Vitaminas (Lectura mínima) Hechos 23:12-22
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Hubo un cura párroco en Villanueva de la Vera, José García Mora, conocido como el cura Mora, que escribía libros y artículos denunciando la hipocresía en las altas esferas. Cuentan que la oposición contra él creció tanto que para salvar su vida tuvo que escapar secretamente de noche.
Vemos a Pablo, supuestamente a expensas de la justicia pero enfrentando otro complot de parte de sus enemigos que no confían en la justicia romana. Cuarenta hombres no comerán ni beberán hasta darle muerte. Se supone que las autoridades del pueblo al final los librarían de cumplir ese voto y morir de sed.
Entendamos una cosa, o mejor dicho, dos cosas: Primero, que Dios tiene todo poder, de modo que lo único que va a prosperar será lo que se hace de la manera que a él le agrada, es decir, por el camino que trazó Cristo. Segundo, que cualquier estrategia que pretenda hacer daño o que requiera de engaño no gozará del beneplácito divino, así que tenemos aquí un instrumento para determinar cómo proceder ante las dificultades y la oposición: la fuerza humana y la maña no forman parte de nuestro arsenal. Cuando Jesús habló de ser prudentes, lo vinculaba con la sencillez. Pablo es prudente, por ejemplo, cuando reivindica sus derechos (22:25) y cuando manda a su sobrino a delatar el complot (23:17) e incluso cuando se identifica como fariseo (23:6). Pero no recurre a pretextos como hacen sus enemigos (23:15).
Hay métodos que garantizan resultados. Contratando a un pistolero puedes eliminar a un enemigo. Pero sólo manteniendo tu relación con Dios puedes gozar de la auténtica protección divina.
¿De dónde viene mi protección?
(Salmo 121:2 Mi socorro viene del SEÑOR, que hizo los cielos y la tierra)
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