La palabra "profeta" aparece en Génesis, donde un rey se entera que Abraham es profeta (Génesis 20:7, "
Ahora devuelve la mujer de ese hombre, porque es un profeta e intercederá por ti y vivirás"). Le van a hacer falta las oraciones de ese profeta.
El último profeta del Antiguo Testamento es Malaquías, que a su vez anuncia el futuro "regreso" del profeta Elías. El ángel dice al sacerdote Zacarías que su hijo sería el cumplimiento de esa profecía (Lucas 1:15-17)
15Pues será grande a los ojos del Señor: no beberá vino ni licor; estará lleno del Espíritu Santo ya en el vientre materno, 16y convertirá muchos hijos de Israel al Señor, su Dios. 17Irá delante del Señor, con el espíritu y poder de Elías, para convertir los corazones de los padres hacia los hijos, y a los desobedientes, a la sensatez de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto».
Jesús dice con claridad que esta profecía se cumple en Juan Bautista (Mateo 11:13,14 y Mateo 17:10-13
13Los Profetas y la Ley han profetizado hasta que vino Juan; 14él es Elías, el que tenía que venir, con tal que queráis admitirlo.
10Los discípulos le preguntaron: «¿Por qué dicen los escribas que primero tiene que venir Elías?». 11Él les contestó: «Elías vendrá y lo renovará todo. 12Pero os digo que Elías ya ha venido y no lo reconocieron, sino que han hecho con él lo que han querido. Así también el Hijo del hombre va a padecer a manos de ellos». 13Entonces entendieron los discípulos que se refería a Juan el Bautista.).
Jesús dijo también, "
entre los nacidos de mujer no se ha levantado nadie mayor que Juan el Bautista" (Mateo 11:11).
La misión de este profeta, Juan Bautista, era
preparar el camino para Jesús. Los profetas tienen una aguda comprensión de lo que necesita el pueblo de Dios en un momento determinado. Típicamente van a
despertar a un pueblo dormido.
Entre cristianos existe continuistas y cesacionistas. Los unos piensan que Dios todavía utiliza a profetas para dar un mensaje a su pueblo. Los otros creen que ya no hace falta (1 Corintios 13:8-10) porque ya tenemos todos los libros de la Biblia.
Uno de los dones mencionados en Romanos 12 y en 1 Corintios 12 es el de profeta. Se le puede ver como una palanca que consigue mover a los creyentes de su indolencia.
Cuando Israel tenía toda la ley de Moisés (Génesis a Deuteronomio), todavía erraban y hacía falta que escuchasen a los profetas que acabamos de leer en estos 3 meses. Y nosotros, aunque tengamos todo el Nuevo Testamento, todavía necesitamos que alguien venga y que nos despierte con un mensaje fuerte y actual.