sábado, 12 de febrero de 2011

Colaborando con Dios

Vitaminas   Romanos 10:1 y 21
Menú completo Romanos 10
Te acordarás cómo los judíos en el libro de los Hechos tenían el propósito firme de matar a Pablo. He oído decir respecto a algunas personas que no merecen nuestras oraciones. Recuerda que nosotros tampoco merecemos la misericordia de Dios. Pablo sigue orando por el pueblo judío para que se salven (v 1). El último versículo nos describe a Dios extendiendo sus manos hacia un pueblo rebelde. ¿Tienes una lista de personas inconversas por las que estás orando? ¿Lo haces con anhelo de que realmente aprovechen su oportunidad?
Uno de los principales temas de estos 3 capítulos (Romanos 9-11) es la continuidad del plan de Dios desde el principio. Pablo cita mucho el Antiguo Testamento, especialmente Isaías y Moisés, que tuvieron que enfrentarse a un pueblo rebelde. La rebeldía humana no impedirá el plan de Dios. Pero nuestra colaboración sí contribuirá a la realización de sus propósitos. Podemos orar (v 1), enviar (15) y predicar (14).
También Dios provoca (v 19) para que los rebeldes dejen de intentar establecer su propia justicia (v 3) para aceptar por fe la justicia que él ofrece en Cristo. Debemos ser provocativos. Es decir, demostrar como pueblo de Dios que tenemos más alegría, más amor sincero, más comunidad genuina y menos necesidad de cosas materiales que los que basan su confianza en todo menos que en Dios.
Hay una cosa que nos va a ayudar, LA FE. El propósito de este librito es que nos fortalezcamos en la fe que viene por prestar oído a la Palabra de Dios (17).
¿Soy un colaborador?

viernes, 11 de febrero de 2011

Amor por los que nos odian

Vitaminas   Romanos 9:1-5
Menú completo Romanos 9
Acabamos de leer ocho capítulos que se citan mucho en la enseñanza evangélica. Éste, sin embargo, nos trae un cambio de tema y es menos conocido. ¡Y más difícil de entender! Pablo traslada su pensamiento de la grandeza del amor de Dios (8:39) para nosotros a su propio amor por un pueblo que le ha hecho sufrir mucho, sus parientes, el pueblo de Israel.
¿Tienes familiares que no son creyentes? ¿Se han reído de ti? ¿Te da la sensación de que jamás creerán en el evangelio? Hay dos formas de reaccionar: , podemos cerrar nuestro corazón hacia ellos, o podemos hacer como Pablo y sentir cada vez más lástima por ellos, hasta el punto de decir (v 1) que está dispuesto a sufrir por ellos como sufrió Jesús por nosotros. Alguien podría decir, "bien, a Pablo le pagaban por predicar". Este razonamiento tiene dos fallos. 1º, que él ganaba su propio pan y 2º, que su apostolado fue precisamente con los gentiles y no con los judíos. Es un gran ejemplo de amor por nuestra familia aunque ellos no correspondan. En el siguiente capítulo veremos más de lo mismo.
Ahora Pablo entra en el tema de que Dios elige a personas y grupos para propósitos especiales, la elección de Israel (v 11). Hay cosas que todavía no entiendo, pero sí me doy cuenta que se nos enseña que tenemos un Dios de justicia (14), de misericordia (15), de poder (17) y de paciencia (v 22).
Hay una buena regla para cuando el diablo pone en nuestra mente la idea de que Dios no es justo, como lo hizo con Eva. El alfarero es Dios y nosotros el vaso de barro (v 20). Más vale llevarnos bien con él. Mucho esfuerzo le ha costado ofrecer la salvación a toda la humanidad, tanto judíos como gentiles (v 24).
¿Tengo que reconocer falta de amor hacia mi familia?

¿Todo esto para mí?

Vitaminas   Romanos 8:31-30
Menú completo Romanos 8
Si tienes tiempo libre hoy puedes dedicar ese tiempo a meditar en tantas cosas grandes que nos ofrece Dios en Romanos 8. Si quieres asimilar de verdad lo que aquí encontramos, haz un plan junto con otro hermano para ayudarse mútuamente a aprender de memoria este capítulo, o algunos textos selectos. Sólo apunto a continuación algunas de las garantías de Dios.
  • No hay condenación (1).
  • El poder de la resurrección de Cristo nos capacita para vivir en este cuerpo (11).
  • El Espíritu nos dice que somos hijos de Dios (16).
  • Habrá una renovación de todo el universo (21).
  • El Espíritu nos da gran poder en la oración (26).
  • Todo lo que sucede nos favorece (28). (No hay mal que por bien no venga)
  • Nuestro destino es la imagen de Cristo (29).
  • Dios nos dará todas las cosas (32).
  • Nadie nos puede acusar (33)
  • Nada nos puede separar del amor de Cristo (35).
  • Somos vencedores en todo (37).

Estas cosas no las haces tú, sino que las hace Dios por ti. ¿Te extraña por tanto que Pablo te dice que eres deudor (v 12) para que tu vida cuente para cosas espirituales?
Conclusión– Sabiendo como ahora sabemos que tenemos a nuestra disposición el poder que levantó a Jesús de los muertos, si procedemos en una vida miserable es porque queremos.
¿Qué promesa de Romanos 8 me gusta más?

jueves, 10 de febrero de 2011

Yo no he sido

Vitaminas   Romanos 7:14-20
Menú completo Romanos 7
De niño hemos usado esa excusa, “Yo no lo hice, ha sido mi hermano”. (Aunque con tantas familias que se limitan a un solo hijo, va perdiendo validez.) Parece que Pablo está dado a las excusas también. Dice cosas como “no entiendo por qué lo hago.” “No hago lo que quiero”. Incluso llega a decir, “No soy yo, sino que el pecado que hay en mí tiene la culpa". Y lo repite para enfatizar.
Cuando lo hayas leído pregúntate si se trata de tu caso. Vemos que Pablo no está intentando escurrir el bulto. Está haciendo un análisis agudo de su condición. Además, condición de cristiano. Como hijo de Dios, nacido de nuevo, su profundo deseo es vivir de manera que pueda traer satisfacción a Dios. Ése es el “yo” que utiliza tantas veces en este capítulo. Yo no quiero pecar es verdad en la vida de todo cristiano. Es imposible que esa nueva criatura (1 Corintios 5:17) que nació cuando tomamos la decisión de seguir a Cristo sea atraída a cosas que desagradan a su Padre Dios. Lo mismo que es imposible que un ser humano normal se sienta atraído a casarse con una rana.
De modo que esos fuertes deseos tienen que proceder de otra fuente, que Pablo nos ayuda a localizar. La llama “carne”, “cuerpo de muerte”, “el pecado que mora en mí”, indicando diferentes aspectos de esa fuerza que seguirá presente mientras estamos en este cuerpo. El motivo de identificar a este enemigo infiltrado es para dejar clara la verdad que ya presentó en el capítulo anterior, que la muerte de Jesús nos ha desvinculado de esa fuerza.
Con la misma fuerza con que la muerte de un cónyuge deja libre al otro, la muerte de Jesús (v 4) nos libra para elegir.
¿Creo en el poder que me libra para elegir?

miércoles, 9 de febrero de 2011

No sabemos lo que tenemos

Vitaminas   Romanos 6:1-4
Menú completo Romanos 6
Al avanzar en la obra magisterial de Romanos me da cada vez más pena el poco espacio que hay para tratar temas tan trascendentes y a la vez tan prácticos. Aquí llegamos a la pregunta que adelantamos en el capítulo 4. Si a Dios le gusta regalar perdón, entonces ¿Por qué no darle más ocasión ampliando nuestro repertorio de pecado?
La respuesta que da Pablo es tan lógica y tan contundente que jamás tendrás que formularte preguntas semejantes. Cuando Dios entra en tu vida con su perdón te da el paquete completo. La bendición de Dios no es por entregas, sino total, de una vez. Más adelante tenemos un resumen en el 8:32– Con Cristo nos da Dios todas las cosas.
¿Sabías que siendo cristiano participas en la vida de Cristo? Hay que leer despacio y varias veces Romanos 6:1-4. Cuando tú recibes el perdón de Dios, en ese momento llegas a ser su hijo (Juan 1:12). Todas las cosas por las que pasó Cristo tienen su efecto en ti. Su muerte te sirve de escudo para que el pecado no te pueda tocar. Su resurrección te aporta a ti nueva vida. Muchos cristianos ignoran estas verdades. Por eso pregunta Pablo en el 6:3, ¿No sabéis?
Si eres cristiano, no quieres ofender a Dios aunque hay una lucha como veremos en el c. 7. Dios ha puesto todos los medios. Somos nosotros los que tardamos en aprovecharlos, muchas veces por esa ignorancia, a veces por estar rodeados de un cristianismo ligero. Nuestro bautismo garantiza (v 3) la vida de Dios fluye en nosotros. Ah– no te líes con que si es el bautismo en agua o en el Espíritu. También es un paquete. Cuando decides seguir a Cristo y te bautizas en agua, a partir de ese momento el Espíritu de Dios está obrando en ti. Todos los cristianos viven según el Espíritu como veremos en el c. 8.
¿Me doy cuenta de mis recursos?

lunes, 7 de febrero de 2011

¡Cuidado con culpar a Dios!

Vitaminas   Romanos 5:12-17
Menú completo Romanos 5
Hablando en un bar en un pueblo de por aquí alguien dijo a un cristiano, “Dios no es justo porque si pecó Adán ¿por qué tenemos que pagar nosotros la culpa? La pregunta es razonable. Pero indica que no se entiende el mensaje de Dios. Hay que leer Romanos 5. En primer lugar es de mucha soberbia decir, "Si hubiese sido yo, no habría pecado como lo hizo Adán”. Todos hemos pecado. Somos una raza rebelde.
Pero lo que hace Dios no es condenarnos sino ofrecer la Solución. El día del juicio no ha llegado todavía. Cuando llegue ese día (Romanos 2:16) seremos juzgados no por medio de Adán sino por medio de Jesucristo. Se nos preguntará, ¿Qué has hecho con el Hijo de Dios? ¿Recibiste su ofrecimiento o no? Entendamos que el Dios que nos presenta el evangelio es justo. No se equivocará.
Adán fue la puerta por la que entró el pecado (Romanos 5:12). Él mismo, se te acuerdas, quiso echarle la culpa a la mujer. Sabía que la culpa no la tiene Dios. Algunas personas todavía intentan culpar a Dios. Es como un hombre sediento en el desierto criticando a los que le han enviado por mal camino. A su lado hay un pozo pero él se empeña en maldecir el pasado en vez de aprovechar el presente.
El v 19 enseña que Jesús abrió otra puerta y por medio de su sangre (v 9) muchos son constituidos justos, es decir, todos los que quieren. No te servirá acusar a Dios en el día del juicio. La única salvación es la que te ofrece ahora. Lee la lista de beneficios en los vss 1-5. ¿Cómo vas a rechazar eso porque hay algunas cosas que no entiendes? Dios está a tu favor, no en contra.
¿Acepto lo que Dios me ofrece?

Dios no es deudor

Vitaminas (Lectura mínima) Romanos 4:1-8
Menú completo Romanos 4
Si cobras la nómina por quincenas, entonces hasta que esa cantidad está en tu poder te lo debe el patrón. Lógico. A tu empresa no le debes nada, sino al contrario. No se te paga hasta que está realizado el trabajo. Algunos piensan que Dios es como el jefe. Nosotros vamos cumpliendo, haciendo buenas obras, hasta el momento de cobrar. Así Dios resulta nuestro deudor, de modo que nos tiene que premiar. Toda esta forma de pensar está basada en la idea de que no hay nada gratis en esta vida.
Nos equivocamos grandemente cuando pensamos que Dios se parece a nosotros. Porque sí hay algo gratis. Algo que jamás podrías comprar aunque estuvieses ahorrando durante mil vidas. Para entender lo que es, hay que entender cómo es Dios. Cuando decimos que Dios es justo se entiende que no comete ni admite la más mínima infracción. No hay forma de borrar nuestra maldad. Nos falta una cosa, la justicia, no la que nosotros podamos fabricar, sino la perfecta, que no consigue ningún ser humano.
Hay un texto de enorme importancia que dice que “al que no trabaja, sino cree en aquel que justifica al pecador, su fe le es contada por justicia” (Romanos 4:5). ¡Qué emoción! Esto fue el secreto de Abraham (v 3) y de David (v 6). En este corto capítulo encontramos la palabra justicia ocho veces. Es algo que Dios pone a nuestra cuenta por los méritos de Jesús. Nada de lo que podamos hacer, ni obras ni el rito de circuncisión que practicaban los judíos, puede producir esta justicia. Es un regalo. Se recibe creyendo. Luego somos deudores para canalizar la gracia de Dios a los demás. Naturalmente alguien preguntará, ¿Entonces hacemos lo que nos da la gana? Pablo va a tratar esa pregunta pero eso viene más adelante.

¿Por fin entiendo que Dios sólo regala?

domingo, 6 de febrero de 2011

No hay trato

Vitaminas   Romanos 3:21-26
Menú completo Romanos 3
Si has hablado últimamente con tus amigos sobre el evangelio te habrá pasado lo que a mí. La gente piensa que Dios (si es que admiten su existencia) regenta un gran negocio. El producto que él tiene es la vida eterna, un lugar en el cielo después de muertos. El precio son nuestras buenas obras. Nadie parece muy seguro de haber acumulado suficiente cantidad de éstas para ser admitido. Hay que ser muy justos para impresionar a Dios.
Tenemos que entender la palabra fe para entender el libro de Romanos. Fe significa recibir. Dios no vende nada, sólo regala. No hay escalera humana para subir al cielo. Dios nos lleva allí. Cuando evangelizamos tenemos que utilizar la verdad de Romanos 3:23 y 24 que dicen que todos somos pecadores y que Dios nos justifica gratuitamente por medio de Jesucristo.
¡Qué alivio para las personas con auténtica sed espiritual! Saber que con Dios no se hace tratos sino que se extiende una mano vacía para recibir lo que él nos ha preparado.
No nos ha de extrañar que una de las principales artimañas del diablo es hacer pensar a la gente que Dios realiza una operación comercial. Tenemos que contraatacar mediante un profundo conocimiento de la Palabra de Dios. Lo que el diablo hace pensar a las personas es que si es gratis, entonces no tiene valor. Incluso algunos piensan que si nos salvamos por fe entonces podemos vivir como nos da la gana. Lo que no entienden es que la fe es para personas ansiosas de justicia como vimos en el 2:7.
La fe dice, Dios lo ha hecho todo. Pero también dice, Yo soy deudor. Si Dios ha hecho tanto por mí, entonces yo me entrego a él totalmente. No es un trato comercial, sino una expresión de gratitud.
¿Me acostumbro a recibir?