sábado, 30 de abril de 2011

El tiempo de la reforma

Aperitivo                          Hebreos 9:1-10
Menú completo                Hebreos 9 y 10

    Menos mal que tenemos la palabra hasta. Se nos anima a mantener la confianza firme hasta el fin (3:6). Nuestra fe nos lleva hasta dentro del lugar santísimo. El culto enseñado por Moisés quedó vigente hasta el tiempo de reformar las cosas. Ahora que ha venido Cristo, nuestra forma de servir a Dios no tiene caducidad. No vamos a pasar por el trauma de tener que darnos cuenta como Pedro (Hechos 10:11) de que tendremos que adaptarnos a un sistema diferente.
    O quizá sí puede haber cambios traumáticos, no porque Dios esté instaurando algo nuevo, sino porque el pueblo de Dios se apartó de lo establecido. Cuando Lutero propuso una reforma para la iglesia se traumatizó toda Europa. Los mismos cristianos hebreos necesitan esta carta contundente para que no se aparten del camino. ¡Cuántas veces hemos visto en las Iglesias Evangélicas intentos de renovación, que producen unas reacciones realmente traumáticas.
    A menudo los responsables de las iglesias vuelven a caer en la tentación de hacer las cosas por ley en vez de por gracia. Desde luego, con la ley se controlan las cosas con más facilidad. Una amiga nuestra empezó a asistir a una iglesia en otro país y quería ser miembro. En las clases de preparación para el bautismo le enseñaron que en los cultos había que vestirse de cierta manera. Como su economía sencillamente no permitía cambiar de vestuario no se bautizó. Si pensamos que aumentando reglas se van a perfeccionar las personas, estamos volviendo al antiguo pacto, cuyas ofrendas y sacrificios no pueden hacer perfecto (9:9). Jesús, con una sola ofrenda, hizo perfectos para siempre a los santificados (10:15).
Preparémonos mediante esta lectura para sufrir con gozo (10:34) y no retroceder para perdición (v 39)
¿Dios quiere realizar alguna reforma en mí?

viernes, 29 de abril de 2011

Entre Dios y los hombres

Aperitivo                   Hebreos 7:23-8:1
Menú completo         Hebreos 7 y 8

    ¿Cuántas veces encuentras la palabra sacerdote en Hebreos 7? Habla de dos casas sacerdotales, la de Leví, y la de Melquisedec. Leví era uno de los 12 hijos de Jacob, y toda su tribu servía en el culto. No tenían territorio propio como las otras tribus, sino que fueron repartidos por lugares estratégicos. Vivían de los diezmos que traía el pueblo. Los sacerdotes eran los descendientes directos de Aaron, también levita. El hijo mayor desempeñaba la función de sumo sacerdote.
    El argumento de estos capítulos se basa en un texto del Salmo 110, donde el Mesías es nombrado sacerdote según el orden de Melquisedec. Este misterioso personaje es anterior a Leví, y por tanto superior. Recibió ofrendas del mismo Abraham.
    La cuestión principal es sencilla, ¿quién va a ser tu sacerdote, un ser humano, o Cristo el Hijo de Dios? Me invitaron una vez a la presentación de un libro sobre Carlos V, en el monasterio de Yuste. Entre los presentes había alcaldes y dignatarios de varios países. A mi lado había un hombre mayor, antiguo párroco de algunos pueblos de por aquí. Estaba hablando el director del Museo del Prado sobre un cuadro de Tiziano, donde está el emperador y la Virgen María, “Aquí vemos a María la mediadora...” El cura se volvió hacia mí y dijo sin bajar la voz, Hay un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, citando de 1 Timoteo 2:5. No olvidemos que Jesús es hombre y es Dios, y está de nuestra parte.
Hebreos nos informa que Jesucristo es el único mediador válido (8:6). Por sus méritos tenemos acceso a Dios. Todo el sacerdocio anterior es una mera sombra (8:5) ¡Aleluya!
¿Estoy aprovechando me derecho de entrada?

jueves, 28 de abril de 2011

Perfeccionándonos

Aperitivo                   Hebreos 5:8-12
Menú completo         Hebreos 5 y 6

    Hay cosas en estos dos capítulos que me cuesta entender. ¿Será que me encuentro entre los que no han dejado los rudimentos de la doctrina de Cristo (6:1)? ¿Qué quiere decir, vamos adelante a la perfección? ¿Por qué algunos se encuentran tardos para oír (5:11)? ¿Por qué se enfatiza el sufrimiento de Jesús nuestro sumo sacerdote (5:8)?
    Cuando leemos detenidamente el libro entero se ve que va dirigido a personas que para evitar la persecución y la presión social están contemplando abandonar su sencilla fe en Jesús. No quieren sufrir. Su esfuerzo por conseguir la comodidad bloquea su capacidad de entender la enseñanza de Dios. Notemos el paralelo. Jesús sufrió  y aprendió la obediencia y fue perfeccionado. Se nos exhorta a ir adelante a la perfección. ¿No pasará ésta por medio del sufrimiento, igual que a nuestro Sacerdote? Todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución (2 Timoteo 3:12). La persecución puede venir desde muy lejos o desde muy cerca. (Ver también Romanos 5:3 y 4.)
    Entonces el autor saca su artillería pesada. Dice que es imposible. (6:4) ¿Qué es imposible? Que ciertas personas sean renovadas para arrepentimiento. Les espera un juicio horrendo (10:27) ¿Quiénes son estas personas? (Para no equivocarme, sólo estoy citando del texto, sin poner explicaciones.) Son los que 1-Una vez fueron iluminados, 2-gustaron del don celestial, 3-fueron hechos partícipes del Espíritu Santo, 4-gustaron de la buena palabra de Dios y los poderes del mundo venidero, 5-recayeron.
Pienso que esto no fue escrito para que discutamos si se puede perder la salvación, sino para que los que se están apartando del camino tomen muy en serio sus decisiones.
¿Quiero seguir adelante a la perfección?

miércoles, 27 de abril de 2011

Nuestro sacerdote

Aperitivo                   Hebreos 4:14-16
Menú completo         Hebreos 3 y 4

    Para los judíos el sacerdote representaba al pueblo delante de Dios y hablaba al pueblo de parte de Dios. Pablo, en sus epístolas, que acabamos de leer (Romanos a Filemón) no usa ni una sola vez la palabra sacerdote, mientras en Hebreos se menciona 30 veces. Pablo, aunque cita masivamente del Antiguo Testamento, es el apóstol a los gentiles, gente no conocedora del sistema levítico. La carta a los hebreos, sin embargo, toma en cuenta que se trata de personas familiarizadas con el sacerdocio. La presencia de un sacerdote con su vestimenta especial puede ser muy reconfortante. Da seguridad. Él se ocupará de nuestra relación con Dios. Entrará en el lugar santísimo y conseguirá nuestro perdón.
    Pero ahora ¿quién se va a acercar a la presencia de Dios? Acerquémonos pues, nosotros (Hebreos 4:16). Nuestro sumo sacerdote, Jesús, abrió un camino a la presencia de Dios, de tal manera que hay acceso permanente. Ahora cuando ves a alguien que se descamina, te toca a ti corregirle (3:13).
    Y ¡qué fácil es apartarse del camino! Unos fabricantes de jamones empezaban a vender a unos intermediarios que se habían establecido en su zona. Los intermediarios tenían un enorme almacén y un trato exquisito con los fabricantes y al principio pagaban al contado. Un día hacen un pedido muy grande y ofrecen un pagaré. Es una gran oportunidad para el fabricante pero son timadores y no pagarán. En ese momento el fabricante necesita a alguien que le exhorte, “No seas avaricioso, no te fíes tanto”. Así es de engañoso el pecado (3:13). Nos ofrece beneficios que nunca serán nuestros. Nosotros tenemos la responsabilidad los unos por los otros, de exhortarnos unos a otros cada día. Jesús es nuestro sumo sacerdote, y tú y yo participamos en su sacerdocio.
¿A quién he exhortado hoy?

martes, 26 de abril de 2011

Mira quién habla

Aperitivo (Lectura mínima)   Hebreos 2:1-3
Menú completo                    Hebreos 1 y 2

    Unos vecinos de nuestro bloque empezaron a asistir a los cultos que se celebraban en diferentes casas. Se llevaron una buena impresión de los creyentes y sobre todo les tocó el mensaje del evangelio. Decidieron entregar su vida a Cristo y se bautizaron. Iban creciendo en la fe, hasta que nació un niño nuevo. Puedes imaginar la lucha que sostuvieron ante la enorme fuerza de la tradición, para que el niño fuera bautizado, aunque ellos mismos estaban convencidos de que el bautismo es para creyentes. Al final, no sólo cedieron ante la presión que ejercían los abuelos, sino que nos escribieron una carta en la que decían que dejaban la Iglesia Evangélica.
    Cuando leemos, es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que nos deslicemos  (2:1), vemos la gran preocupación del autor de Hebreos, de que nos mantengamos en la fe. Habla de la posibilidad de recaer (6:6). Existe el peligro de perder la recompensa (10:35). Uno de los temas claves es la importancia de la paciencia, o el aguante ante las dificultades.
    Hebreos nos anima. Nos habla de los grandes privilegios que tenemos en Cristo. Dios ha hablado en muchas maneras (1:1) pero su palabra final es el mensaje de Cristo. Es interesante estudiar este libro buscando las formas de la palabra hablar o decir o palabra. En medio de muchas voces que se puede oír, tenemos que afinar el oído hacia la voz de Dios.
    Puede que sintamos mucha presión externa para conformarnos más a la sociedad que nos rodea. Hay una tentación continua, que en ocasiones resulta casi irresistible. En pueblos pequeños la gente nos marca como personas raras. En las ciudades hay una poderosa corriente que lleva a la mayoría. Pero tenemos un poder especial, que se explica en Hebreos 2:18.

¿Conozco el poder que viene de la voz de Dios?

domingo, 24 de abril de 2011

Un tema muy sensible

Menú completo         Filemón 15-25

    Pablo no suele decir, quizá o pudiera ser. Siempre habla con seguridad. Pero me da la sensación de que en el caso de Filemón y Onésimo está pisando el terreno con pies de plomo. No es por faltarle autoridad. Eso lo deja claro en el v 19. Filemón tiene con Pablo una deuda mucho mayor que el valor de un esclavo. Pablo propone un par de posibilidades. Para él sería muy útil (el significado de Onésimo) tener un ayudante. Por otro lado contempla la posibilidad de que lo reciba Filemón para siempre, como hermano (v 15).
    Leyendo esta cartita entera ¿no te da la sensación de que lo que pretende Pablo es que Filemón sopese todas las opciones y todos los factores y llegue a su propia conclusión, sin sentirse obligado por alguna ley impuesta por el apóstol? Así nunca podrá decir, “Onesi, si no te manda librar Pablo, yo te podría poner un castigo que nunca en la vida ibas a olvidar.” Porque ahora la decisión la va a tomar Filemón mismo. Naturalmente sabe lo que desea Pablo, ni más ni menos que recibir al esclavo rebelde como si fuera su propio padre espiritual, Pablo mismo (v 17).
    Esta es la forma en que Dios le da la vuelta a las cosas. En el Imperio Romano hubo una epidemia de levantamientos de esclavos que pretendían su libertad. Bajo la enseñanza de Cristo no hacen falta levantamientos. En el siglo 20 sucedió el fenómeno del comunismo. Según la enseñanza de Marx hubo que quitar el poder a los explotadores por medio de la violencia. Incluso algunos de la “teología de liberación” (no todos) abogaban por la violencia. Pero el evangelio es tan poderoso que no necesita de violencia. ¿Te ves esclavizada/o? Considérate esclavo de Cristo, como la prisión de Pablo. Su encarcelamiento no era justo pero sí era según la voluntad de Dios.
¿Qué haría Filemón al final con su esclavo regresado?