sábado, 23 de abril de 2011

Enseñar mucho con pocas palabras

Menú completo         Filemón 1-14

    Nunca es Pablo a secas. Casi siempre se presenta como apóstol, a veces como siervo (esclavo) y a veces como miembro de un equipo. Pero con Filemón es Pablo prisionero de Jesucristo, también en Efesios 3:1. ¿Qué sentido tiene esto para Filemón, creyente de buena posición social, y tratándose de su esclavo fugado? Al reparar en esa expresión Filemón puede llevarse un chasco. Pablo ha sido apresado por las autoridades romanas. Al atribuir esa condición a la autoridad de Cristo (prisionero de Jesucristo) está comunicando volúmenes. Jesucristo está por encima de las autoridades romanas. Dios es el que autoriza y desautoriza en toda esfera humana. De modo que Pablo bien puede llegar a la conclusión de que es Cristo mismo quien le tiene allí “privado de libertad”.
    Suponiendo que Onésimo el esclavo fugado llega un buen día a la casa que abandonó (hecho delictivo en su tiempo) diciendo a su amo, “Te traigo una carta personal de Pablo”, ¿qué va a hacer Filemón? Cuando se da cuenta del tono de esta carta, y que su esclavo ahora es un hermano en Cristo, puede empezar a sacar conclusiones. Si Pablo es prisionero de Cristo, entonces Onésimo es esclavo de Cristo, y Filemón tiene que tratarle desde esa perspectiva. Además, en la carta que escribe Pablo a su iglesia de Colosas (probablemente al mismo tiempo) va a escuchar que los amos también son esclavos de Dios (Colosenses 4:1).
    Pablo acaba de asestar un golpe mortal a la institución de la esclavitud, y sin violencia. Por donde se extiende la fe cristiana todos serán hermanos. A tu hermano no le esclavizas. Han habido enormes e incomprensibles aberraciones con las esclavizaciones realizadas sobre africanos y otros. Los que lo hacían se consideraban cristianos practicantes. Pienso que simplemente cerraban los ojos a la clara verdad de la Palabra de Dios. Pienso que sucesivas generaciones se darán cuenta que nosotros lo hemos hecho también en algunos aspectos de nuestra vida.
¿Necesito siempre muchas palabras para comunicar en profundidad?
Los nuestros
Menú completo                Tito 3:9-15

    A Pablo casi se le olvidó. Ya ha dado instrucciones sobre el movimiento de las distintas personas que conforman su equipo y está a punto de despedirse. Pero entonces piensa otra vez en la iglesia de la isla de Creta y es como si dijera, “Ah ¿qué te iba a decir? Hay un fruto que ellos tienen que producir, que todavía no he mencionado. Tiene que ver con los necesitados. Tito, que los nuestros no pierdan la oportunidad de ayudar en los casos de necesidad ¿para que nadie pase hambre? No, para que no queden sin dar fruto.
    Como siempre, me cuesta entrar en la mentalidad del apóstol. En primer lugar, si le he entendido bien, “los nuestros” son esa iglesia llena de mentirosos y glotones. Son los nuestros porque han conocido la salvación de Dios mediante la sangre de Cristo. A los míos no los puedo abandonar, por difíciles que sean. En segundo lugar, no está pensando aprovecharse de ellos, ni tampoco en hacer una buena impresión para que la gente diga, “Por donde va Pablo, se nota que enseña buena doctrina”. En lo que está pensando es en el beneficio de los suyos. Quiere que tengan fruto para la eternidad. Esto es algo que cualquier creyente, por inmaduro que sea, puede aprovechar. Puede ocuparse en buenas obras.
    Hay más cosas aquí para ocupar nuestra atención. Hay muchas conversaciones entre creyentes los domingos después del culto que creo que a Pablo le producirían frustración. Porque está intentando evitar cuestiones necias, con el fin de que toda palabra sirva para edificación. Hay personas que por medio de insinuaciones intentan causar divisiones. Éstas requieren un trato concreto (v 10). Todo esto necesita mucho discernimiento.
¿Algunos de los míos se parecen a los que Pablo llama “los nuestros”?

jueves, 21 de abril de 2011

Una salvación completa

Menú completo                Tito 3:1-8

    Me gustó la descripción que hizo un misionero respecto a una herejía en la que él había caído. Trabajando con un grupo indígena en Honduras, este hombre confiesa que cayó en un serio error “doctrinal”. Su error fue, que después de predicar a los creyentes la enseñanza de la Palabra de Dios, pensaba que automáticamente iban a obedecer. Pongamos un ejemplo. A mis hijas, por obedientes que fueran, les hacía falta más que una simple instrucción. Necesitaban el ejemplo de sus padres. En alguna ocasión necesitaban un plan de premios y de castigos para fijar ese comportamiento. Necesitaban ser recordadas repetidas veces. Sería una herejía parental adoptar el método de decir solamente una vez las cosas que tiene que aprender un hijo.
    Pablo sabe que Tito tiene unos “hijos” muy duros. Además de enseñar y reprender y exhortar, ahora tiene que insistir (3:8). Y esa insistencia ha de hacerse con firmeza. Aquí tengo que confesar lo difícil que es para mí después de enseñar las cosas con claridad, volver a tratar a los hermanos como niños y decir, “No estás practicando lo que hemos aprendido”. Prefiero lavarme las manos y decir, “Yo ya he cumplido.” Pero hay que mantenerse firme. Con las personas que no son amables (3:2) hay que insistir en que sean amables, etc. etc.
    Pablo se identifica (3:3) entre los que han sido rebeldes y presos de vicios. Pero fuimos salvos por la misericordia de Dios, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo (3:5). Curiosamente esta explicación tan clara y escueta de la salvación no por obras viene justo en medio de dos textos que enfatizan las buenas obras. Como ya vimos en el 2:14, el sacrifico de Cristo redime y purifica para buenas obras.
¿Estoy enseñando una salvación completa?

Una doctrina sana

Menú completo                Tito 2:6-15

    Además de la reprimenda y la organización de ancianos, Tito tiene otros medios para traer orden a la iglesia de Creta. Se le manda exhortar a los jóvenes, a los esclavos y a todos. Se trata de la enseñanza (2:7). No sé por qué en algunas versiónes del NT, se traduce esta palabra de dos formas. En el v 10 la misma palabra griega (didaskalia) se traduce doctrina, y también en el 2:1. En el 1:9 es enseñanza. Me parece que para Pablo no existe la diferencia que a veces hacemos entre enseñanza “práctica” y enseñanza “doctrinal”. Para él Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra (2 Timoteo 3:16-17).
    En toda la Biblia no hay enseñanza que no esté destinada a que tu vida represente fielmente la vida de Cristo. Todo es para que vivamos esas buenas obras que Dios preparó de antemano para que andemos en ellas (Efesios 2:10). Lee Tito 2:14.
    Alguno tendrá objeciones. En el libro de Gálatas ¿no está enseñando Pablo la doctrina de que no se puede añadir nada a la obra de Cristo? ¿No es eso enseñanza doctrinal? Pablo mismo da la respuesta. Al final de esa epístola expresa la importancia de que esa libertad que ellos necesitan no se use para la carne (5:13) porque pueden acabar en la misma condición que los cretenses (Gál 5:15-21). Su peligro es que se corten de la fuente de su salvación, la obra de la cruz de Cristo. Y la cristología de las epístolas de Juan ¿no es “doctrina pura”? Juan dice, Estas cosas os escribo para que no pequéis (1 Juan 2:1). Está demostrando que Toda la Escritura es para prepararnos para buenas obras, en especial el amor.
    Por eso prefiero la palabra enseñanza. Como un cuerpo hermoso refleja una buena alimentación, un comportamiento santo sirve para adornar la doctrina (2:10)

¿Enseñamos la doctrina de que los jóvenes sean prudentes?

martes, 19 de abril de 2011

Un pueblo como éste

Menú completo                Tito 1:10-2:5
     
    Imagínate un pueblo donde no puedes fiarte de tu vecino debido a la fama que tiene, de mentiroso. Además, a la gente no le gusta trabajar; sin embargo sí les gustan las comilonas. Pero en este caso son cristianos que necesitan que el evangelio penetre en todas las áreas de su comportamiento. Pablo cita al cretense Epiménides que siglos antes ya había descrito así a su propio pueblo (1:12). Los peores en este caso son los “creyentes antiguos”, los que han conocido el camino de Dios en sus propias sinagogas, es decir, los judíos que se han convertido. Los llama Pablo obstinados, habladores de vanidades, engañadores y dice que hay que taparles la boca.
    ¿Y cómo se propone hacer callar a estos contumaces? Tito los tiene que reprender duramente para que sean sanos en la fe. Es triste cuando hay que suministrar un trato así pero es necesario. A veces a los que tenemos la responsabilidad de cuidar las almas nos falta valor para tomar esas medidas. Tenemos miedo de que la gente se enfade con nosotros. Eso es como un médico que dice, “A este paciente no le corto la pierna gangrenada para que no me considere cruel.” Siempre es peor cuando hacemos así.
    Hay otra medida de corrección que ya ha nombrado Pablo, la de elegir a los hombres que son ejemplares en su comportamiento y nombrarles como responsables en cada congregación (1:6). Los llama ancianos (presbíteros) y obispos (supervisores). Hay un libro que hemos estudiado con hombres que se preparaban para esta labor: La Medida de un Hombre, de Gene Getz, que trata estos temas con cierto detalle.
    Si en Creta hubo personas obstinadas, ¿con qué deficiencias tenemos que contender hoy en día? En muchas iglesias evangélicas hay personas llenas de crítica y de rencor. Hay una frase terrible en el 1:16– Profesan conocer a Dios pero con los hechos lo niegan.
¿Podemos decir que Dios nos ha perdonado si nosotros no perdonamos de todo corazón (Mateo 18:35)?

Un trabajo demasiado grande

Menú completo                    Tito 1:1-9

    La administración de una empresa requiere varias cualidades, entre ellas la capacidad de mantener siempre una visión global de cómo las cosas han de funcionar y como realmente funcionan. Aunque tenemos que cuidar mucho de no tratar a la iglesia como si fuera una empresa comercial, sin embargo es la empresa de Dios en la tierra. Su objetivo no es reunir poder económico, sino de reunir gente que glorifique al Señor Jesucristo.
    Pablo mantiene en todo momento esa visión de todas las iglesias que se han iniciado por su ministerio en toda la franja norte del Mediterráneo. Hemos visto como en la segunda de sus tres giras empieza a escribir cartas a iglesias para tratar temas particulares de cada una y suplir de esa manera su ausencia personal. Además de las cartas, utiliza la estrategia de la delegación. Elige a personas que han estado con él y que se han mostrado fieles, para que le representen en lugares que necesitan de atención especial.
    La isla de Creta (Tito 1:5) necesita atención especial. El evangelio ha llegado a gran parte de sus 100 ciudades y pueblos. (A propósito, la iglesia necesita personas capaces de asumir trabajos así de amplios como aceptaba Tito.) Los cretenses son gente problemática y, además, no se ha realizado una de las labores básicas en la formación de nuevas iglesias, el nombramiento de hombres locales para la dirección de la iglesia. Ésta es la labor que Pablo asigna a su fiel ayudante, que ya ha demostrado así su capacidad en otros lugares (v.g. 2 Corintios 7:6). Es demasiado para un hombre, tomando en cuenta también los límites de tiempo porque Pablo ahora requiere su presencia en otro lugar (Tito 3:12). Pero su labor, y la tuya, forman parte de un plan que empezó mucho antes de estar por ahí Pablo (1:2) y cuyo diseñador siempre provee la gracia (1:4) para cumplir.

¿Es Dios quien me mandó hacer lo que estoy haciendo?

domingo, 17 de abril de 2011

Más completo todavía

Aperitivo                          2 Timoteo 4:6-8
Menú completo                2 Timoteo 3:10-4:22

    Encuentro la palabra todo 11 veces en esta lectura. Pablo, sabiendo que va a morir pronto, es capaz de decir, he peleado la buena batalla, he acabado la carrera (4:7). No sólo él, sino que cierto grupo de personas también, van a recibir la corona de justicia. Me gustaría apuntarme para esa corona si existe la posibilidad de que entre en el cupo. Otra vez vemos la palabra todos (4:8). Pero hay una condición. Se trata de todos los que aman su venida. ¿Te acuerdas de nuestra lectura en Tesalonicenses, las primeras epístolas de Pablo, donde él hablaba de la venida de Jesús pensando estar entre los que iban a quedar hasta ese momento (1 Tes 4:15-17)? Ahora estamos leyendo sus últimas palabras, y él sigue amando esa venida, aunque sabe que no va a estar en ese grupo. El amar su venida es poner la confianza y la esperanza en ese día. Pablo consiguió eso eliminando cualquier otra fuente de esperanza. Los que aman la venida de Jesús enfocan todas sus actividades en ella.
    ¿Cuál es la condición física del apóstol que ha sembrado el evangelio con éxito por todo el Mediterráneo? Está pendiente del invierno (v 21). Allí en la mazmorra va a pasar frío, y le pide a Timoteo el capote (v 13). Le faltan sus libros y los encarga también. Algunos le ven a Pablo como acabado, y con el árbol caído todos hacen leña. Demas lo ha abandonado. Alejandro endurece su oposición. Ninguno de los cristianos de Roma quiso estar con él en el juicio. ¿Te suena un poco a Jesús, abandonado por sus mismos discípulos? Hay uno que quedó con Pablo, el médico Lucas. Y está ansiando ver a Timoteo. ¡Qué contraste entre la condición física y su estado espiritual, victorioso, deseando el momento en que el Señor le entregue su corona.
¿Qué es la principal lección que aprendo de la vida de Pablo?

Algo muy completo

Aperitivo                          2 Timoteo 2:1-9
Menú completo                2 Timoteo 2:1-3:9

    La aspiración de Pablo para Timoteo es que el Señor le dé entendimiento en todo (2:7). Él mismo dice que ama tanto a los creyentes que su sufrimiento en la cárcel lo soporta todo (2:10). Tenemos que apartarnos de maldad todos los que invocamos el nombre de Cristo (2:19). Dios nos puede limpiar de tal manera que estemos dispuestos para toda buena obra (2:21). El siervo de Dios ha de ser amable para con todos (2:24). Y también el comportamiento de los hombres vanidosos e impíos será puesto en evidencia para todos (3:9).
    Estuve pensando en Juan, el bautista, que desde la cárcel estaba inseguro si Jesús era el que esperaban o no (Mateo 11:2). Cuando la vida te da esos golpes es muy normal cuestionar si hubo algún error. Sin embargo, vemos aquí a Pablo con total optimismo. Este hombre no cierra los ojos a la realidad. Lo que él está pasando en la cárcel es poca cosa en comparación con los tiempos peligrosos que se avecinan (3:1-8). Si nos viésemos rodeados de personas así, nos podríamos hundir, pero Pablo confía en que no irán más adelante.
    Pablo confía en el Señor y confía en la iglesia. Confía en la obra de Dios en Timoteo. Las posibilidades son ilimitadas. Podemos ser instrumentos para honra, santificados, útiles al Señor, dispuestos para toda buena obra. Sí, tú y yo podemos ser útiles al Señor. Condición: la limpieza (2:21). Como un atleta, limpio de toda clase de drogas y de vicios, podemos enfrentar nuestra carrera con confianza.
¿Mi gran deseo es correr bien?