Vitaminas (Lectura mínima) Mateo 5:3
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La iglesia de Jesucristo, que lleva ya casi 2.000 años de existencia, siempre ha ido contra corriente. Pero siempre ha habido el peligro de querer ser como la sociedad que nos rodea.
El Sermón del Monte, que encontramos en los capítulos 5 a 7 de Mateo, lleva la enseñanza básica de Jesús. Es una regla para poder medir hasta qué punto hemos asimilado los valores de la sociedad en contraste con los de Dios.
Por ejemplo, “Bienaventurados los pobres en espíritu”. Lo normal es querer ser autosuficiente, no tener que depender de nadie. Pero los que siguen al Dios de la Biblia dependen siempre de él. ¿En qué forma hay que practicar esta enseñanza?
Cuando entramos en su significado, es tan revolucionario, que muchos de los que se llaman cristianos se niegan a aceptarlo. Tanto en lo material, como en lo espiritual, tenemos que recibimos cada día según necesidad, como el maná diario para Israel en el desierto. Cuando me levanto por la mañana tengo que acudir a Dios en vacío. Soy pobre. Nada de lo que he hecho me sirve. Hay dos cosas que me sirven: mi pobreza y la riqueza de Dios. Dios solo da a los que necesitan, no a quienes les sobra. No somos como los demás. Todo el reino de Dios es nuestro.
¿ Me conformo con tener el reino de los cielos?
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