12-enero
2 Y un hombre llamado Zaqueo, que era jefe de
los recaudadores de impuestos y era rico,
3 trataba de ver quién era Jesús; pero no podía
a causa de la multitud, ya que él era de pequeña estatura.
4 Y corriendo delante, se subió a un sicómoro
para verle, porque Jesús estaba a punto de pasar por allí.
5 Cuando Jesús llegó al lugar, miró hacia
arriba y le dijo: Zaqueo, date prisa y desciende, porque hoy debo quedarme en
tu casa.
6 Entonces él se apresuró a descender y le
recibió con gozo.
7 Y al ver esto, todos murmuraban, diciendo: Ha
ido a hospedarse con un hombre pecador.
8 Y Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: He
aquí, Señor, la mitad de mis bienes daré a los pobres, y si en algo he
defraudado a alguno, se lo restituiré cuadruplicado.
9 Y Jesús le dijo: Hoy ha venido la salvación a
esta casa, ya que él también es hijo de Abraham;
10 porque el Hijo del Hombre ha venido a buscar
y a salvar lo que se había perdido.
Lucas 19:11-27
11 Estando ellos oyendo estas cosas, continuando
Jesús, dijo una parábola, porque El estaba cerca de Jerusalén y ellos pensaban
que el reino de Dios iba a aparecer de un momento a otro.
12 Por eso dijo: Cierto hombre de familia noble
fue a un país lejano a recibir un reino para sí y después volver.
13 Y llamando a diez de sus siervos, les dio
diez minas y les dijo: "Negociad con esto hasta que yo regrese."
14 Pero sus ciudadanos lo odiaban, y enviaron
una delegación tras él, diciendo: "No queremos que éste reine sobre
nosotros."
15 Y sucedió que al regresar él, después de
haber recibido el reino, mandó llamar a su presencia a aquellos siervos a los
cuales había dado el dinero, para saber lo que habían ganado negociando.
16 Y se presentó el primero, diciendo: "Señor,
tu mina ha producido diez minas más."
17 Y él le dijo: "Bien hecho, buen siervo,
puesto que has sido fiel en lo muy poco, ten autoridad sobre diez
ciudades."
18 Entonces vino el segundo, diciendo: "Tu
mina, señor, ha producido cinco minas."
19 Y dijo también a éste: "Y tú vas a estar
sobre cinco ciudades."
20 Y vino otro, diciendo: "Señor, aquí está
tu mina, que he tenido guardada en un pañuelo;
21 pues te tenía miedo, porque eres un hombre
exigente, que recoges lo que no depositaste y siegas lo que no sembraste."
22 El le contestó*: "Siervo inútil, por tus
propias palabras te voy a juzgar. ¿Sabías que yo soy un hombre exigente, que
recojo lo que no deposité y siego lo que no sembré?
23 "Entonces, ¿por qué no pusiste mi dinero
en el banco, y al volver yo, lo hubiera recibido con los intereses?"
24 Y dijo a los que estaban presentes:
"Quitadle la mina y dádsela al que tiene las diez minas."
25 Y ellos le dijeron: "Señor, él ya tiene
diez minas."
26 Os digo, que a cualquiera que tiene, más le
será dado, pero al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará.
27 Pero a estos mis enemigos, que no querían que
reinara sobre ellos, traedlos acá y matadlos delante de mí.
Jesús sigue en Jericó, camino a Jerusalén. Ni Bartimeo (que vimos ayer), ni el de hoy, Zaqueo, pueden clasificarse como normales. Éste es el jefe de los recaudadores al servicio del imperio romano para exprimir a su propio pueblo, los judíos. Hemos visto a algún noble de los judíos apartarse de Jesús con tristeza por no estar dispuesto a apartarse de sus riquezas.
Pero Mr. Z, que reconocía una oportunidad cuando se le ofrecía el puesto de recaudador, ahora reconoce que ha encontrado una inversión infinitamente mejor. No se aparta, se acerca. Siendo un trepa como es, se aprovecha del árbol más cercano.
Luego Jesús sigue hablando de inversiones y el hecho de que Dios pide cuentas.