Vitaminas (Lectura mínima) Vss
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Menú completo Filemón
Entre Pablo y Filemón hay mucha confianza. Han pasado buenos
ratos juntos. Aunque Pablo está en la cárcel y Filemón es un hombre de
propiedad, sin embargo el primero es el que ejerce la autoridad. Dice que
siente mucha libertad para mandar pero no quiere.
Hay algunas personas que lo hacen al revés. No tienen
autoridad, pero les gusta mandar. Hay quienes enfocan la vida como una especie
de concurso donde ganas puntos según el número de personas que te hacen caso.
Para conseguir obediencia recurren a varios procedimientos. Puede que se les
haga caso por su insistencia. A otros porque manipulan. A otros porque son los
que pagan. A otros porque han ganado el derecho de tener autoridad.
Esto es el caso de Pablo pero ¿por qué no le gusta mandar?
Por lo mismo que Dios. Una decisión obligada no tiene el mismo valor que el
libre ejercicio de la voluntad basado en un proceso de pesar valores y llegar a
conclusiones.
Filemón podría decir, “Aceptaré a Onésimo en mi casa otra
vez porque lo dice Pablo.” Pero ahora tiene que considerar las opciones. La
decisión será suya. Así se consigue el propósito de Dios, de que cada uno
maduremos. Otro beneficio es que el esclavo restaurado sabe que el amo le
recibió de corazón y no solo por obligación; esto favorece su relación.
¿He
aprendido a mandar lo menos posible?