Lo que leemos aquí en Romanos 2 parece obedecer a la misma regla. En el v 6 Dios pagará a cada cual lo que merezcan sus acciones Pero me llevo una desilusión. Incluso la gente más buena no pasa la prueba. Asomándonos al siguiente capítulo leemos que (3:23), todos han pecado y están lejos de la presencia gloriosa de Dios.
Además, Dios es profundo conocedor de nuestra forma de pensar. Para parecer mejor criticamos a los demás (2:1 y 22). Lo hacen los políticos, los vendedores, los pretendientes y ¿quién no? Y esa hipocresía sella nuestra condena. Nos vemos ahogándonos en nuestro propio pecado.
Pero hay una feliz sorpresa: Lo que vamos a ver en estos capítulos es que Dios está muy pendiente de nuestra necesidad y pone la solución. Dará vida eterna (7) Dios da: no vende, no hace trueque, no regatea, no comercia. Su naturaleza es la generosidad, la gracia. Lo que bloquea la recepción de lo que nos ofrece es nuestro orgullo. Desprecias la inagotable bondad - v 4. Con esa actitud no podemos ejercer la fe, que es la mano abierta que recibe lo que Dios quiere dar. La peor ofensa contra Dios es rechazar lo que él ofrece.
¿Alguna vez has intentado ocultar tus malas acciones? Te darás cuenta de lo ridículo que es eso. Me puedes engañar a mí y a tu vecino pero nosotros no somos tus jueces. Dios es quien juzga los secretos (v 16). Va a tomar en cuenta todas nuestras circunstancias. En el día del juicio (v 15) son nuestros propios pensamientos, nuestra propia conciencia lo que nos acusa.
Ábrete a Dios, no te fijes en todos los que hayan servido de mal ejemplo. Ellos no cuentan. Esto es algo entre tú y Dios. Sincérate con él, dile que aceptas su perdón Serás una persona nueva.
2. El mundo judío
Dios juzga conforme a la verdad
2:1- Por
eso no tienes disculpa, tú que juzgas a otros, quienquiera que seas. Al juzgar
a otros te condenas a ti mismo, pues haces precisamente lo mismo que hacen
ellos. 2- Pero sabemos que Dios juzga conforme a la verdad cuando condena a los
que así se portan. 3- En cuanto a ti, que juzgas a otros y haces lo mismo que
ellos, no creas que vas a librarte de que Dios te condene. 4- Tú desprecias la
inagotable bondad, tolerancia y paciencia de Dios, sin darte cuenta de que
precisamente su bondad es la que te está llevando a convertirte a él.
5- Pero tú, como eres terco y no has querido volverte a Dios, estás acumulando castigo sobre ti mismo para el día del castigo, cuando Dios se manifieste para dictar su justa sentencia 6- Y pagará a cada cual lo que merezcan sus acciones. 7- Dará vida eterna a quienes buscando gloria, honor e inmortalidad hicieron siempre el bien; 8- pero castigará severamente a los rebeldes, es decir, a los que están en contra de la verdad y a favor de la maldad. 9- Habrá sufrimiento y angustia para todos los que hacen lo malo: para los judíos en primer lugar, pero también para los que no lo son. 10- En cambio, Dios dará gloria, honor y paz a quienes hacen el bien: a los judíos en primer lugar, pero también a los que no lo son. 11- Porque Dios no hace diferencia entre unos y otros.
5- Pero tú, como eres terco y no has querido volverte a Dios, estás acumulando castigo sobre ti mismo para el día del castigo, cuando Dios se manifieste para dictar su justa sentencia 6- Y pagará a cada cual lo que merezcan sus acciones. 7- Dará vida eterna a quienes buscando gloria, honor e inmortalidad hicieron siempre el bien; 8- pero castigará severamente a los rebeldes, es decir, a los que están en contra de la verdad y a favor de la maldad. 9- Habrá sufrimiento y angustia para todos los que hacen lo malo: para los judíos en primer lugar, pero también para los que no lo son. 10- En cambio, Dios dará gloria, honor y paz a quienes hacen el bien: a los judíos en primer lugar, pero también a los que no lo son. 11- Porque Dios no hace diferencia entre unos y otros.
12-
Todos los que pecan sin haber tenido la ley de Moisés, morirán sin esa ley; y
los que pecan a pesar de tener la ley de Moisés, por medio de esa ley serán
juzgados. 13- Porque no quedan libres de culpa los que tan solo oyen la ley,
sino los que la obedecen. 14- Pero cuando los que no son judíos ni tienen la
ley hacen por naturaleza lo que la ley manda, ellos mismos son su propia ley.
15- Por su conducta muestran que la llevan escrita en el corazón. Su propia
conciencia lo prueba, y sus propios pensamientos los acusarán o los defenderán
16- el día en que Dios juzgue los secretos de todos por medio de Cristo Jesús,
conforme al evangelio que yo predico.
17-
Tú dices que eres judío, te basas en la ley de Moisés y te glorías de tu Dios.
18- Conoces su voluntad, y la ley te enseña a escoger lo mejor. 19- Estás
convencido de que puedes ser guía de los ciegos y luz de los que andan en
oscuridad; 20- de que puedes instruir a los ignorantes y enseñar a los
sencillos, ya que en la ley tienes la regla del conocimiento y la verdad. 21-
Pues bien, si enseñas a otros, ¿por qué no te enseñas a ti mismo? Si predicas
que no se debe robar, ¿por qué robas? 22- Si dices que no se debe cometer
adulterio, ¿por qué lo cometes? Si odias a los ídolos, ¿por qué robas las
riquezas de sus templos?
23- Te glorías de la ley, pero deshonras a Dios porque no la cumples. 24- Con razón dice la Escritura: “Los paganos ofenden a Dios por culpa vuestra.” 25- Es cierto que la circuncisión tiene valor para quien obedece a la ley de Moisés; pero el que la quebranta es como si no estuviera circuncidado. 26- En cambio, si el que no está circuncidado se sujeta a lo que la ley ordena, Dios lo tendrá por circuncidado aun cuando no lo esté. 27- El que cumple la ley, aunque no esté circuncidado en el cuerpo, juzgará a aquel que quebranta la ley a pesar de tenerla y de estar circuncidado. 28- Porque ser judío no es serlo solo en lo exterior, y estar circuncidado no es estarlo solo en lo exterior, en el cuerpo. 29- El verdadero judío lo es interiormente, y el estar circuncidado es cosa del corazón; no depende de reglas escritas, sino del espíritu. El que es así, resulta aprobado, no por los hombres, sino por Dios.
23- Te glorías de la ley, pero deshonras a Dios porque no la cumples. 24- Con razón dice la Escritura: “Los paganos ofenden a Dios por culpa vuestra.” 25- Es cierto que la circuncisión tiene valor para quien obedece a la ley de Moisés; pero el que la quebranta es como si no estuviera circuncidado. 26- En cambio, si el que no está circuncidado se sujeta a lo que la ley ordena, Dios lo tendrá por circuncidado aun cuando no lo esté. 27- El que cumple la ley, aunque no esté circuncidado en el cuerpo, juzgará a aquel que quebranta la ley a pesar de tenerla y de estar circuncidado. 28- Porque ser judío no es serlo solo en lo exterior, y estar circuncidado no es estarlo solo en lo exterior, en el cuerpo. 29- El verdadero judío lo es interiormente, y el estar circuncidado es cosa del corazón; no depende de reglas escritas, sino del espíritu. El que es así, resulta aprobado, no por los hombres, sino por Dios.
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