sábado, 7 de marzo de 2020

¡Mira quién nos ayuda! (Romanos 7)


¿Ves la comparación en los vss 1-6? Antes de la venida de Cristo sólo conocíamos las exigencias de la ley, las demandas de un Dios justo. Al relacionarnos con Jesús se me desliga de esas obligaciones porque mi única lealtad ahora es para Él. Si lo entiendes, me has adelantado. No lo entiendo pero me emociono. Tengo fe suficiente para eso y para decir ¡Aleluia! y para esperar que un día llegue a comprenderlo a la perfección.

La ley de Dios no tiene nada malo (v 12). Este capítulo de Romanos a veces llamamos "La Lucha" ¿Qué te parece la excusa que pone Pablo cuando pierde esa lucha? Me parece oír la voz de cierto niño cuando le quieren asignar la culpa de algo, "Yo no he sío". Igual Pablo, No soy you quién lo hace, sino el pecado que está en mí.

Y, ¿sabes? se te permite usar la misma excusa. Es buena teología. Creo que no exagero si calculo que algo así me pasa todos los días. El verdadero yo no quiere ofender a Dios no quiere ser un mal testimonio, no quiere salir del buen camino. Y lo que me agudiza la conciencia es la ley de Dios, por lo cual le doy gracias y sigo mi camino hacia la victoria final,

Hay una frase que usa Pablo en Gálatas 3:24-25, que resume la enseñanza de Romanos 7, La ley, como el esclavo que vigila a los niños, nos acompañó hasta la venida de Cristo, para que por la fe alcanzásemos la justicia. Pero ahora que ha llegado la fe ya no estamos a cargo de aquel esclavo que era la ley.


7. Ya no estamos bajo la ley de Moisés

El símil del matrimonio

7:1- Hermanos, vosotros conocéis la ley, y sabéis que solo en vida de una persona tiene la ley poder sobre ella. 2- Por ejemplo, una mujer casada está sujeta por la ley a su esposo mientras él vive; pero si el esposo muere, la mujer queda liberada de esa ley por la que le estaba sujeta. 3- Por eso, si la mujer, en vida de su esposo, tiene relaciones con otro hombre, comete adulterio; pero si el esposo muere, ella queda liberada de esa ley y puede casarse con otro sin cometer adulterio. 

4- Así también vosotros, hermanos míos, al incorporaros a Cristo habéis muerto con él a la ley, para pertenecer así a otro esposo: ahora sois de Cristo, de aquel que resucitó. De este modo, nuestra vida será útil delante de Dios. 5- Porque mientras vivíamos conforme a nuestra naturaleza pecadora, la ley sirvió para despertar en nuestro cuerpo los malos deseos, y eso nos llevó a la muerte. 6- Pero ahora hemos muerto a la ley que nos tenía bajo su poder, quedando libres para servir a Dios conforme a la nueva vida del Espíritu y no conforme a una ley ya anticuada.

El pecado se aprovechó de la ley 

7- ¿Vamos a decir por esto que la ley es pecado? ¡De ninguna manera! Sin embargo, yo no habría conocido el pecado si no hubiera sido por la ley. En efecto, jamás habría sabido lo que es codiciar si la ley no hubiera dicho: “No codicies.” 8- Pero el pecado, valiéndose del propio mandamiento, despertó en mí toda clase de malos deseos; pues mientras no hay ley, el pecado es cosa muerta. 9- Hubo un tiempo en que, sin la ley, yo tenía vida; pero cuando vino el mandamiento cobró vida el pecado, 10- y yo morí. Así resultó que aquel mandamiento que debía darme la vida me llevó a la muerte, 11- porque el pecado, aprovechándose del mandamiento, me engañó, y con el mismo mandamiento me dio la muerte. 

12- En resumen, la ley en sí misma es santa, y el mandamiento es santo, justo y bueno. 13- Pero entonces, ¿esto que es bueno habrá de llevarme a la muerte? ¡De ninguna manera! Lo que pasa es que el pecado, para demostrar que verdaderamente es pecado, me causó la muerte valiéndose de lo bueno. Y así, por medio del mandamiento, quedó demostrado lo terriblemente malo que es el pecado.

8. La debilidad humana 

14- Sabemos que la ley es espiritual, pero yo, en mi condición humana, estoy vendido como esclavo al pecado. 15- No entiendo lo que me pasa, pues no hago lo que quiero, sino que precisamente aquello que odio es lo que hago. 16- Pero si lo que hago es lo que no quiero hacer, reconozco con ello que la ley es buena. 17- Pero en este caso ya no soy yo quien lo hace, sino el pecado que está en mí. 18- Porque yo sé que en mí, es decir, en mi débil condición humana, no habita el bien; por eso, aunque tengo el deseo de hacer lo bueno, no soy capaz de hacerlo. 19- No hago lo bueno que quiero hacer, sino lo malo que no quiero. 

20- Ahora bien, si lo que no quiero hacer es lo que hago, ya no soy yo quien lo hace, sino el pecado que está en mí. 21- Me doy cuenta de que, aun queriendo hacer lo bueno, solo encuentro lo malo a mi alcance. 22- En mi interior me agrada la ley de Dios; 23- pero veo en mí otra ley, que se opone a mi capacidad de razonar: es la ley del pecado que está en mí y me tiene preso. 24- ¡Desdichado de mí! ¿Quién me librará del poder de la muerte que está en mi cuerpo? 25- Solamente Dios, a quien doy gracias por medio de nuestro Señor Jesucristo. 

En conclusión: entiendo que debo someterme a la ley de Dios, pero en lo débil de mi condición humana estoy sometido a la ley del pecado.

viernes, 6 de marzo de 2020

Conversación con mi esposa (Romanos 6)

En el desayuno le comenté a Sharon que quería contestar la pregunta de Romanos 6, ¿Por qué no seguir pecando, dado que Dios es tan bueno para perdonar? Ella contestó algo así: "la persona que hace esa pregunta no conoce a Dios, probablemente nunca se ha convertido." Ya ves por qué le hago esta clase de preguntas. Mi respuesta personal, sin hacer una lectura del capítulo, era que si hacemos eso perdemos muchos puntos para la eternidad. Y añadí, que no queremos pecar porque no está en nuestro nuevo ADN.

He leído este capítulo muchas veces, incluso lo memoricé (y olvidé). Esta vez, contigo, simplemente quiero encontrar una respuesta a la pregunta del versículo 1, que para mí se podría expresar así: SI DIOS ES TAN BONDADOSO Y DISPUESTO A PERDONAR SIN PEDIR NADA A CAMBIO, INCLUSO CUANDO PERDONA ESO LE GLORIFICA ¿POR QUÉ NO PRACTICAR EL PECADO CON MAS INTENSIDAD?

Parece que esta pregunta es algo que esgrimen ciertos lectores de los capítulos anteriores como ataque contra lo que venimos observando, que DIOS NOS SALVA POR FE, NO POR OBRAS.

Pablo reacciona, horrorizado, ¡De ninguna manera! ¿Te has fijado en su razón? Nuestro nuevo nacimiento, nuestra conversión, nos ha llevado a través de la muerte respecto al pecado. Lo que normalmente consideramos muerte es una separación, entre alma y cuerpo. Esto es una separación entre nosotros y un estilo de vida que no viene de Dios, sino de Adán, como vimos ayer. Esta muerte es simbolizada por el bautismo. ¿Qué no sabías eso? (Y hay muchos que no lo saben, no se han familiarizado con este texto.) Pero estás a tiempo. No tienes que volverte a bautizar. Tu paso de crecimiento hoy puede ser el entendimiento de que Dios te ha hecho pasar por la experiencia de la muerte con el fin de que experimentes también el poder de la resurrección.

¿Qué piensas? Me parece que lo que Pablo quiere que entendamos aquí es que muchos no conocen una vida cristiana de poder porque no conocen lo que Dios les ha dado. Y no pueden tener FE en lo que no conocen. Lo que pasa es que la fe viene por el oír y el oír por la Palabra de Dios (Romanos 10:17).

Sigue leyendo el resto de este capítulo para robustecer tu fe aún más respecto al poder y el motivo que tenemos para hacer siempre lo que agrada a Dios y no ceder a nuestros bajos instintos.

6. Con Cristo hemos muerto al pecado 


Unidos a Cristo en el bautismo

6:1- ¿Qué, pues, diremos? ¿Vamos a seguir pecando para que Dios se muestre aún más bondadoso? 2- ¡De ninguna manera! Nosotros ya hemos muerto respecto al pecado: ¿cómo, pues, podremos seguir viviendo en pecado? 3- ¿No sabéis que, al quedar unidos a Cristo Jesús por el bautismo, quedamos unidos a su muerte? 4- Pues por el bautismo fuimos sepultados con Cristo, y morimos para ser resucitados y vivir una vida nueva, así como Cristo fue resucitado por el glorioso poder del Padre. 5- Si hemos sido unidos a Cristo en una muerte como la suya, también seremos unidos a él en su resurrección. 

6- Sabemos que aquello que antes éramos fue crucificado con Cristo, para que el poder de nuestra naturaleza pecadora quedase destruido y ya no siguiéramos siendo esclavos del pecado. 7- En efecto, cuando uno muere queda libre de pecado. 8- Si hemos muerto con Cristo, confiamos en que también viviremos con él. 9- Sabemos que Cristo, habiendo resucitado, no volverá a morir. La muerte ya no tiene poder sobre él. 10- Pues Cristo, al morir, murió de una vez por siempre respecto al pecado; pero al vivir, vive para Dios. 11- Así también, vosotros consideraos muertos respecto al pecado, pero vivos para Dios en unión con Cristo Jesús. 

12- Por lo tanto, no dejéis que el pecado siga dominando en vuestro cuerpo mortal y que os siga obligando a obedecer los deseos del cuerpo. 13- No entreguéis vuestro cuerpo al pecado como instrumento para hacer el mal. Al contrario, entregaos a Dios como personas que han muerto y han vuelto a vivir, y entregadle vuestro cuerpo como instrumento para hacer el bien. 14- Así el pecado no tendrá poder sobre vosotros, pues ya no estáis sometidos a la ley sino a la bondad de Dios.

El símil de la esclavitud

15- ¿Qué, pues? ¿Vamos a pecar porque no estamos sometidos a la ley sino a la bondad de Dios? ¡De ninguna manera! 16- Sabéis muy bien que si os entregáis como esclavos a un amo para obedecerle, os hacéis esclavos de ese amo a quien obedecéis. Y esto es así, lo mismo si obedecéis al pecado, lo cual lleva a la muerte, que si obedecéis a Dios, lo cual lleva a una vida de justicia. 

17- Pero, gracias a Dios, vosotros, que antes erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a la forma de enseñanza que habéis recibido. 18- Una vez libres de la esclavitud del pecado habéis entrado al servicio de una vida de justicia 19- (os estoy hablando en términos humanos para que podáis entender bien estas cosas). De modo que, así como antes entregasteis vuestro cuerpo al servicio de la impureza y la maldad para hacer el mal, entregad también ahora vuestro cuerpo al servicio de una vida de justicia, para vuestra santificación. 

20- Cuando todavía erais esclavos del pecado no estabais al servicio de una vida de justicia. 21- ¿Pero qué provecho sacasteis de aquellas cosas que ahora os avergüenzan, y que no llevan sino a la muerte? 22- Ahora, en cambio, libres de la esclavitud del pecado habéis entrado al servicio de Dios. Y el provechoso resultado de esto es vuestra santificación, y finalmente la vida eterna. 23- El pago que da el pecado es la muerte, pero el don de Dios es vida eterna en unión con Cristo Jesús, nuestro Señor.

jueves, 5 de marzo de 2020

No es poca cosa (Romanos 5)


Pienso que la mayoría de los creyentes no nos damos cuenta de la grandeza de lo que hemos adquirido con un "simple" paso de fe. Partiendo de nuestro estado original de enemigos de Dios (v 10), llegamos a gozar del favor de Dios (v 2) por medio de la fe. No olvidemos lo que es la fe: es recibir lo que Dios ofrece.

Y parece que le hemos pillado a Dios en un momento de mucha generosidad. Porque Pablo, el autor, dice, "no solo esto" (v 3). Hay un río de bendiciones, que incluye el poder aprovechar hasta los sufrimientos. Claro que sabemos que Dios no cambia de ánimos. Por naturaleza él es generoso. Dios es Amor.

Este capítulo no tiene pérdida. Puedes meditar despacio en cada frase. Es auténtica comida. Sigo limitando mis comentarios a un pensamiento clave. Pero la mayoría de nosotros tenemos tiempo durante el día para sentarnos y leer el capítulo de un tirón y aprovechar los pensamientos que saltarán de la página.

En los versículos 12 en adelante figura un nombre principal, el hombre que cometió el primer delito. Esto nos ayuda a comprender el gran plan de Dios.

5. La esperanza de la salvación 

Justos por medio de la fe

5:1- Así pues, ya hechos justos gracias a la fe, tenemos paz con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo. 2- Por Cristo gozamos del favor de Dios por medio de la fe, y estamos firmes y nos gloriamos de 5:1- la esperanza de tener parte en la gloria de Dios. 3- Y no solo esto, sino que incluso nos gloriamos de los sufrimientos, porque sabemos que el sufrimiento da firmeza para soportar, 4- y esa firmeza nos permite ser aprobados por Dios, y el ser aprobados por Dios nos llena de esperanza. 5- Una esperanza que no defrauda, porque Dios ha llenado con su amor nuestro corazón por medio del Espíritu Santo que nos ha dado. 

6- Como nosotros éramos incapaces de salvarnos, Cristo, en el momento oportuno, murió por los malos. 7- No es fácil que una persona se deje matar en lugar de otra. Ni siquiera en lugar de una persona justa, aunque quizás alguno estaría dispuesto a morir por una persona verdaderamente buena. 8- Pero Dios prueba que nos ama en que, cuando aún éramos pecadores, Cristo murió por nosotros. 

9- Y ahora, siendo así que Dios nos ha hecho justos mediante la muerte de Cristo, con mayor razón seremos librados del castigo final por medio de él. 10- Porque si Dios, cuando aún éramos enemigos suyos, nos reconcilió consigo mismo mediante la muerte de su Hijo, con mayor razón nos salvará por su vida ahora que ya estamos reconciliados con él. 11- Y no solo esto, sino que también nos gloriamos de Dios mediante nuestro Señor Jesucristo, por quien hemos recibido ahora la reconciliación.

Adan y Jesucristo

12- Así pues, por medio de un solo hombre entró el pecado en el mundo, y por el pecado la muerte, y la muerte pasó a todos porque todos pecaron. 13- Antes de darse la ley estaba ya el pecado en el mundo, aunque el pecado no se toma en cuenta cuando no hay ley. 14- Sin embargo, desde el tiempo de Adán al de Moisés reinó la muerte sobre los que pecaron, por más que el pecado de ellos no consistió en desobedecer un mandato, como en el caso de Adán, quien fue figura de aquel que había de venir. 

15- Pero el delito de Adán no puede compararse con el don que hemos recibido de Dios. Pues por el delito de un solo hombre murieron todos; pero el don que hemos recibido gratuitamente de Dios por medio de un solo hombre, Jesucristo, es mucho mayor y para el bien de todos. 16- El pecado de un solo hombre no puede compararse con el don de Dios; pues a causa de aquel solo pecado vino la condenación, pero a causa de muchos pecados vino el don de Dios, que hace justos a los hombres. 17- Porque si la muerte reinó como resultado del delito de un solo hombre, con mayor razón aquellos a quienes Dios, en su gran bondad y gratuitamente, hace justos, reinarán en la nueva vida por medio de un solo hombre: Jesucristo. 

18- Y así como el delito de Adán puso bajo condenación a todos los hombres, así también el acto justo de Jesucristo hace justos a todos los hombres para que tengan vida. 19- Es decir, que por la desobediencia de un solo hombre, todos fueron hechos pecadores; y, al contrario, por la obediencia de un solo hombre, todos serán hechos justos. 20- La ley se añadió para que aumentase el pecado; pero cuanto más aumentó el pecado, tanto más abundó la bondad de Dios. 21- Y así como el pecado reinó para traer muerte, así también la bondad de Dios reinó haciéndonos justos y dándonos vida eterna mediante nuestro Señor Jesucristo.

miércoles, 4 de marzo de 2020

Un error muy común (Romanos 4)


¿Cómo podemos llegar al cielo? La lectura de estos capítulos corrige un error que muchos cometen.

DIOS DA (la gracia) y NOSOTROS RECIBIMOS (la fe). ¿Por qué tantas personas piensan que hay que "ganar el cielo" a base de buenas obras? Parece que no han leído el Evangelio. Desde luego, los seguidores de Jesús practican buenas obras como el amor al prójimo etc. Pero eso no es la llave que abre la puerta del cielo. Eso sería como la balanza de los musulmanes. La llave es la que preparó Jesús muriendo en la cruz (v 25). ¡A que es un gran alivio saber que Dios nos amó tanto!

Dios eligió a Abraham para formar un nuevo pueblo. Las demás naciones iban alejándose de Dios. Mediante el pueblo judío, descendientes de Abraham, Dios establecería un sólido testimonio, una nación santa. Un pueblo justo que representaría a su Dios delante de las demás naciones. Mas adelante en este libro Pablo tratará la cuestión de la rebeldía de los judíos.

Pablo es judío y utiliza la historia de Abraham y David para reforzar la verdad de que no podernos presentarle a Dios ningún mérito nuestro. Venimos observando que Dios no comercia, ni regatea, ni vende nada. Sólo da. Aquí (v 4) vemos que tampoco contrata a empleados dándoles un sueldo.

El "mérito" de Abraham fue su confianza en Dios.

El "merito" de David fue su capacidad de aceptar el perdón de Dios cuando había cometido un crimen horroroso.

Cuando Pablo habla aquí de la circuncisión, se entiende que eso fue el distintivo que llevaban los varones hebreos, comenzando con Abraham. Y lo que quiere demostrar es que el haberse sometido Abraham a ese rito no figuraba en su cuenta como punto a su favor. Lo único que le valía era su confianza en Dios.

4. El ejemplo de Abraham 

La fe de Abraham

4:1- Pero entonces, ¿qué diremos que ganó Abraham, nuestro antepasado? 2- En realidad, si Abraham hubiera sido aceptado como justo a causa de sus propios hechos, tendría motivos para gloriarse, aunque no delante de Dios. 3- Pues la Escritura dice: “Abraham creyó a Dios, y Dios se lo tomó en cuenta y le aceptó como justo.” 4- Ahora bien, al que trabaja no se le da el salario como un regalo, sino como el pago de una deuda; 5- en cambio, al que cree en Dios, que hace justo al pecador, Dios le toma en cuenta la fe para aceptarle como justo, aunque no haya hecho nada que merezca su favor. 6- David mismo habló de la dicha de aquel a quien Dios acepta como justo sin tomarle en cuenta sus hechos. 7- Dijo David:

“¡Dichosos aquellos a quienes Dios perdona sus maldades y pasa por alto sus pecados! 8- ¡Dichoso el hombre a quien el Señor no toma en cuenta su pecado!”

9- ¿Será que esta dicha corresponde solamente a los que están circuncidados, o también a los que no lo están? Hemos dicho que Dios aceptó como justo a Abraham por su fe; 10- pero ¿cuándo le aceptó? ¿Después que Abraham fuera circuncidado, o antes? No después, sino antes. 11- Y después fue Abraham circuncidado, como señal o sello de que Dios ya le había aceptado como justo por causa de su fe. 

De este modo, Abraham ha venido a ser también el padre de todos los que tienen fe, aunque no hayan sido circuncidados; y así Dios los acepta igualmente a ellos como justos. 12- Y Abraham es también el padre de quienes, además de estar circuncidados, siguen el ejemplo de aquella fe que él, nuestro padre, ya tenía cuando aún no lo estaba.

La promesa a Abraham y sus descendientes

13- Dios prometió a Abraham y a sus descendientes que recibirían el mundo como herencia, pero esta promesa no estaba ligada al cumplimiento de la ley, sino a la justicia que se basa en la fe en Dios. 14- Pues si los que han de recibir la herencia fueran los que cumplen la ley, la fe resultaría inútil y la promesa de Dios perdería su valor. 15- Porque la ley trae castigo, pero donde no hay ley tampoco hay violación de la ley. 16- Por eso, a fin de que la promesa hecha a Abraham fuera firme para todos sus descendientes, tenía que ser un don gratuito basado en la fe. 

Es decir, la promesa no es solamente para los que cumplen la ley, sino también para todos los que creen como creyó Abraham. De esa manera, él viene a ser padre de todos nosotros, 17- como dice la Escritura: “Te he hecho padre de muchas naciones.” Este es el Dios en quien creyó Abraham, el Dios que da vida a los muertos y existencia a lo que no existe. 18- En contra de toda esperanza, Abraham creyó y tuvo esperanza, y así llegó a ser “padre de muchas naciones”, conforme a lo que Dios le había dicho: “Así será el número de tus descendientes”. 

19- La fe de Abraham no se debilitó, a pesar de que ya tenía casi cien años de edad y se daba cuenta de que tanto él como Sara pronto habrían de morir, y que eran demasiado ancianos para tener hijos. 20- No dudó ni desconfió de la promesa de Dios, sino que su fe se hizo más firme. Alabó a Dios, 21- plenamente convencido de que Dios tiene poder para cumplir lo que promete. 22- Y Dios, tomándoselo en cuenta, le aceptó como justo.  

23- Y esto de que Dios se lo tomó en cuenta no se escribió solamente respecto de Abraham, 24- sino también de nosotros. Pues Dios también toma en cuenta nuestra fe, y nos acepta como justos a los que creemos en aquel que resucitó a Jesús, nuestro Señor, 25- quien fue entregado a la muerte por nuestros pecados y resucitado para hacernos justos.

martes, 3 de marzo de 2020

Quien hizo la trampa... (Romanos 3)


Cuando Pedro habla con la multitud de judíos en Jerusalén, dice, "Vosotros crucificasteis a Jesús" (Hechos 2:36), Concretamente, señala a los jefes de los judíos (Hechos 4:10), que serían como el clero en nuestro tiempo. Son culpables del peor crimen de la historia, el asesinato del Hijo de Dios. Su culpabilidad es aumentada por el gran privilegio de haber sido elegidos como receptores de la Palabra de Dios.

Viendo eso, la gente normal podría decir, si los líderes religiosos son tan malos, no me interesa la religión. Pero Pablo nos dice aquí, ¿Qué importa que hayan dejado de ser fieles algunos de ellos? ¿Por eso dejará Dios de ser fiel? Sabemos qué es lo que hizo Dios. Se buscó algunos hombres fieles, pescadores y funcionarios etc., pasando por alto a los jefes. Y así empezó la iglesia.

Lo que quiere aclarar San Pablo aquí en Romanos 3 es que tú y yo no somos mejores. Hemos rechazado a Jesús también. Todos han pecado (v 23). Nadie es capaz de sacarse a si mismo del fango.

Image result for line drawing tossing a lifesaverPara ayudarnos a entender eso nos ha dado lo que Pablo llama aquí la ley (v 9). Nos enseña que es un gran error pensar que podemos enmendar nuestra relación con Dios mediante la obediencia a una serie de reglas. La ley, los mandamientos de Dios, sirven otro propósito. Como a veces decimos, Quién hizo la ley hizo la trampa. En este caso la trampa es que Dios es tan exigente que nadie puede satisfacer sus demandas. Pero lo grande de esto es que quien hizo la trampa puso también la salida. Trata de asimilar lo que enseña Pablo en el v 24. Cuando llegas a la desesperación, cuando dices, jamás voy a poder vivir una vida recta, entonces es cuando Dios dice, hija, hijo, tengo lo que necesitas. La bondad que no puedes producir por tu cuenta, la puedes encontrar en la persona que nunca pecó, Jesús. Todo lo que él hizo, te lo doy, lo pongo a tu cuenta. Eso es lo que significa ser cristiano.


 3:1- Entonces, ¿qué ventajas tiene el ser judío o el estar circuncidado? 2- Muchas y por muchas razones. En primer lugar, Dios confió su mensaje a los judíos. 3- Ahora bien, ¿qué importa que hayan dejado de ser fieles algunos de ellos? ¿Por eso dejará Dios de ser fiel? 4- ¡De ninguna manera! Al contrario, Dios actúa siempre conforme a la verdad aunque todo hombre sea mentiroso. Así lo dice la Escritura: “Serás tenido por justo en lo que dices y saldrás vencedor cuando te juzguen.”

5- Pero si nuestra maldad sirve para poner de relieve que Dios es justo, nos tendremos que preguntar (hablando en términos humanos): ¿Es Dios injusto porque nos castiga? 6- ¡De ninguna manera! Pues si Dios fuera injusto, ¿cómo podría juzgar al mundo? 7- Pero si mi mentira sirve para que la verdad de Dios resulte aún más gloriosa, ¿por qué se me juzga como pecador? 8- Y en tal caso, ¿por qué no hacer lo malo para que venga lo bueno? Eso es precisamente lo que algunos, para desacreditarme, dicen que enseño. ¡Tales personas merecen la condenación!

Todos hemos pecado

9- ¿Qué, pues? ¿Somos nosotros, los judíos, mejores que los demás? ¡Claro que no! Porque ya hemos demostrado que, tanto los judíos como los que no lo son, están bajo el poder del pecado. 10- Así lo dicen las Escrituras:

“¡No hay ni un solo justo! 11- No hay quien tenga entendimiento, no hay quien busque a Dios. 12- Todos han ido por mal camino, todos por igual se han pervertido. ¡No hay quien haga lo bueno! ¡No hay ni siquiera uno! 13- Su garganta es un sepulcro abierto, su lengua es mentirosa, sus labios esconden veneno de víbora 14- y su boca está llena de maldición y amargura. 15- Sus pies corren ligeros a derramar sangre: 16- destrucción y miseria hay en sus caminos 17- y no conocen el camino de la paz. 18- ¡Jamás tienen presente que hay que temer a Dios!”

19- Sabemos que lo que dice el libro de la ley, lo dice a quienes están sometidos a ella, para que todos callen y el mundo entero caiga bajo el juicio de Dios; 20- porque Dios no declarará justo a nadie por haber cumplido la ley, ya que la ley sirve tan solo para hacernos saber que somos pecadores.

3. Dios nos hace justos por la fe en Jesucristo

21- Pero ahora, aparte de la ley, Dios ha dado a conocer de qué manera nos hace justos, lo cual se comprueba por los libros de la ley y los profetas: 22- Dios, por medio de la fe en Jesucristo, hace justos a todos los que creen. Pues no hay diferencia, 23- porque todos han pecado y están lejos de la presencia gloriosa de Dios. 24- Pero Dios, en su bondad y gratuitamente, los hace justos mediante la liberación realizada por Cristo Jesús. 

25- Dios hizo que Cristo, al derramar su sangre, fuera el instrumento del perdón. Este perdón se alcanza por la fe. Así quiso Dios demostrar su justicia, y mostrar que si pasó por alto los pecados de otro tiempo 26- fue solo por su paciencia, y que él, siendo justo, también en el tiempo presente hace justos a quienes creen en Jesús. 27- ¿Dónde, pues, queda el orgullo del hombre delante de Dios? ¡Queda excluido! ¿Y por qué razón? ¿Por haber cumplido la ley? ¡No, sino por haber creído! 

28- Así llegamos a esta conclusión: Dios hace justa a la persona que tiene fe, sin exigirle el cumplimiento de lo dispuesto por la ley. 29- ¿Acaso Dios es solamente Dios de los judíos? ¿No lo es también de todas las naciones? ¡Claro está que lo es también de todas las naciones, 30- pues no hay más que un Dios: el Dios que hace justos a los que tienen fe, tanto si están como si no están circuncidados! 31- Entonces, ¿con la fe anulamos el valor de la ley? ¡De ninguna manera! Por el contrario: afirmamos el valor de la ley.

lunes, 2 de marzo de 2020

Profunda comprensión de la naturaleza humana (Romanos 2)


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Mi amigo Jalal, cuando llegó a España, me explicó el punto de vista islámico sobre el juicio final. Tus obras buenas se colocan en un lado de la balanza y las malas en el otro lado. Si pesan más las buenas, has ganado el paraíso.

Lo que leemos aquí en Romanos 2 parece obedecer a la misma regla. En el v 6 Dios pagará a cada cual lo que merezcan sus acciones Pero me llevo una desilusión. Incluso la gente más buena no pasa la prueba. Asomándonos al siguiente capítulo leemos que (3:23), todos han pecado y están lejos de la presencia gloriosa de Dios.

 Además, Dios es profundo conocedor de nuestra forma de pensar. Para parecer mejor criticamos a los demás (2:1 y 22). Lo hacen los políticos, los vendedores, los pretendientes y ¿quién no? Y esa hipocresía sella nuestra condena. Nos vemos ahogándonos en nuestro propio pecado.

Pero hay una feliz sorpresa: Lo que vamos a ver en estos capítulos es que Dios está muy pendiente de nuestra necesidad y pone la solución. Dará vida eterna (7) Dios da: no vende, no hace trueque, no regatea, no comercia. Su naturaleza es la generosidad, la gracia. Lo que bloquea la recepción de lo que nos ofrece es nuestro orgullo. Desprecias la inagotable bondad - v 4. Con esa actitud no podemos ejercer la fe, que es la mano abierta que recibe lo que Dios quiere dar.  La peor ofensa contra Dios es rechazar lo que él ofrece.

¿Alguna vez has intentado ocultar tus malas acciones? Te darás cuenta de lo ridículo que es eso. Me puedes engañar a mí y a tu vecino pero nosotros no somos tus jueces. Dios es quien juzga los secretos (v 16). Va a tomar en cuenta todas nuestras circunstancias. En el día del juicio (v 15) son nuestros propios pensamientos, nuestra propia conciencia lo que nos acusa.

Ábrete a Dios, no te fijes en todos los que hayan servido de mal ejemplo. Ellos no cuentan. Esto es algo entre tú y Dios. Sincérate con él, dile que aceptas su perdón Serás una persona nueva.

2. El mundo judío

Dios juzga conforme a la verdad

2:1- Por eso no tienes disculpa, tú que juzgas a otros, quienquiera que seas. Al juzgar a otros te condenas a ti mismo, pues haces precisamente lo mismo que hacen ellos. 2- Pero sabemos que Dios juzga conforme a la verdad cuando condena a los que así se portan. 3- En cuanto a ti, que juzgas a otros y haces lo mismo que ellos, no creas que vas a librarte de que Dios te condene. 4- Tú desprecias la inagotable bondad, tolerancia y paciencia de Dios, sin darte cuenta de que precisamente su bondad es la que te está llevando a convertirte a él. 

5- Pero tú, como eres terco y no has querido volverte a Dios, estás acumulando castigo sobre ti mismo para el día del castigo, cuando Dios se manifieste para dictar su justa sentencia 6- Y pagará a cada cual lo que merezcan sus acciones.  7- Dará vida eterna a quienes buscando gloria, honor e inmortalidad hicieron siempre el bien; 8- pero castigará severamente a los rebeldes, es decir, a los que están en contra de la verdad y a favor de la maldad. 9- Habrá sufrimiento y angustia para todos los que hacen lo malo: para los judíos en primer lugar, pero también para los que no lo son. 10- En cambio, Dios dará gloria, honor y paz a quienes hacen el bien: a los judíos en primer lugar, pero también a los que no lo son. 11- Porque Dios no hace diferencia entre unos y otros.

La ley de Moisés

12- Todos los que pecan sin haber tenido la ley de Moisés, morirán sin esa ley; y los que pecan a pesar de tener la ley de Moisés, por medio de esa ley serán juzgados. 13- Porque no quedan libres de culpa los que tan solo oyen la ley, sino los que la obedecen. 14- Pero cuando los que no son judíos ni tienen la ley hacen por naturaleza lo que la ley manda, ellos mismos son su propia ley. 15- Por su conducta muestran que la llevan escrita en el corazón. Su propia conciencia lo prueba, y sus propios pensamientos los acusarán o los defenderán 16- el día en que Dios juzgue los secretos de todos por medio de Cristo Jesús, conforme al evangelio que yo predico.

Los judíos y la ley de Moisés

17- Tú dices que eres judío, te basas en la ley de Moisés y te glorías de tu Dios. 18- Conoces su voluntad, y la ley te enseña a escoger lo mejor. 19- Estás convencido de que puedes ser guía de los ciegos y luz de los que andan en oscuridad; 20- de que puedes instruir a los ignorantes y enseñar a los sencillos, ya que en la ley tienes la regla del conocimiento y la verdad. 21- Pues bien, si enseñas a otros, ¿por qué no te enseñas a ti mismo? Si predicas que no se debe robar, ¿por qué robas? 22- Si dices que no se debe cometer adulterio, ¿por qué lo cometes? Si odias a los ídolos, ¿por qué robas las riquezas de sus templos? 

23- Te glorías de la ley, pero deshonras a Dios porque no la cumples. 24- Con razón dice la Escritura: “Los paganos ofenden a Dios por culpa vuestra.” 25- Es cierto que la circuncisión tiene valor para quien obedece a la ley de Moisés; pero el que la quebranta es como si no estuviera circuncidado. 26- En cambio, si el que no está circuncidado se sujeta a lo que la ley ordena, Dios lo tendrá por circuncidado aun cuando no lo esté. 27- El que cumple la ley, aunque no esté circuncidado en el cuerpo, juzgará a aquel que quebranta la ley a pesar de tenerla y de estar circuncidado. 28- Porque ser judío no es serlo solo en lo exterior, y estar circuncidado no es estarlo solo en lo exterior, en el cuerpo. 29- El verdadero judío lo es interiormente, y el estar circuncidado es cosa del corazón; no depende de reglas escritas, sino del espíritu. El que es así, resulta aprobado, no por los hombres, sino por Dios.

domingo, 1 de marzo de 2020

Es así de sencillo (Romanos 1)





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Me gusta la versión "Dios Habla Hoy" de la Biblia (que vengo usando en estos comentarios) porque expresa la verdad de Dios de forma simple. Pero hoy encuentro algo que creo que han simplificado demasiado. En el versículo 17 abajo cuando habla de la justificación por la fe, las demás versiones nos presentan un proceso que va en aumento. La Biblia de Las Américas dice "por fe y para fe", que resulta más literal. La versión oficial de la conferencia episcopal española dice, "de fe en fe", es decir, una progresión.
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Esto me ayuda a comprender que la fe es como un músculo. Crece con el uso. Y veremos más adelante en Efesios que esa fe inicial también la da Dios.

El que da es Dios y los que recibimos por la fe (como en Juan 1:12) somos sus hijos. Hay tantos temas en la epístola a los Romanos que algunos tendrán que quedar para otro momento, debido que que cada año vamos añadiendo en la repetición de la lectura. (O bien, profundizas todo lo que quieres en tu estudio personal.) Pero quiero enfocar en esta lectura en cada capítulo el tema de la fe. Gramaticalmente se trata de un sustantivo. Su correspondiente verbo es la palabra... creer.

Eso lo vemos en el versículo 16, "todos los que creen".

Hay un versículo clave que nos tiene que llenar de gozo, en esta meditación sobre un Dios que da y gente que recibe, Romanos 8:32- Si Dios no nos negó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó a la muerte por todos nosotros, ¿cómo no habrá de darnos también, junto con su Hijo, todas las cosas? 

Alégrate hoy en esta verdad.


Romanos 1 DHHe (D)

INTRODUCCIÓN

Saludo

Pablo, siervo de Cristo Jesús, llamado por él a ser apóstol y apartado para anunciar el evangelio de Dios. 2- Por medio de sus profetas, Dios ya lo había prometido en las santas Escrituras. 3,4- Es el mensaje relativo a su Hijo Jesucristo, nuestro Señor, que como hombre fue descendiente del rey David, pero como espíritu santificador y a partir de su resurrección fue declarado Hijo de Dios y se le dieron plenos poderes. 5- Por medio de Jesucristo, Dios me ha concedido el privilegio de ser su apóstol, para que en todas las naciones haya quienes crean en él y le obedezcan. 6,7- Entre ellos estáis también vosotros, que vivís en la ciudad de Roma. Dios os ama, y os ha llamado a ser de Jesucristo y formar parte del pueblo santo. Que Dios nuestro Padre y el Señor Jesucristo derramen su gracia y su paz sobre vosotros.

Acción de gracias

8- En primer lugar, por medio de Jesucristo doy gracias a mi Dios por cada uno de vosotros, porque en todas partes se habla de vuestra fe. 9- Dios, a quien sirvo con todo mi corazón anunciando el evangelio de su Hijo, es testigo de que continuamente os recuerdo en mis oraciones; 10- y pido siempre a Dios que, si es su voluntad, me conceda ir por fin a visitaros. 11- Porque deseo veros y prestaros alguna ayuda espiritual, para que estéis más firmes; 12- es decir, para que nos animemos unos a otros con esta fe que vosotros y yo tenemos. 13- Quiero que sepáis, hermanos, que muchas veces me he propuesto ir a veros, pero hasta ahora siempre se me han presentado obstáculos. Mi deseo es recoger alguna cosecha espiritual entre vosotros, como la he recogido entre las otras naciones. 14- Me siento en deuda con todos, sean cultos o incultos, sabios o ignorantes; 15- por eso estoy tan ansioso de anunciaros el evangelio también a vosotros, que vivís en Roma.


I. SECCIÓN DOCTRINAL

El evangelio, poder de Dios

16- No me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para que todos los que creen alcancen la salvación, los judíos en primer lugar, pero también los que no lo son. 

17- Pues el evangelio nos muestra de qué manera Dios nos hace justos: es por fe y solamente por fe. Así lo dicen las Escrituras: “El justo por la fe vivirá.”

 º1. El mundo pagano

La culpabilidad humana

18- Vemos que Dios manifiesta su ira castigando desde el cielo a toda la gente mala e injusta que con su maldad impide que se conozca la verdad. 19- Lo que de Dios se puede conocer, ellos lo conocen muy bien, porque él mismo se lo ha mostrado; 20- pues lo invisible de Dios puede llegar a conocerse si se reflexiona en sus hechos. En efecto, desde que el mundo fue creado, se ha podido ver claramente que él es Dios y que su poder nunca tendrá fin. Por eso los malvados no tienen disculpa, 21- pues aunque han conocido a Dios, no lo han honrado como a Dios ni le han dado gracias. 

Al contrario, han terminado pensando puras tonterías, y su necia mente se ha quedado a oscuras. 22- Decían ser sabios, pero se hicieron tontos, 23- pues cambiaron la gloria del Dios inmortal por imágenes del hombre mortal, e incluso por imágenes de aves, cuadrúpedos y reptiles. 24- Por lo cual, Dios los ha abandonado a sus impuros deseos, y unos con otros han cometido acciones vergonzosas. 

25- En lugar de la verdad de Dios han buscado la mentira, y han honrado y adorado las cosas creadas por Dios y no a Dios mismo, que las creó y merece alabanza por siempre. Amén. 26- Por eso, Dios los ha abandonado a pasiones vergonzosas. Incluso sus mujeres han cambiado las relaciones naturales por las que van contra naturaleza; 27- y, de la misma manera, los hombres han dejado sus relaciones naturales con la mujer y arden en malos deseos los unos por los otros. Hombres con hombres cometen actos vergonzosos y sufren en su propio cuerpo el castigo de su perversión. 

28- Como no quisieron reconocer a Dios, él los ha abandonado a sus perversos pensamientos, para que hagan lo que no deben hacer. 29- Están llenos de toda clase de injusticia, perversidad, avaricia y maldad. Son envidiosos, asesinos, pendencieros, engañadores, perversos y chismosos. 30- Hablan mal de los demás, son enemigos de Dios, insolentes, vanidosos y soberbios; inventan maldades, desobedecen a los padres, 31- son insensatos, no cumplen su palabra, no tienen cariño a nadie, no perdonan, no sienten compasión. 32- Saben muy bien que Dios ha decretado la muerte contra quienes hacen estas cosas; sin embargo las siguen haciendo, y hasta ven con gusto que otros las hagan.