viernes, 11 de enero de 2019

Hacer el ridículo por Jesús


11-enero

Mat 20:29-34
29  Al salir de Jericó, le siguió una gran multitud.
30  Y he aquí, dos ciegos que estaban sentados junto al camino, al oír que Jesús pasaba, gritaron, diciendo: ¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de nosotros!
31  Y la gente los reprendía para que se callaran, pero ellos gritaban más aún, diciendo: ¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de nosotros!
32  Deteniéndose Jesús, los llamó, y dijo: ¿Qué queréis que yo haga por vosotros?
33  Ellos le dijeron*: Señor, deseamos que nuestros ojos sean abiertos.
34  Entonces Jesús, movido a compasión, tocó los ojos de ellos, y al instante recobraron la vista, y le siguieron.

Mar 10:46-52
46  Entonces llegaron* a Jericó. Y cuando salía de Jericó con sus discípulos y una gran multitud, un mendigo ciego llamado Bartimeo, el hijo de Timeo, estaba sentado junto al camino.
47  Y cuando oyó que era Jesús el Nazareno, comenzó a gritar y a decir: ¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí!
48  Y muchos lo reprendían para que se callara, pero él gritaba mucho más: ¡Hijo de David, ten misericordia de mí!
49  Y Jesús se detuvo y dijo: Llamadle. Y llamaron* al ciego, diciéndole: ¡Anímate! Levántate, que te llama.
50  Y arrojando su manto, se levantó de un salto y fue a Jesús.
51  Y dirigiéndose a él, Jesús le dijo: ¿Qué deseas que haga por ti? Y el ciego le respondió: Raboní, que recobre la vista.
52  Y Jesús le dijo: Vete, tu fe te ha sanado. Y al instante recobró la vista, y le seguía por el camino.            
 Lucas 18:35-43, 19:1
35  Y aconteció que al acercarse a Jericó, un ciego estaba sentado junto al camino mendigando.
36  Al oír que pasaba una multitud, preguntaba qué era aquello.
37  Y le informaron que pasaba Jesús de Nazaret.
38  Entonces gritó, diciendo: ¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí!
39  Y los que iban delante lo reprendían para que se callara; pero él gritaba mucho más: ¡Hijo de David, ten misericordia de mí!
40  Jesús se detuvo y ordenó que se lo trajeran; y cuando estuvo cerca, le preguntó:
41  ¿Qué deseas que haga por ti? Y él dijo: Señor, que recobre la vista.
42  Jesús entonces le dijo: Recibe la vista, tu fe te ha sanado.
43  Y al instante recobró la vista, y le seguía glorificando a Dios; cuando toda la gente vio aquello, dieron gloria a Dios.
1  Habiendo entrado Jesús en Jericó, pasaba por la ciudad.


Como en el caso del endemoniado de Gadara, algún evangelista menciona 2, y otro se centra en uno principal. Aquí el principal ciego es Bartimeo. Los 3 escritores sinópticos, Mateo, Marcos y Lucas, tienen cada uno su óptica y se enfocan en diferentes detalles. Es recomendable leerlos despacio y formar una imagen mental lo más completo posible. 

Me he fijado en un pequeño detalle que encontramos en Marcos 10:50. ¿Por qué tira su manto al suelo? Tal vez por ir con menos trabas a Jesús. ¿Estará confiado en poder volver viendo y encontrar el manto y saber de qué color era? El manto se lleva cuando uno sale a la calle en el mes de Marzo. Todavía está en la calle. La escena parece un poco ridícula. Pero nada tiene de ridículo lo que sucede después. Ve. Sigue a Jesús. Y si sigue siguiendo llegará a Jerusalén y podrá ver con sus nuevos ojos al rey, el Hijo de David, entrar montado en la ciudad al son de hosannas. 

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