sábado, 18 de febrero de 2012

ENCUENTROS CLAVES


Hechos 18

    Si Dios es tan grande como lo presenta la Biblia, entonces hemos de tener cuidado con el uso de palabras como azar, suerte, casualidad. Cuando José fue comprado y vendido en Egipto por unos mercaderes que “casualmente” aparecieron en la escena, todo obedecía a la mano de Dios. Hoy vas a experimentar sorpresas, desilusiones, buena o mala suerte, etc. Si tu Dios es el que encontramos en la Biblia, todas esas cosas forman parte de su plan para tu vida. Él no varía en la supervisión de cada detalle del universo para el bien de las personas que él ama. Lo único inconstante es nuestra reacción. Podemos aprovechar o desaprovechar las “circunstancias”.
    Pablo aprovecha. Dios le pone “casualmente” con uno que, como él, ha estado viajando. Se encontró con un judío que se llamaba Aquila... el oficio de ellos era hacer tiendas. Cuando, año y medio más tarde, sale de allí, Aquila y Priscila le quieren acompañar (v 18). Durante ese tiempo de estar juntos, no sólo han conocido a Pablo, sin que han conocido a Cristo y están a su disposición.
    Tan grande es la confianza que Pablo tiene en ellos, que los deja en otra ciudad (v 19) con el fin de practicar allí su oficio y servir de puente para el evangelio. Más adelante serán instrumentos de Dios en otros lugares, destacando quizá la esposa más que el marido.
    Hoy quiero estar alerta. Pido a Dios discernimiento espiritual para reconocer las oportunidades que él ha preparado, que no están en mi agenda.
¿Estoy convencido de que Dios tiene un propósito en todo?

viernes, 17 de febrero de 2012

COSTUMBRES BUENAS Y MALAS


Hechos 17

    ¿Cuántas cosas haces cada día por costumbre? Levantarte a una hora determinada, comer, lavarte la boca, quejarte de que tus hijos no te hacen caso, ver el telediario mientras se habla de otras cosas. Aquí en los pueblos de La Vera muchos tienen la costumbre del paseo. Por ejemplo, caminan, con los amigos de costumbre, desde el pueblo hasta Valverde. Imagina una vida donde está prohibida la rutina, la costumbre. No puedes repetir la misma cosa dos veces. Si ayer te levantaste a las 8, hoy tiene que ser a las 6. La rutina puede ser un aburrimiento, un vicio o puede ser lo mejor que hay para saber qué hacer.
    Pablo, según su costumbre (Hechos 17:2) va a la sinagoga de una nueva ciudad para compartir el evangelio. Durante 3 semanas explica mediante el Antiguo Testamento la importancia de la muerte y resurrección de Jesús. Lo ha hecho muchas veces, pero no es un aburrimiento porque esta costumbre va infundida de poder mediante otra costumbre que tiene, de pasar mucho tiempo con Dios en oración como hacía Jesús (Marcos 1:35).
    Pablo está acostumbrado a lo que sucede a continuación (Hechos 17:5). Los judíos que no creen tienen la costumbre de organizar la oposición. Bien lo sabe Pablo porque en su día el fue uno de ellos. Incluso vemos aquí una copia de lo que le pasó en su primer viaje, en el c. 14:19, que cuando no hay oposición, los judíos vienen de otra ciudad para asegurar que la haya.
    Conociendo la fuerza de la buenas costumbres, conviene que los padres establezcan un horario familiar y personal para reforzar una disciplina positiva. Tiempo para comer, leer y comentar la Biblia juntos, orar, tiempo para no ver la TV, salidas juntos en familia.
¿Mi vida está estructurada con propósito?

jueves, 16 de febrero de 2012

UN EVANGELIO SIN COMPLICACIONES


Hechos 16

    Hechos 16 contiene uno de los textos más citados del Nuevo Testamento, Cree en el Señor Jesús, y serás salvo, tú y toda tu casa (v 31). Un requisito y una promesa. Así es el evangelio. Este mensaje fue suficiente para que un hombre hasta ese día ignorante del mensaje de Cristo, pudiera con toda su familia ser incluido en la iglesia sin demora. Y fue suficiente también para que el imperio que representaba ese hombre fuera cediendo ante el poder arrollador de un pueblo sencillo. 
    El requisito es creer. Esto lo pudo hacer el hombre sin cursar más estudios, ni viajar a ningún sitio, ni ser aprobado por ningún comité. La promesaserás salvo. Esto incluía todo lo que él entendía por salvación y probablemente muchas cosas que todavía no entendía. ¡Una salvación tan grande (Hebreos 2:3)! Pasará el resto de su vida llegando a entender y aprovechar esa salvación. Pero es suya desde ese inicial “Yo creo”.
    Me llama la atención el contraste con los que querían “ayudar” (15:1) diciendo no podéis ser salvos. Pablo dice, serás salvo. Pablo no complica el evangelio. Eso fue el propósito de su viaje a Jerusalén en el capítulo anterior, aclarar de una vez para siempre que llegamos a ser hijos de Dios recibiendo por fe lo que Dios ofrece. Y éste es el mensaje que ofrece a un carcelero romano y a una comerciante judía (v 14). El Señor abrió su corazón y ella recibió lo que Pablo ofrecía.
    Así fueron los primeros cristianos de Europa, que ahora a veces complicamos tanto las cosas. ¿Te imaginas a la familia del carcelero reuniéndose con Lidia de aquí en adelante para adorar a Dios juntos y participar del pan y el vino? ¿Sin complicaciones? Por la carta que Pablo les escribió luego, parece que fue así (Filipenses 1:1-6) porque les considera una iglesia modelo.
¿A qué se debe nuestra tendencia a hacer complejas las cosas que Dios hace sencillas?

miércoles, 15 de febrero de 2012

CONCILIOS


Hechos 15

    En Hechos 15 se ve una iglesia internacional. Desde Jerusalén los apóstoles envían instrucciones claras y vinculantes a todas las congregaciones establecidas hasta la fecha. Algunos ven esto como precursor de otros concilios históricos, como los de Nicea, Éfeso, Trento y el Vaticano. Pero hay una diferencia. Éste es el único concilio que cuenta con los apóstoles originales.
    Es importante entender la situación que se trata aquí. Personas no autorizadas (v 24) querían “ayudar” a la nueva iglesia (v 1), “completando” la fe sencilla de los creyentes no-judíos, en contra de Bernabé, que representa a los apóstoles (11:22). La solución la da Pedro en pocas palabras (15:7-10). De haberle hecho caso, se habrían evitado grandes problemas posteriores, como sucedieron con las iglesias de Galacia, que luego cayeron en el mismo error de pensar que había que añadir algo a lo que hizo Cristo por nosotros.
    Pero no solamente habla Pedro. Es importante que todos sean escuchados. Hablan Pablo y Bernabé, y Jacobo. Hay mucho debate (v 7). Pero entre las personas responsables hay acuerdo total, Pedro dice, no pongamos yugo (v 10). Jacobo dice, no molestemos (19). La visión de Jacobo es impresionante (16-21). Dios ha levantado el tabernáculo de David, es decir, un renovado culto entre el pueblo judío bajo la dirección del Hijo de David, para que el resto de los hombres busque al Señor. Este resto tiene ahora la responsabilidad de no cerrar la puerta a los judíos de las sinagogas (v 21), mediante un comportamiento escandaloso.
    Podríamos ver la separación entre Pablo y Bernabé como una tragedia pero no es así. Pablo ya se ha "graduado" para tener ahora sus propios ayudantes, empezando con Silas y luego un joven clave que veremos en el siguiente capítulo. Bernabé trabajará con Marcos hasta verlo convertido en auténtico evangelista. Por sus frutos vemos que tanto Bernabé como Pablo tenían la dirección del Señor, aunque al principio pensaran que tenían que seguir juntos.
¿Me conformo con un evangelio sencillo sin añadiduras?

martes, 14 de febrero de 2012

Sinagogas del siglo 21


Sinagogas del siglo 21

    La pregunta para el siglo 21 es, ¿Dónde están los que buscan a Dios? Repetidas veces hemos conocido a jóvenes sinceros, catequistas, personas que a pesar de no haber recibido mucho alimento espiritual en las estructuras religiosas que conocen, siguen buscando a Dios allí. Pablo no rechaza el judaísmo a pesar de sus fariseos, saduceos y herodianos. Son los judíos (algunos de ellos) los que rechazan el mensaje de libertad en Cristo. Lo que hace Pablo es llamarles a ser fieles a sus Escrituras. Lo mismo hacía Martín Lutero. ¿Sería posible que en el siglo 21 los verdaderos cristianos se reuniesen alrededor de, y en obediencia a, la Palabra de Dios sin importarles tanto que hayamos heredado ciertas diferencias? Sería posible corregir nuestros errores mediante una relación en vez de mediante el rechazo y la polémica?

    Para Jesús, el enseñar en la sinagoga de Nazaret y de Capernaúm y en el templo en Jerusalén era normal porque su ministerio se centró en el pueblo judío. Pero ¿por qué Pablo, con clara vocación de llevar el evangelio a los gentiles, suele dirigirse en primer lugar a este centro de reunión de los judíos? Lo hace en Antioquía (13:14). En Iconio (14:1) nos informa Lucas que lo hacían de costumbre. El motivo de ir a las sinagogas se entiende fácilmente cuando nos damos cuenta que por todo el Imperio Romano, donde había colonias de judíos, los paganos tenían allí su primer contacto con el pueblo del Dios único. Muchos de ellos asistían a las reuniones para aprender más. Dios en su sabiduría había permitido que la dispersión de los judíos debido a su desobediencia sirviera como preparación para recibir la predicación de Pablo y Bernabé.
    Cuando los judíos se dan cuenta que muchos gentiles van a conocer la bendición de Dios, se llenan de celos (13:45) y quieren matar a los mensajeros. Sin embargo Pablo jamás se desvincula del judaísmo. Su corazón se hincha de amor hacia su propio pueblo. Esto se ve en todo el libro de los Hechos.
¿Qué haría Pablo?

lunes, 13 de febrero de 2012

¡PELIGRO!


Hechos 13

    El decir “Hechos 13” me enciende una chispa. En primer lugar, tenemos el comienzo del ministerio de Pablo mientras ministran al Señor. (v 2) Luego, en ese primer viaje de Pablo y Bernabé hay un texto , que es un enorme reto a cualquier persona que comunica el evangelio, creyeron cuantos estaban ordenados a vida eterna (v 48). Cada lectura del capítulo trae una meditación nueva. Esta vez me llama la atención la descripción que da Pablo en su predicación, de la gente privilegiada en Jerusalén, que no reconocieron a Jesús ni las palabras de los profetas que se leen todos los días de reposo (v 27). Es como él dice en 2 Corintios 3:15, Hasta el día de hoy, siempre que leen a Moisés, un velo les cubre el corazón. Es como el evangelio que se lee todos los días en la misa, y muchas personas salen a la calle sin haberse acercado a Dios. Es como dos jóvenes que entrevisté . Habían “hecho una decisión de seguir a Cristo” respondiendo a una invitación pública pero era obvio que su comprensión del evangelio de la gracia era nula. Es posible tener acceso a la Palabra de Dios, sin que ella tenga acceso a nuestro corazón. Los que crucificaron a Cristo eran los que tenían que haberle recibido como rey (Juan 1:11). 
    Por eso advierte Pablo en el v 40, Tened cuidado. El manejar la Palabra de Dios y estar familiarizado con su contenido no representa ninguna garantía en contra de llegar a ser burladores (v 44). Gran parte de los mismos oyentes acabaron blasfemando y oponiéndose a la obra de Dios. Para aprovechar el conocimiento que tenemos, hay que formar parte de lo que Dios está haciendo, permitir que produzca sus cambios en nosotros.
¿En que forma se puede perder el privilegio de haber recibido la Palabra de Dios?

domingo, 12 de febrero de 2012

LA AGENDA


Hechos 12

    Herodes, como buen administrador, hace sus planes. Tiene que mantener contenta a la mayoría judía, y por eso van a sufrir las minorías. Pero la iglesia hacía oración ferviente a Dios (v 5). Dios también tiene su agenda, no solamente Herodes. Al final vemos, Pero la palabra del Señor crecía y se multiplicaba (v 24). Esto parece ser la conclusión en cada sección de Hechos.
    Un hombre que iba en avión vio que el que estaba a su lado jugaba con un pequeño tablero de ajedrez y le retó a una partida. El otro le contestó, “Si supieras algo sobre ajedrez, sabrías quien soy.” Nuestro amigo insistió en que quería jugar, y el otro le ganó sin esfuerzo. A los Herodes de este mundo Dios podría decir, “Si supieras algo sobre el poder, sabrías quién soy.” Herodes puede eliminar a los guardias (v 19), pero quien le elimina a él es Dios.
    La oración le sirvió a Saulo (9:11,12) para que estando ciego, pudiera ver a Ananías en visión. La oración sirvió para que Cornelio supiera qué hacer ese día. Le sirvió a Pedro para entender el camino de Dios. Y le sirve (12:5) a la iglesia perseguida por Herodes, para participar en la victoria de Dios. Seguirá siendo la iglesia perseguida, seguirá necesitando la oración y seguirá ganando victorias.
    Con la muerte de Jacobo algunos podían pensar, “Esto es el final. No sólo los judíos, sino también los romanos van a por nosotros. Ya no hay dónde esconderse.” Menos mal que recurren a la oración. La versión que he citado dice, oración ferviente. Otras dicen, oración sin cesar. Combinemos las dos cosas orando fervientemente sin cesar. Entremos en la agenda de Dios mediante la oración.
¿Cómo organizo mi agenda?