiza la necesidad de un rebaño y un solo pastor (Juan 10:16). Las ovejas le escuchan y le siguen directamente. Se me ocurre un reto para los que somos considerados pastores cristianos: si a nuestras "ovejas" se les pregunta ¿Quién es tu pastor? y nos nombran a nosotros, entonces nos queda mucha labor todavía, capacitándolas (Efesios 4) para que sepan escuchar y seguir al verdadero pastor.


Bien sé cuanto habéis padecido,
Jesús, por mi pecado;
Sé que cruel muerte habéis sufrido,
Vos, por hacerme salvo,

Y de profundo amor movido,
Por mi recibisteis el daño.
Bien sé, Jesús, Pastor divino,
Que estáis subido en alto

Por llamar desde allí el perdido
Rebaño a vuestro lado,
Ya voy ahora a vuestro pasto.
Pastores muchos se han fingido,
Y a su grey me han llamado
Procaces, mas su intento impío

Ha mi alma despreciado,
Pues como os dais Vos, pastor mío,
Ningún pastor jamás se ha dado.

                 Lope de Vega

viernes, 24 de diciembre de 2010

¿Reglas o relaciones?

Texto de la semana      Juan 10:1-18
Menú completo hoy      Juan 9

Jesús mismo recibe instrucciones diariamente de su Padre. Ya hemos escuchado su explicación de esa relación tan especial donde no hace nada por si mismo, sino lo que ve hacer al Padre (5:19). La curación del ciego en Juan 9, el sexto milagro que cuenta Juan, es una de las obras que hace Jesús, no por un casual encuentro con este hombre, sino porque entraba en el plan de Dios. En primer lugar, sirve para que el ciego crea (9:38). Sirve para que este hombre dé testimonio de Jesús (9:25). Sirve también para establecer (v 39) la ceguera de los que se niegan a seguir a Jesús después de observar claramente que Dios está con él.
Jesús sabía que un milagro tan espectacular le iba a granjear la enemistad de los “reglamentistas”, que se guían por reglas y no por una relación personal con Dios. ¿Podríamos decir que los fariseos, con sus reglamentos, son algunos de los ladrones, a los que se refiere Jesús en el 10:1? La gente sigue a Jesús porque reconocen la voz del auténtico pastor. Todos los que tenemos la responsabilidad espiritual de otras personas tenemos que cuidar de no producir una vida de reglas, sino de una relación con Jesús. Pastores, sacerdotes, presbíteros, ancianos, directores espirituales, maestros, corremos el riesgo de formar corrales propios para las ovejas en vez de encaminarlas hacia el Buen Pastor.
Estos fariseos incluso llegaban a expulsar (9:23 y 34) a los que no fueran ciegamente leales a ellos. El trabajo de un pastor de almas es una labor altamente sensible. Por un lado hay que defender en contra de ladrones y lobos (10:1 y 12). Por otro lado hay que tener en mente siempre quién es el Buen Pastor. Si las ovejas nos siguen a nosotros más que a Jesús, entonces nos queda mucho por hacer todavía en el desarrollo de su madurez.
¿Tengo mi mayor alegría cuando las ovejas siguen a Jesús?

jueves, 23 de diciembre de 2010

Pasos

Texto de la semana      Juan 10:1-18
Menú completo hoy          Juan 8

Llegados ya en nuestra lectura a los últimos meses de Jesús, vemos que la clasificación más importante de la humanidad la divide entre los que siguen a Jesús y los que no le siguen. Lo mismo sucede en el siglo 21. (Debo reconocer que mi primera reacción al pensar en los seguidores de Jesús en nuestro tiempo es, Qué pena que seamos tantos los que le seguimos a medias. Pero por eso estamos leyendo y comentando nuestra lectura entre amigos, para perfeccionar nuestro caminar.)
Jesús dice en Juan 8:12, el que me sigue no andará en tinieblas. ¿Te acuerdas de la presentación de Jesús en Juan 1, En él estaba la vida y la vida era la luz de los hombres? Todas las mañanas aprecio la importancia de la luz. Algunas veces salgo de casa en la oscuridad, camino por un olivar y luego por un camino de tierra hasta llegar al sitio donde trabajo. Cuando no llevo linterna me sirve la luz de la luna o de algún pueblo lejano. Cuando uno tiene que andar la luz es de suma importancia.
Necesitamos la luz para seguir, para dar pasos. La vida es tan variada, que es imposible guiarnos por un reglamento. Necesitamos un contacto personal con alguien que nos guíe. Ese alguien es nuestro Pastor. Las ovejas oyen su voz- y a sus ovejas llama por nombre y las saca (Juan 10:3). Yo soy el buen pastor y conozco mis ovejas, y las mías me conocen (10:14). El pastor de ovejas, cada día tiene que determinar a dónde lleva el rebaño. Puede que los pastos de ayer se hayan acabado y hay que ir a un sitio nuevo. Las ovejas no tienen que preocuparse de nada, sólo de seguir al pastor. Es cierto que tenemos clara dirección para todo en la Palabra. Pero las experiencias cambian y por eso la necesidad de que Jesús nos guíe a cada uno mediante el Espíritu Santo.
¿Por dónde me lleva mi pastor hoy?

miércoles, 22 de diciembre de 2010

Condición firme

Texto de la semana         Juan 3:10-21
Menú completo de hoy    Juan 7

Otra vez va Jesús a Jerusalén (7:10), esta vez a la fiesta de los tabernáculos. Aunque vimos en el capítulo 6 que mucha gente le abandonaba y que ni su propia familia cree en él (7:5), sin embargo gran parte de sus seguidores son de su propia provincia, Galilea. En la capital es demasiado peligroso identificarse como seguidor de Jesús, como veremos en el 9:22. Tabernáculos, la fiesta de las enramadas, es un tiempo de gran alegría. Pasó la cosecha y la vendimia. La gente quiere celebrar. Van todos juntos desde todas las provincias a Jerusalén. Allí preparan sus enramadas para recordar las tiendas en las que vivían antes de entrar en la tierra prometida. Pero esta vez los peregrinos salen de casa sin Jesús. Él va luego secretamente, y aparece a la mitad de la fiesta.
La gente está dividida. “Es bueno”. “No, es un fraude”. ¿Cómo discernir si alguien está enseñando la verdad? Sobre todo, cuando los que están en autoridad le denuncian. Jesús da una respuesta definitiva a esta pregunta. Para llegar a saber si Jesús viene de Dios o no, ays que querer hacer la voluntad del Padre (v 17). Los jefes de los judíos rechazan a Jesús porque no se someten a la voluntad de Dios. Los que seguían a Jesús por el pan tampoco quieren hacer la voluntad de Dios. Por muchos estudios que uno tenga, la condición principal para distinguir la doctrina correcta es la disposición del corazón.
Encontramos reunido en el v 45 al Sanedrín, compuesto de los 70 gobernantes de Israel. El único que rompe una pequeña lanza por Jesús es nuestro amigo Nicodemo, el del c. 3. Luego veremos que tenía un aliado, José de Arimatea. Dos personas en 70. Cuando pongo 2/70 en mi hoja de cálculo me da un 2,8%. Si Jesús pudo ganar un 2,8% en medio de tan feroz oposición, pienso que el testimonio de una iglesia unida puede hacer lo mismo en cualquier ambiente.
¿Cuál es la condición para comprender la doctrina?

martes, 21 de diciembre de 2010

Texto de la semana    Juan 3:10-21
Menú completo hoy   Juan 6

Juan 6 presenta el cuarto y el quinto milagro, la multiplicación del pan y la caminata sobre el agua. ¿Te acuerdas del primer discípulo que conocimos en el c 1, Andrés? Él está aquí escuchando la conversación entre Felipe y Jesús, y trata de ayudar. Lo mismo que trajo a su hermano a Jesús, ahora trae a un muchacho. Luego parece se lo vuelve a pensar. ¿Para qué he mencionado cinco panecillos y dos pescados? Mejor haberme callado. Pero esa sencillez de Andrés es lo que Jesús utiliza como solución para la comida. ¿Eres una persona sencilla, sin complicaciones? ¿Te cuesta trabajo decir cosas profundas? ¿La gente te corta cuando hablas porque ven que lo que vas a decir no va a servir? ¿Qué haría la iglesia sin gente sencilla como Andrés? Le veremos otra vez en el c. 12 haciendo lo mismo.
Después de hartarse de comida miles de personas, están dispuestas a reconocer a Jesús como el profeta. Este es el mismo personaje que buscaban en Juan Bautista (1:21). Los judíos entendían que todavía no se habían cumplido las palabras de Dios a Moisés, Un profeta como tú les levantaré en medio de sus hermanos; pondré mis palabras en su boca y él les dirá todo lo que yo le mande (Deuteronomio 18:18). Y como en tiempos de Moisés Dios les alimentaba con pan del cielo, ahora ven en Jesús su equivalente. ¡Qué rápido cambian de opinión (Juan 6:66). Éstos no quieren matar a Jesús como los jefes de los judíos, para que no les quite autoridad. Simplemente no les interesan las cosas que no sean materiales. ¿Conoces a alguien así?
Creo que después de sanar a un montón de gente y luego darles de comer Jesús está físicamente cansado. Pero no acompaña a los discípulos en el viaje de regreso (6:17). Sabemos que quedó allí orando (Mateo 14:23). Después de eso tiene fuerza para caminar sobre el agua.

¿Alguna vez he seguido a Jesús sólo por el pan?

lunes, 20 de diciembre de 2010

La manera de no equivocarse

Texto de la semana      Juan 3:10-21
Menú completo             Juan 5

Hemos visto ya a Jesús en el viaje inicial que hizo de Nazaret a Judea (1:29), luego de regreso a Galilea, después en la fiesta de Jerusalén, otra vez en Galilea, y ahora de regreso en Jerusalén para otra fiesta. Aquí vamos a presenciar el tercer milagro que relata Juan. ¡Que reacción más positiva! ¿no? la de los jefes de los judíos ante la curación del paralítico! A Jesús le quieren matar (5:15). Parece que sus mismos enemigos reconocen lo que mucha gente se niega a reconocer, que Jesús mismo se atribuía divinidad, haciéndose igual a Dios (5:18).
Toma unos momentos para meditar en el 5:19 a 23. ¿Se te ocurre una palabra para resumir lo que Jesús está diciendo? Pienso en la palabra “unión”. La gente está viendo a un hombre, Jesús, pero las obras que están viendo son las del Padre. Unidos en amor, en obras, en milagros, en recibir honra. Unidos también en juzgar y en una sola voluntad (v 30). Dios está haciendo su perfecta voluntad en la tierra mediante la unión perfecta con su Hijo.
Jesús terminó su obra y subió al cielo. Para entender esto mejor podemos pasar a Juan 17. En el 17:18 vemos que ahora somos nosotros, los seguidores de Jesús, los representantes de Dios en la tierra. Al ausentarse Jesús, su lugar es ocupado por todos nosotros (v 23). Yo en ellos y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste.
Ahora la gente está viendo un grupo de personas pero las obras que están viendo son las del Padre. Cualquiera que ve a un cristiano está viendo cómo es Dios. Pero hay una diferencia que da más fuerza a nuestro testimonio. Porque al ser muchos, lo que impacta es el amor que tenemos los unos para con los otros, cristianos en España, en Guinea Ecuatorial, en todos los continentes, amándose como Jesús nos amó.
¿Como verán hoy que soy de Jesús?

domingo, 19 de diciembre de 2010

Aprovechando un viaje

Texto de la semana      Juan 3:10-21
Menú completo             Juan 4

Vimos al final de Juan 3 una transición. Hasta este momento la estrella popular es Juan el Bautista. Y sus seguidores se molestan al ver que tanta gente sigue a Jesús. Pero esta transición es exactamente lo que desea Juan. Mi gozo está completo. Es necesario que él crezca, y que yo disminuya (3:29, 30).
Como Jesús siempre tiene que estar pendiente de los jefes de los judíos, que le tienen declarada la guerra, vuelve de Judea a Galilea (4:3). La historia de la mujer de Samaria, que nos cuenta Juan con tanto detalle, tiene varios aspectos especialmente llamativos. ¿Puedes pensar en alguna otra persona a quien Jesús dice tan abiertamente, Soy el Mesías (v 26)? Jesús encuentra especial acogida entre gente sencilla. Esta mujer no rechaza a Jesús cuando él señala su pecado. Ella es de los que vienen a la luz (Juan 3:20, 21). Éste es de los pocos pueblos donde Jesús no encuentra oposición. Aquí no se monta una campaña en su contra, como en Nazaret y Capernaúm. Y toda esta receptividad, sin que Jesús practique ningún milagro, sino por la fuerza de sus palabras. Y pensar que los samaritanos no constituían la principal misión de Jesús. Simplemente está aprovechando un viaje que tiene que hacer. De tal manera amó Dios al mundo, incluyendo los samaritanos y tus vecinos.
En Juan 4 vemos el segundo milagro que nos presenta Juan, en el mismo pueblo que el primero, el del discípulo Natanael. La curación del hijo del noble sucede a unos 20 km. de distancia. Algunos piensan que la madre del niño curado es Juana, que luego sigue a Jesús a todas partes y con el uso de su patrimonio ayuda a cubrir gastos (Lucas 8:3).
¿Con quién puedo compartir cuando me desplazo?