Vitaminas (Lectura mínima) Hechos 24:24-27
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La verdad no importa. El sacerdote y los que le han acompañado para acusar a Pablo delante del gobernador Félix sólo tienen el objetivo de eliminar a los cristianos. Por eso Pablo dice que tienen que probar (v 13) las cosas que dicen. En el siguiente capítulo veremos que trazan otro plan para matar a Pablo por el camino. Piensan que el fin justifica los medios.
A Félix el gobernador tampoco le importa la verdad. Para no ofender a los judíos deja a Pablo en la cárcel (v 27). Está haciendo política. Había ofrecido soltar a Pablo a cambio de un soborno (v 26). En el siguiente capítulo Pablo se harta de estos juegos y apela al emperador.
No nos sorprende cuando nos mienten. Sabemos que a muchos lo que les importa es que no les descubran. Algunos mienten por motivos económicos, también por mantener su “imagen”. Se habla también de “mentiras piadosas”. Dicen que hay que faltar a la verdad para no herir. No lo entiendo. Si Dios es todopoderoso, ¿no sabrá guiar a sus hijos a no herir sin decir mentiras?
El motivo que da Pablo por no mentir (Efesios 4:25) es que somos miembros los unos de los otros. Entre creyentes que siguen a Jesús tiene que haber trasparencia. No cabe el politiqueo, o los complots porque siendo mi hermano un miembro mío si le hago sangrar es mi cuerpo el que sangra también.
Hay personas que mienten por costumbre hasta el punto de casi no discernir a veces entre la verdad y la imaginación. Cuando nacemos de nuevo el Espíritu Santo se encarga de cambiar eso. Somos el pueblo de la luz, no de las tinieblas.
¿Siento amor por la verdad?