martes, 24 de marzo de 2009

La Semilla

El otro día Julio estaba sembrando patatas. Lo que se metía en la tierra no era muy apetitoso, que digamos. Pero Julio cuenta con que lo que él invierte en semilla se multiplicará por diez en producto final. En el gran capítulo del Nuevo Testamento sobre la resurrección, 1 Corintios 15, Pablo nos dice que este cuerpo es una semilla. Se siembra un cuerpo corruptible, se resucita un cuerpo incorruptible (1 Corintios 15:42). Esta frase nos tiene que estimular a no malgastar nada del tiempo ni de la fuerza que tenemos. Se siembra en debilidad, se resucita en poder (v 43).

Llegamos a una conclusión lógica, que nuestro cuerpo actual tiene un gran futuro, pasando primero por la muerte. Todas esas ansias de vivir se cumplirán, no en este cuerpo, que todos sabemos está destinado a la sepultura. Todo lo que se puede disfrutar en este cuerpo se multiplicará en el cuerpo de la resurrección, de forma tan impresionante que Pablo se ve obligado a usar comparaciones. ¿Cómo vas a describir lo que nunca has visto? Como dice Pablo más adelante en 2 Corintios 2:9, Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han entrado al corazón del hombre, son las cosas que Dios ha preparado para los que le aman.

Más adelante llegaremos a ver, en 2 Corintios 5, como cada cosa que hacemos en esta vida repercute en el cuerpo que recibiremos, La semilla se reproduce con creces.

lunes, 23 de marzo de 2009

La Calificación de una iglesia

Así que, yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo.
(1 Corintios 3:1)

Lo malo no es ser inmaduro. Lo malo es llevar muchos años y seguir inmaduro. Lo malo es no tener intenciones de madurar. Lo malo es conformarse con nuestra inmadurez. Lo malo es seguir viviendo como nos pide el cuerpo, igual que lo hacíamos antes de poner nuestra fe en Cristo. Lo malo es tener el oído cerrado a la instrucción porque no hemos desarrollado una sensibilidad espiritual.

Pablo se dirige aquí a una iglesia infantil, que tenía haber alcanzado ya la madurez. Son personas que se pelean entre sí, que no perdonan, que admiten la inmoralidad. Sobre todo, en vez de seguir a Cristo, se hacen seguidores de líderes humanos (1 Corintios 3:4). Hacen lo que manda el cuerpo, no lo que manda el espíritu.

¿No le ves a Pablo un poco frustrado? 10 veces en esta breve epístola les pregunta, ¿No sabéis? El ha hecho una gran inversión en ellos. Y como premio tiene un bebé que no quiere crecer. 

Jesús ha hecho una gran inversión en ti. Está buscando crecimiento.