martes, 2 de junio de 2020

Un personaje misterioso (Hebreos 7)


Conectamos aquí  con el Antiguo Testamento, concretamente el Salmo 110 y Génesis. En mi experiencia, cuando tratamos el tema del sacerdote Melquisedec, es algo teórico, y no nos impacta mucho. Después de leer este capítulo ¿qué es lo que entiendes?

Conocemos la historia de Abraham y este rey/sacerdote (Génesis 14). Abraham con su pequeño ejército gana una victoria, en la única operación militar que él realiza, y libera a sus parientes, que fueron llevados cautivos. A la vuelta llega a su encuentro el misterioso Melquisedec para bendecir a Abraham, quien le reconoce como sacerdote de Dios y le paga el 10% de lo que ha ganado, cantidad que luego se tipifica en la ley de Moisés.

Nada más, y luego silencio sobre Melquisedec durante algunos siglos. 

Entonces es David, profetizando sobre el Mesías, el Cristo, quien saca a Melquisedec del olvido y le nombra una sola vez, haciendo un vínculo directo con el profetizado Hijo de David. 

Nada más (aparte de algunas tradiciones hebreas), pero el autor de Hebreos tiene el discernimiento espiritual para ver que el orden de Melquisedec sirve para apoyar lo que está enseñando en esta epístola. Hemos visto que los receptores de esta carta tienen la necesidad de robustecer su fe en Jesús para no apartarse de la fe. Si alguno de ellos siente la necesidad de un sacerdocio como tenían en el templo, podrá ver aquí que aunque Jesús no pertenece a la tribu sacerdotal de Leví, es de un rango superior. Él se destaca sobre todo el resto.

Hay líderes religiosos, que con gran sutileza se pintan a si mismos como "lo más nuevo", llegando a dar la impresión de que ellos son el relevo de Jesús. Si nos anclamos en esta enseñanza de Hebreos, estaremos armados contra el engaño que presenta, por ejemplo, el Libro de Mormón y otras enseñanzas de siglos recientes. ¡Si tienes a Jesús, lo que él te da es totalmente suficiente!


Jesús, sacerdote como Melquisedec

7:1- Este Melquisedec fue rey de Salem y sacerdote del Dios altísimo. Cuando Abraham regresaba de la batalla en la que había derrotado a los reyes, Melquisedec salió a su encuentro y lo bendijo; 2- entonces Abraham le entregó la décima parte de todo lo que había ganado en la batalla. El nombre Melquisedec quiere decir, en primer lugar, “rey de justicia”; y como era de Salem, que quiere decir “paz”, significa también “rey de paz”. 3- Nada se sabe de su padre, de su madre o de sus antepasados; ni tampoco se habla de su nacimiento o de su muerte; y así, a semejanza del Hijo de Dios, es sacerdote para siempre.

4- Ahora bien, fijaos en lo importante que sería Melquisedec, que nuestro propio antepasado Abraham le entregó la décima parte del botín arrebatado a los reyes en la batalla. 5- Según la ley de Moisés, los sacerdotes, descendientes de Leví, tienen el derecho de recibir del pueblo el diezmo de todo, a pesar de tratarse de sus parientes y descender de Abraham lo mismo que ellos. 6- Pero Melquisedec, aun sin ser descendiente de Leví, le tomó aquella décima parte a Abraham, que había recibido las promesas de Dios. Y Melquisedec bendijo a Abraham; 7- y nadie puede negar que el que bendice es superior al bendecido.

8- Aquí, en esta vida, los que reciben la décima parte son hombres mortales; pero la Escritura habla de Melquisedec como de uno que todavía vive. 9- Y se puede decir que los sacerdotes, que descienden de Leví y que ahora reciben el diezmo, dieron también el diezmo a Melquisedec al dárselo Abraham. 10- Porque, en cierto sentido, cuando Melquisedec salió al encuentro de Abraham, este ya llevaba en su cuerpo a sus descendientes, que aún no habían nacido.

Los dos sacerdocios

11- El pueblo de Israel recibió la ley por medio de los sacerdotes levitas, descendientes de Aarón. Ahora bien, si en verdad estos hubieran podido hacer perfectos a los que seguían la ley, no habría sido necesario que apareciera otro sacerdote, ya no de la clase de Aarón sino de la clase de Melquisedec. 12- Porque al cambiar el sacerdocio se tiene que cambiar también la ley; 13- y nuestro Señor, de quien la Escritura dice esto, pertenece a otra tribu de Israel, de la que no ha salido ningún sacerdote. 14- Porque es bien sabido que nuestro Señor vino de la tribu de Judá, y Moisés no dijo nada de esa tribu cuando habló del sacerdocio.

15- Esto es aún más claro si el nuevo sacerdote que aparece es uno como Melquisedec. 16- Este no fue sacerdote según una ley que establece de qué familia debe venir, sino según el poder de una vida indestructible. 17- Porque esto es lo que Dios dice de él:
“Tú eres sacerdote para siempre, de la misma clase que Melquisedec.”
18- Así que el mandato anterior quedó cancelado porque era débil e inútil, 19- pues la ley de Moisés no perfeccionó nada; y en su lugar tenemos una esperanza mejor, por la cual nos acercamos a Dios.

Superioridad del sacerdocio de Jesús

20- Dios garantizó esto con un juramento. Los otros sacerdotes fueron nombrados sin juramento alguno, 21- pero en el caso del Señor sí que hubo un juramento, pues en la Escritura le dice:
“El Señor hizo un juramento y no va a desdecirse: ‘Tú eres sacerdote para siempre.’ ”
22- De este modo, Jesús es quien garantiza un pacto mejor que el primero. 23- Los otros sacerdotes fueron muchos, porque la muerte les impedía seguir viviendo; 24- pero como Jesús no muere, su oficio sacerdotal no pasa a nadie más. 25- Por tanto, puede salvar para siempre a los que se acercan a Dios por medio de él, pues vive para siempre, para interceder por ellos delante de Dios.

26- De modo que Jesús es precisamente el sumo sacerdote que necesitábamos. Él es santo, sin maldad y sin mancha, apartado de los pecadores y puesto más alto que el cielo. 27- No es como los otros sumos sacerdotes, que tienen que matar animales y ofrecerlos cada día en sacrificio, primero por sus propios pecados y luego por los pecados del pueblo. Jesús ofreció el sacrificio una sola vez y para siempre, cuando se ofreció a sí mismo.

28- La ley de Moisés designa sumos sacerdotes a hombres imperfectos; mientras que el juramento de Dios, posterior a la ley, designa sumo sacerdote a su Hijo, que ha sido hecho perfecto para siempre.


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