Menú completo Tito 1:1-9
La administración de una empresa requiere varias cualidades, entre ellas la capacidad de mantener siempre una visión global de cómo las cosas han de funcionar y como realmente funcionan. Aunque tenemos que cuidar mucho de no tratar a la iglesia como si fuera una empresa comercial, sin embargo es la empresa de Dios en la tierra. Su objetivo no es reunir poder económico, sino de reunir gente que glorifique al Señor Jesucristo.
Pablo mantiene en todo momento esa visión de todas las iglesias que se han iniciado por su ministerio en toda la franja norte del Mediterráneo. Hemos visto como en la segunda de sus tres giras empieza a escribir cartas a iglesias para tratar temas particulares de cada una y suplir de esa manera su ausencia personal. Además de las cartas, utiliza la estrategia de la delegación. Elige a personas que han estado con él y que se han mostrado fieles, para que le representen en lugares que necesitan de atención especial.
La isla de Creta (Tito 1:5) necesita atención especial. El evangelio ha llegado a gran parte de sus 100 ciudades y pueblos. (A propósito, la iglesia necesita personas capaces de asumir trabajos así de amplios como aceptaba Tito.) Los cretenses son gente problemática y, además, no se ha realizado una de las labores básicas en la formación de nuevas iglesias, el nombramiento de hombres locales para la dirección de la iglesia. Ésta es la labor que Pablo asigna a su fiel ayudante, que ya ha demostrado así su capacidad en otros lugares (v.g. 2 Corintios 7:6). Es demasiado para un hombre, tomando en cuenta también los límites de tiempo porque Pablo ahora requiere su presencia en otro lugar (Tito 3:12). Pero su labor, y la tuya, forman parte de un plan que empezó mucho antes de estar por ahí Pablo (1:2) y cuyo diseñador siempre provee la gracia (1:4) para cumplir.
¿Es Dios quien me mandó hacer lo que estoy haciendo?
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