Lo que hicieron éstos fue en obediencia a la Palabra de Dios. Tomemos tiempo hoy para preguntar ¿Qué paso voy a dar, que indica que yo también deseo una patria mejor, una patria celestial (v 16)?
¿Te has dado cuenta que estas personas de fe tienen 2 clases de actuaciones? Por una parte ganaron grandes victorias contra todo pronóstico. Por otra parte aguantaron enorme oposición y sufrimiento. Éstos reciben el título, El Mundo no los merecía.
11:1- Tener fe es tener la plena seguridad
de recibir aquello que se espera; es estar convencidos de la realidad de cosas
que no vemos. 2- Nuestros antepasados fueron aprobados por Dios
porque tuvieron fe. 3- Por fe sabemos que Dios formó el universo mediante su
palabra, de modo que lo que ahora vemos fue hecho de cosas que no
eran visibles.
4- Por fe, Abel ofreció a Dios un
sacrificio mejor que el de Caín, y por eso Dios le declaró justo y aceptó sus
ofrendas. Así que, aunque Abel está muerto, sigue hablando por medio
de su fe.
5- Por fe, Henoc fue llevado en vida para
que no muriera, y ya no lo encontraron, porque Dios se lo había llevado. Y la
Escritura dice que, antes de ser llevado, Henoc había agradado a Dios. 6-
Pero no es posible agradar a Dios sin tener fe, porque para acercarse a Dios es
necesario creer que existe y que recompensa a quienes le buscan.
7- Por fe, Noé, cuando Dios le advirtió que
iban a suceder cosas que todavía no eran visibles, obedeció, y construyó la
barca para salvar a su familia. Y por esa misma fe, Noé condenó a la
gente del mundo y alcanzó la salvación que se obtiene por la fe.
8- Por fe, Abraham, cuando Dios lo llamó,
obedeció y salió para ir al lugar que le iba a dar como herencia. Salió de su
tierra sin saber a dónde iba, 9- y por la fe que tenía vivió como
extranjero en la tierra que Dios le había prometido. Vivió en
tiendas de campaña, lo mismo que Isaac y Jacob, que también recibieron esa
promesa. 10- Abraham esperaba aquella ciudad que tiene
cimientos firmes, de la cual Dios es arquitecto y constructor. 11- También por
fe, Abraham recibió fuerzas para ser padre, porque creyó que Dios
cumpliría sin falta su promesa, a pesar de que Sara no podía tener hijos y él
ya era demasiado viejo. 12- Así que Abraham, aunque próximo el fin de sus días,
tuvo descendientes tan numerosos como las estrellas del cielo y como la arena
de la orilla del mar, que no se puede contar.
13- Todas estas personas murieron sin haber
recibido las cosas que Dios había prometido; pero como tenían fe, las vieron de
lejos y las saludaron reconociéndose a sí mismos extranjeros de paso por este
mundo. 14- Y los que así hablan, claramente dan a entender que
todavía andan en busca de una patria. 15- Si hubieran estado pensando en la
tierra de donde salieron, bien podrían haber regresado a ella; 16- pero
deseaban una patria mejor, es decir, la patria celestial. Por eso,
Dios no se avergüenza de que le llamen el Dios de ellos, pues les
tiene preparada una ciudad.
17- Por fe, Abraham, cuando Dios le puso a
prueba, tomó a Isaac para ofrecerlo en sacrificio. Estaba dispuesto a ofrecer a
su hijo único, a pesar de que Dios le había prometido: 18- “Por
medio de Isaac tendrás descendientes.” 19- Y es que Abraham
reconocía que Dios tiene poder incluso para resucitar a los muertos; por eso recobró
a su hijo, y así vino a ser un símbolo.
20- Por fe, Isaac prometió bendiciones
futuras a Jacob y a Esaú. 21- Por fe, Jacob, ya a punto de morir,
prometió bendiciones a cada uno de los hijos de José, y adoró a Dios apoyándose
sobre la punta de su bastón. 22- Por fe, José, al morir, dijo que
los israelitas saldrían más tarde de la tierra de Egipto, y dejó dispuesto lo
que habían de hacer con sus restos mortales.
23- Por fe, al nacer Moisés lo escondieron
sus padres durante tres meses; porque vieron que era un niño hermoso y no
tuvieron miedo de las órdenes que el rey había dado de matar a los niños. 24-
Y por fe, Moisés, ya adulto, no quiso llamarse hijo de la hija del rey de
Egipto; 25- prefirió ser maltratado junto con el pueblo de Dios,
antes que gozar por un tiempo de los placeres del pecado. 26- Consideró de más
valor sufrir la deshonra del Mesías que gozar de la riqueza de
Egipto, porque tenía la vista puesta en la recompensa que Dios le había de dar.
27- Por fe, Moisés dejó la tierra de
Egipto, sin miedo al enojo del rey; y se mantuvo firme en su
propósito, como si viera al Dios invisible. 28- Por fe, Moisés celebró la
Pascua y mandó rociar las puertas con sangre, para que el ángel de la muerte no
tocase al primogénito de ningún israelita. 29- Por fe, los
israelitas pasaron el mar Rojo como si fuera tierra firme; luego, cuando los
egipcios quisieron hacer lo mismo, se ahogaron.
30- Por fe cayeron los muros de la ciudad
de Jericó al cabo de siete días de dar vueltas los israelitas alrededor de
ellos. 31- Y por fe, Rahab, la prostituta, no murió junto con los
desobedientes, porque había recibido bien a los espías de Israel.
32- ¿Qué más voy a decir? Me faltaría
tiempo para hablar de Gedeón, de Barac, de Sansón, de
Jefté, de David, de Samuel y de los profetas. 33-
Por la fe conquistaron países, hicieron justicia, recibieron lo que
Dios había prometido, cerraron la boca de los leones, 34- apagaron
fuegos violentos, se libraron de morir a filo de espada, sacaron
fuerzas de flaqueza y llegaron a ser poderosos en la guerra, venciendo a los
ejércitos enemigos.
35- Hubo mujeres que recobraron con vida a
sus familiares muertos. Otros murieron en el tormento, sin aceptar
ser liberados, a fin de resucitar a una vida mejor. 36- Otros
sufrieron burlas y azotes, y hasta cadenas y cárceles. 37-
Y otros fueron muertos a pedradas, aserrados por la mitad o
muertos a filo de espada; anduvieron de un lado a otro vestidos solo
con pieles de oveja o de cabra; faltos de todo, afligidos y maltratados.
38- Estos hombres, que el mundo ni siquiera
merecía, anduvieron sin rumbo fijo por los desiertos, por los montes y por las
cuevas y cavernas de la tierra. 39- Sin embargo, ninguno de ellos
recibió lo que Dios había prometido, aunque fueron aprobados por la fe que
tenían. 40- Y es que Dios, teniéndonos en cuenta a nosotros, había dispuesto
algo mejor, para que solamente en unión con nosotros alcanzaran la
perfección.