Antes y Después

 

Vitaminas (Lectura mínima): Colosenses 2:6,7

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     Un ejercicio interesante en este capítulo es notar todos los textos que se refieren a cosas pasadas, a lo que Dios ha hecho por todos los creyentes. Por ejemplo, “fuisteis resucitados” (v 12). A lo mejor puedes encontrar una docena o más cosas que no hay que hacer porque están hechas.

     Una de las grandes verdades de la fe cristiana es que, en vez de exigencias, se trata de privilegios. Pienso que la mayoría de los creyentes no entienden esta verdad, y por eso incluso la iglesia tiene mala prensa. Es posible que no compartas la opinión de que la fe cristiana se centra en privilegios más que en exigencias. Toma nota del v. 6. Allí habla de la manera en que hemos recibido al Señor Jesucristo. ¿Cómo le recibiste? A los que le recibieron (Juan 1:12) les dio potestad para ser hijos de Dios. Cuando recibiste a Cristo naciste con nueva vida. Esta vida es un regalo de Dios para que luego andes en ella. Lo que viene a continuación en Colosenses 2 es la forma de estar cimentados en él.

     Mientras veamos la vida cristiana como una serie de obligaciones no la vamos a vivir plenamente. Por ejemplo es imposible amar por obligación. Amamos porque el Dios de amor habita en nosotros.

¿Qué tal llevo mis privilegios?

Un salto muy grande

 

Vitaminas (Lectura mínima): Colosenses 1:18-23

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Video con resumen breve de Colosenses (y Filemón)

(También se puede abrir en otra página)

     Dios no exagera cuando dice que hemos sido sus enemigos (1:21). Adán y Eva tomaron la decisión de entrar con toda su raza en el terreno de Satanás. Pablo en una maravillosa frase (v 22) describe cómo hemos pasado de esa condición a formar parte de los que son santos y sin mancha e irreprochables.

     ¿Cómo se llama el puente por el que hemos pasado? “Os ha reconciliado en su cuerpo de carne”. O como dice el v 14, redención por su sangre. Cuando esta verdad deja de maravillarnos, estamos muy cerca de donde estaba Eva cuando tomó la fruta prohibida. Pretendiendo pasar de Dios se separó de su fuente de vida.

     Colosenses 1 nos sirve de remedio para esta ceguera. Podemos releer el himno cristológico a partir del v 15 y cuando llegamos al 20, decir, “Señor, lo hiciste por mí, ¡por mí! Formo parte de tu plan, he pasado de enemigo a santo.”

     Cristo es el primogénito, no solo de la creación (15), sino también de la resurrección (18). Seremos como él. Su intención es que seamos perfectos (v 28).

¿Qué es lo que me hace perder de vista lo que hizo Jesús por mí?

¿Por qué tanto cariño?

 

Vitaminas (Lectura mínima): Filipenses 4:1-9

Menú completo: Filipenses 4

Pablo se pasa. Lee detenidamente el 4:1. ¿De dónde viene tanto cariño hacia personas bastante normalillas que Pablo conoció en uno de sus viajes?

La mente humana normal contempla a los demás de forma más fría. Incluso se practica el refrán que dice, Piensa mal y acertarás. Sin embargo Pablo está pensando en estas personas como si fueran lo más bonito de la tierra, como un abuelo. ¿Qué clase de mentalidad es esa? Es la de Cristo (ver el 2:5). Su imagen mental de ellos abarca todo lo que es verdadero, puro, amable, etc. (v 8) Podríamos decir que no es un hombre práctico, solo ve el lado bueno de las personas.

Hay que volver a la lectura. Les está diciendo que estén firmes, que dos hermanas lleguen a un acuerdo y que los demás les ayuden. Es consciente de que se trata de una iglesia con personas normales y problemas normales. Es práctico.

Pero Pablo ve los problemas como algo que hay que tratar, como parte de su crecimiento; aspectos que se transformarán. Mientras las áreas donde han madurado, las ve como realidad en sus vidas. Y en eso se regocija desde su celda.

Me acuerdo de una hermana que cuestionaba la sinceridad de Pablo cuando dice cosas así. Porque le veía desde su propia óptica. ¿Te acuerdas del corito, “Puedo ver en ti la gloria de mi Rey”? Así pensamos los cristianos.

¿Cómo me ves?

¿Cómo es posible?

Vitaminas (Lectura mínima):   Filipenses 3:1

Menú completo:   Filipenses 3

En los 4 capítulos de Filipenses encontramos 10 mandamientos (imperativos). La mitad de ellos reflejan lo que Pablo expresa en el 3:1– Hay que regocijarse. ¿Cómo es posible? Pensamos que la alegría es un sentimiento que viene y se va, según circunstancias, según lo que hayamos comido, o para algunos según las sustancias que hayan ingerido. Pero ¿gozaos? El gozo no es una tecla que se aprieta para encender una luz.

Se trata de caminos que hay que elegir. Aquí se nos dice que nos gocemos en el Señor. Esto implica seguir el camino que describe Pablo a continuación, donde él tomó la decisión de desechar todas las cosas en su vida que pudieran ser causas autónomas de gozo y satisfacción. En los vss. 7-11 describe como había cumplido todos los requisitos que permitían a un hombre tener la máxima satisfacción en su sociedad. Lo rechaza como basura.

¿Hasta qué punto es válido el ejemplo de Pablo? Hay quien le considera una excepción, demasiado radical, que no es modelo para todo cristiano. Pero Dios le inspira a decir, “Imitadme” (17). Imitemos a Pablo en su camino de gozo, en sus lágrimas por el daño que observa en la iglesia (18).

Naturalmente, en este cuerpo y en este mundo hay grandes altibajos. Pero eso es secundario porque no somos de aquí (v 20). El gran motivo de gozo es que nuestros nombres están en un libro donde nadie los puede borrar (Lucas 10:20).

¿Estoy obedeciendo el mandamiento de tener gozo?

El secreto de los sentimientos

 

Vitaminas (Lectura mínima): 2:5-8

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Ya nos lo dijo Pablo en el 1:7- “Os tengo en mi corazón” ¿Cómo consigues meter a alguien en tu corazón? Pregunta a alguna madre. Primero lo llevaba en su cuerpo, y hubo 9 meses de pesadez seguidos de un tiempo de brutal sufrimiento. Cuando una madre dice, “hijo de mis entrañas”, es porque allí empezó todo.

Se trata de una decisión (obediencia, v.12). ¡Cuánto me alegro de que mi madre optó por el camino del sufrimiento; no solamente con el embarazo, sino también con los años difíciles.

¿Te acuerdas que Pablo dice a los Gálatas, “Vuelvo a sufrir dolores de parto”? A Jesús le pasó lo mismo. El profeta dice que verá el fruto de su aflicción y quedará satisfecho.

Si quieres tener sentimientos puros, toma la decisión de sufrir por los demás. Este curso no va por el camino de la comodidad. Toma nota de cada paso en la carrera de Cristo que Pablo describe aquí como modelo para nosotros. En vez de hacer las cosas por vanidad o rivalidad, nos corresponde servir. No se trata de aumentar los conocimientos sicológicos, por buenos que estos sean. Se trata de humillarse. Eso es el sentir que hubo en Cristo Jesús. Parece difícil, pero tiene sus ventajas: siempre habrá personas dispuestas a que seas humillado. Son los ayudantes de Dios sin saberlo.

¿Qué oportunidad se me presenta hoy para compartir los sentimientos de Cristo?

Sentimientos

 

Vitaminas (Lectura mínima): Filipenses 1:3-11

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Una carta basada en un poema

O conectar de forma directa 

Si puedes leer el libro de Filipenses de un tirón, es interesante notar cómo se sentía Pablo en la cárcel de donde escribía y cómo han de sentir los cristianos frente a las diferentes circunstancias de la vida.

Por ejemplo, en todas sus oraciones pide por ellos con gozo (1:4). Esta alegría es debida a 2 factores: Primero, que la iglesia le da motivos de estar contento, son obedientes (2:12); Segundo, que Pablo sabe algo acerca de Dios. Siente gran emoción (v 6) cuando piensa que todo lo que Dios tiene pensado para este amado grupo de personas, lo va a realizar. Las grandes batallas de Pablo eran sobre la condición de las iglesias. Casi puedo escuchar su suspiro de alivio cuando piensa que su trabajo con estos hermanos no ha sido en vano.

También verás varias veces en tu lectura que Pablo les ama con entrañable amor (p. e. v 8). Luego le vemos alegrándose por las noticias de la predicación del evangelio, incluso por personas con motivos no tan limpios.

Pablo siente también fuertes deseos de dejar las batallas de esta vida y estar con el Señor, aunque reconoce que le queda trabajo todavía. ¿Cómo se puede llegar a tener sentimientos tan puros? ¿Cómo venció el egoísmo que a todos nos embarga? Tuvo que pasar por un aprendizaje que él mismo documenta en esta epístola y que le lleva a decir, “Para mi el vivir es Cristo y el morir es ganancia.” Tú y yo podemos cursar los mismos estudios. ¿Te atreves?

Para mi el vivir es ¿ —– ?

Peleando juntos

 

Vitaminas (Lectura mínima): Efesios 6:14-20

Menú completo:  Efesios 6

De niño me impresionaban mucho algunos libros, como “La Isla del Tesoro”. Recuerdo una frase de uno de los héroes, hablando de otro espadachín: “Me pondría de espaldas con él contra cualquiera.” Es decir, que con ese compañero guardando sus espaldas se sentía seguro.

Se nos anima a ser buenos soldados de Cristo usando las armas de Efesios 6. Sabemos que Dios no necesita defensa, es invencible. Sabemos quién es nuestro enemigo, el ejército de maldad (v 12). ¿Y nuestra misión? No somos un ejército en reserva, por si acaso nos atacan. Somos invasores rescatando almas de las garras del diablo. Trabajo peligroso. El diablo solo ataca cuando se ve amenazado. Por eso, al tiempo que nos dedicamos al rescate de almas tenemos que proteger a nuestros compañeros de milicia.

Pablo considera compañeros a los creyentes de Efeso. Les ruega que oren por él con toda perseverancia y súplica (vss 18 y 19). Alguien ha dicho de forma exagerada que el ejército cristiano es el único que mata a sus propios heridos. ¿Cuál es nuestra reacción cuando un hermano sufre una caída? No le dejes tirado. ¡Cúbrele! Y cuando tú estás en peligro, pide ayuda como Pablo y como Cristo en Getsemaní. No hay nadie que pueda pelear sin que le cubran las espaldas.

¿He aprendido a unirme a mis compañeros de batalla?