Vitaminas (Lectura mínima) Mateo 9:9-13
Menú completo Mateo 9
Imaginemos un joven que oposita para funcionario de hacienda. Aprueba todo y tiene el futuro asegurado. Además, por el enchufe que le trae ese trabajo, tiene posibilidades de participar en unos negocios que le harán realmente rico. Su familia contenta, la esposa satisfecha. El sueño realizado. La envidia de sus amigos.
Llega un forastero inquietando a las personas con enseñanza sobre el reino de Dios. Muchos le siguen. El joven escucha y queda impresionado. El predicador llega al mismo despacho donde trabaja el funcionario. Le señala y dice, Quiero que vengas conmigo. El funcionario reconoce que es una oportunidad única en la vida, y se da de baja en el trabajo, entra en el equipo del predicador, abandonando todos los beneficios que tiene acumulados. ¿Ha perdido Mateo la cabeza? Lee este libro que el escribió luego, y entonces decide.
¿Qué poder tenía Jesús para conseguir decisiones tan radicales? ¿La llamada de Jesús sigue siendo la misma en nuestro tiempo? El hecho de tener seguidores tan comprometidos, fueran pescadores o funcionarios, ¿tenía algo que ver con el fuerte avance de la fe cristiana en los primeros siglos? Por ejemplo, la valentía de Sta. Eulalia de Mérida? ¿Tiene Jesús seguidores así en el siglo XX? ¿Qué pasaría si hubiese un puñado de personas dispuestas a seguir las enseñanzas de Jesús incondicionalmente?
¿ Sería yo una de esas personas?