sábado, 28 de noviembre de 2009

La luz no se puede atrapar

Lectura cronológica 59 en los evangelios
     Esta experiencia en Jerusalén parece un ensayo de lo que pasará dentro de unos pocos meses. Por la noche Jesús va al Monte de los Olivos. Luego los jefes de los judíos van a por él. Primero con una trampa (Juan 8:6) y luego con piedras para matarle (Juan 8:59). Sospecho que igual que ponían una trampa para Jesús, la habían puesto para la mujer, con el fin de usarla para sus nefastos propósitos. Sospecho también que lo que Jesús escribía en el polvo tenía algo que ver con los secretos de sus propias vidas. Pero será mejor atenernos a lo que sabemos.
     ¿Qué nos interesa más, acusar o perdonar? ¿Ser los representantes del juicio de Dios o de su gracia? Cuando alguien peca, hay instrucciones sobre cómo tratarle. Quisiera repetir la pregunta ¿Por qué precisamente somos reacios a tratar a solas con alguien que nos ha ofendido o que se ha desviado? ¿Me puedes ayudar con una respuesta?

Jesús les habló otra vez, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.
     Cualquier persona sin Jesús está en densa oscuridad. Los fariseos con sus reglas y su fino sentido de crítica no siguen a Jesús y no tienen la luz de la vida. Una persona religiosa puede estar caminando en tinieblas. La "gente guapa" puede estar en tinieblas. No hay que seguir a nadie más que a Jesús. Se trata de una luz que camina. Hay que seguirle. Para disfrutar de esta luz hay condiciones. Si alguno quiere venir en pos de mí, tome su cruz cada día y sígame (Lucas 9:23).
     David dijo, El Señor es mi luz y mi Salvación (Salmo 27:1). No se trata de una luz entre muchas. Hay una sola luz, Jesús. Los fariseos, en su vocación de buscapleitos, demuestran su oscuridad mental. Me extraña que Jesús se digne de mantener una conversación con ellos (Juan 8:13-19). Es otro ejemplo de la inmensidad de su paciencia. En todos sus intentos de hacerle daño a Jesús, probablemente ninguno de ellos se da cuenta de por qué no lo consiguen. Todavía no había llegado su hora (Juan 8:20). 

jueves, 26 de noviembre de 2009

¿Cómo es Posible?

     Es Otoño. Se acerca la fiesta de los Tabernáculos. Cuando llegue la Primavera Jesús será ofrecido en una cruz. Él ha realizado un gran esfuerzo con sus discípulos en Galilea, sanando, enseñando, entrenando obreros y dejando que le abandonen los que no tienen motivos puros.
     A esta alturas ¿Cómo es posible
  • Que sus hermanos no crean en él?
  • Que sus discípulos no entiendan que él no vino para destruir?
  • Que yo a veces pienso que necesito otro apoyo aparte de Jesús?
  • Que tú no hayas dado ese paso de obediencia que el Señor te indicó hace mucho tiempo?
  • Que los que se llaman seguidores de Jesús sigan viéndose como rivales? ¿No sabemos de qué espíritu somos (Lucas 9:55)? 

miércoles, 25 de noviembre de 2009

Jesús como ejemplo

La mano en el arado - Mateo 8:19-22; Lucas 9:57-62

     ¿Qué enseñanza viene justo después de la historia de la oveja perdida? Si tu hermano peca contra ti repréndelo a solas y si te escucha has ganado a tu hermano (Mateo 18:15). Cuando el pastor busca una oveja perdida, se supone que regresará al redil, aunque podría empeñarse en seguir huyendo. Cuando un creyente va con buenas intenciones para corregir a su hermano, se supone que el hermano hará caso. ¿Por qué hay que empezar este proceso a solas? Y una pregunta que quisiera que tú comentes, ¿Por qué precisamente somos reacios a tratar a solas con alguien que nos ha ofendido o que se ha desviado? En serio, necesito que comentes este tema abajo en el espacio para comentarios. Se trata de algo que muchos cristianos nunca han practicado, y es importante saber por qué.
     Pablo, en 1 Corintios 5:11, amplía la explicación del trato que ha de recibir de la iglesia el hermano no arrepentido - ni siquiera comer con él. Con lo que entiendo que no se trata de una iglesia "virtual", sino de personas que suelen tener contacto frecuente y comer juntos en familia.

     Como seguidores de Cristo se nos presenta la pregunta ¿hasta qué punto nos corresponde hacer las cosas como hacía Jesús? La respuesta que él dio al escriba que se ofreció voluntario nos recuerda otra vez que él es nuestro modelo. Las conversaciones que he escuchado sobre el tema muchas veces se centran en por qué NO tenemos que hacer todo como lo hacía Jesús. El autor Charles Sheldon intentó ayudarnos a aplicar el ejemplo de Jesús en su libro "En sus Pasos". A veces nos aconsejan con la pregunta ¿Qué haría Jesús? Otro autor, Tony Campolo, escribió un libro, Jesús no conduciría un BMW. Él es profesor de sociología y dedica mucho tiempo a esfuerzos que tratan de compartir de forma justa con los países más pobres.
     Desde luego, en Mateo 8 y Lucas 9 Jesús parece exigente. Hay que seguirle sin demora y una vez emprendida la carrera, nunca mirar hacia atrás.

martes, 24 de noviembre de 2009

Atención a los niños

     Al comienzo de esta narración Jesús y sus discípulos han regresado de su viaje al norte y están en casa en Capernaúm (Marcos 9:33). Jesús ha tomado un niño en brazos (Marcos 9:36 y Mateo 18:2) para enseñar sobre cómo ser grande, y parece que cuando habla de estos pequeñitos que creen en mí (Marcos 3:42), que todavía lo tiene en sus brazos. Y cuando llega al final de la parábola de la oveja perdida (Mateo 18:14), todavía está hablando de estos pequeñitos.
     Un consejo que doy a las personas que están muy involucradas en el servicio del Señor (como nos corresponde a todos) es que en cada decisión que enfrentan, que tomen en cuenta sus hijos. Y no me refiero a lo material. Mi esposa y yo somos testigos de que los niños pueden crecer sanos y felices y llegar a contribuir al bien de la sociedad, sin tener todos los juguetes y caprichos que ven que tienen sus compañeros. Me refiero a su desarrollo como personas. Cada padre y madre pueden observar a sus hijos y si ven comienzos de rebeldía o de apatía, o confusión, además de hablar con ellos, determinar si les conviene otro ambiente. Yo sé que Dios da sabiduría a los padres. A veces incluso llegan a comprender que el mejor ambiente es donde pueden servir a Dios en medio de peligro. Otras veces, cuando el entorno tira demasiado, hay que retirarse a otro barrio.
     Una de nuestras hijas con su marido e hijos han decidido vivir en un barrio de Chicago que algunos consideran peligroso. Allí mismo sirven al Señor en una iglesia que va creciendo y rescatando chicos de las pandillas, ofreciéndoles nueva vida. Como abuelo observo con orgullo que tienen unos hijos obedientes y serviciales, aunque con las luchas normales de la niñez.
     Se ve que los niños
  • Tienen capacidad de creer en Jesús (Mateo 18:6)
  • Son ejemplo de humildad (Mateo 18:4)
  • Pueden tropezar, sobre todo por el mal ejemplo de algunos adultos (Mateo 18:6)
  • Están bajo el cuidado de ángeles, que tienen contacto directo con Dios (Mateo 18:10). Por eso no se les debe despreciar nunca.
  • Pueden perderse (Mateo 18:11 y 14)

     Y por lo tanto están bajo la responsabilidad de sus padres y de los que han podido crecer en la fe. Me acuerdo de llegar a mi casa en Fuenlabrada muchas veces, cruzando entre un montón de niños que jugaban en la plaza. Me hacía la pregunta ¿Dios ama a mis hijos más que a estos niños? Sentía y hoy día siento con más peso todavía una gran responsabilidad de ayudar a los niños a encontrar el camino, que es Jesús.

lunes, 23 de noviembre de 2009

Enseñanzas de Jesús en la intimidadad

Mateo 17:22-18:5; Mar 9:30-37; Lucas 9:43-48

     Pensando en la última lectura, me parece demasiado simple. Estamos leyendo el Evangelio y practicando la oración. En esta batalla contra Satanás tiene que haber algo más sofisticado. Pero no, el evangelio es sencillo, Nuestra lucha espiritual es algo elemental. Lo que Dios nos pide es fidelidad, y no variedad. Si perdemos alguna batalla, es más bien por no hacerle caso a lo que ya sabemos. Nuestro alimento es sencillo también. El otro día, hablando de un albergue donde estamos pensando celebrar un retiro, alguien comentó que en ese sitio la comida no es muy especial, es como rancho. Pues, viva el rancho de los soldados de Jesús. Israel cruzó el desierto en perfectas condiciones físicas a base de un solo tipo de comida. En los 40 años que tardó ese viaje no hubo cambio de dieta. Nosotros, leyendo y practicando la Palabra tenemos todas las vitaminas y proteínas necesarias para desarrollar en nosotros la imagen de Jesús y luchar contra Satanás. Llegará el gran día del banquete (Apocalipsis 19:9). Pero ¡qué digo! Esto es un banquete. No hay bocado más suculento que las palabras divinas que se nos ofrecen. Cuando se presentaban tus palabras, yo las comía; tus palabras eran para mí el gozo y la alegría de mi corazón (Jeremías 15:16).
     En el último año del ministerio de Jesús que estamos viendo, sus discípulos tenían mucha ocasión de conocer sus palabras de forma íntima en esos viajes que hacía fuera de Galilea. En el texto que tenemos delante él vuelve a su provincia pero trata de quedar desapercibido. Otra vez está enseñando a sus aprendices acerca de su inminente muerte y resurrección. Les está hablando de su arma secreta, el sacrificio con el que va a librar a la humanidad del poder de Satanás. ¿Por qué tienen miedo de preguntarle sobre las cosas que no entienden? 
     ¿Te fijaste en la reacción de Jesús cuando Pedro quiso quedar bien con los que cobraban el impuesto del templo? Le manda volver a su oficio, aunque esta vez no con redes sino con anzuelo. Y no tendrá que vender su pesca, sino que el pez escupirá la moneda exacta para dos personas. Esto no es un impuesto para los romanos, sino algo organizado por los sacerdotes para los gastos del templo.

     "Yo soy el más importante." "Yo nací para mandar." "Si no me hacéis caso no juego." En esa discusión de los discípulos sobre quién iba a ser el mayor (Lucas 9:46), parece que ninguno se ofrecía para ser el más pequeño. Así que, Jesús les da una enseñanza con modelo. ¿Queréis ser grandes? Asociaros con los niños y ser como ellos. Lo más probable es que hoy tengamos ocasión para hacerlo.

domingo, 22 de noviembre de 2009

Cómo ganar batallas difíciles

     Pedro, Juan y Santiago han pasado la noche en el monte. Han visto a Jesús cambiar de apariencia; hasta su ropa resplandecía. Han reconocido a Moisés y Elías. Y ahora tienen una pregunta. La pregunta demuestra que aquellos estudiosos de la ley, que tanta oposición hacen a Jesús, sin embargo tienen para ellos autoridad. Y Jesús reconoce que los escribas han leído correctamente las Escrituras. El Antiguo Testamento termina con un anuncio de que Elías ha de regresar. Y regresó, en la persona de Juan Bautista. Así que, el escenario final se está desplegando. Pero antes del día glorioso de la victoria de Dios, queda una lucha. En esa lucha Juan Bautista fue muerto, Jesús va a ser asesinado. Y los discípulos de Jesús ganarán la batalla también entregando sus vidas (Apocalipsis 12:11).
     En el campo de batalla se encuentran los otros 9 discípulos, y no exactamente en postura de victoria. Aquel poder que recibieron de Jesús para expulsar demonios (Mateo 10:1) parece haber desaparecido. Se encuentran ante un demonio especialmente destructivo y resistente. Vemos la desesperación del pobre padre de hijo único, que sufre esos ataques demoledores. Y cuando llega Jesús y le dice que los resultados dependen de su fe, es como una jarra de agua fría. Pero el hombre insiste, con aquellas famosas palabras, Creo; ayúdame en mi incredulidad. Jesús gana. El Hijo de Dios se manifestó con este propósito: para destruir las obras del diablo. (1 Juan 3:8).
     Si los discípulos no pudieron expulsar ese demonio por falta de fe (Mateo 17:20), y ese género de demonio sólo sale con oración y ayuno, podemos llegar a la conclusión de que cuando oramos y cuando ayunamos nuestra fe aumenta. Otra lección importante para soldados de Jesús.