sábado, 23 de junio de 2012

Cosas que entendemos y que no entendemos


Bienaventurado el que vela y guarda sus ropas, no sea que ande desnudo y vean su vergüenza

Menú completo           Apocalipsis 15 y 16

Podríamos entrar en especulaciones sobre fechas y formas del cumplimiento de tanto simbolismo. Y, de hecho, se nos anima a hacer ciertos cálculos (13:18). Pero el objetivo principal de este libro es nuestra preparación de corazón para lo que va a pasar. Empezando con las exhortaciones a las 7 iglesias (caps. 2 y 3) con sus promesas para los que vencen el pecado, nos va llevando por el proceso que Dios utilizará para limpiar la tierra. Dios dará recompensas y destruirá a los que destruyen la tierra (11:18). En el Apocalipsis se ve que la victoria final es de Dios

El que no podamos entender, por ejemplo, todos los detalles de las 7 plagas que se presentan aquí en el c 15 no quita valor al estudio del texto. Leyendo y releyendo, entramos en una comprensión espiritual del carácter de Dios. Todo lo que tenemos aquí forma parte de la ley de Dios, en la que hay que meditar de día y de noche (Salmo 1:2,3), para prosperar en todo lo que hacemos. Encontraremos verdaderas joyas, que nos deleitarán. ¿Sabías que el altar del templo también habla (16:7)?

En el 13:7 parecía que ganaba el mal. Vimos a la bestia ejerciendo autoridad sobre toda tribu, pueblo, lengua y nación. Pero aquí en el 15:4, después del juicio de Dios, todas las naciones vendrán y adorarán ante su presencia. Su título es Rey de las naciones (v 3). No tenemos que perder ni un minuto lamentando el estado de la humanidad. Dios está llevando a cabo su plan. En vez de lamentar, podemos actuar, y sobre todo vigilar, para no ser arrastrados por la corriente del mal. No ha habido ningún momento de peligro respecto a si el Cordero ganará o no. El Cristo crucificado es invencible, como lo son también sus seguidores.

¿Qué tesoro encontré hoy en este texto?

viernes, 22 de junio de 2012

Dos grupos con muy diferente destino


Bienaventurados los muertos que de aquí en adelante mueren en el Señor

Menú completo           Apocalipsis 14

Cuando Juan dice, miré, es para introducir una nueva escena. En este capítulo es para darnos dos visiones. En la primera (v 1) seguimos viendo al Cordero, acompañado de un coro de 144,000 hombres, una cosecha de primicias para Dios. La segunda, en el v 14, también trata de una cosecha, pero esta vez una vendimia para el lagar del furor de Dios (v 19).

Entre estos dos grupos hay una diferencia de lealtades. Los primeros siguen al Cordero por donde él vaya. (Recordemos que el logro principal del Cordero es que fue su muerte en sacrificio por nuestra redención) Llevan el nombre del Cordero y de su Padre en la frente. Son incondicionales del Cordero. Si esto es una descripción de las primicias (v 4), lo será también de todos los que venimos después. Entiendo su condición de no contaminados como algo simbólico igual que el término Cordero tiene su simbolismo. La contaminación es traída por la gran ramera del c 17. Los del segundo grupo llevan la marca de la bestia en la frente. Han sellado así su lealtad hacia el enemigo de Dios.

Se introduce aquí el término Babilonia (Babel), que fue el primer imperio que se levantó contra Dios (Génesis 10:10) y la cabeza de los imperios en las visiones que explica el profeta Daniel. Es el intento humano de excluir a Dios. En un libro centrado en el número siete (7 iglesias, 7 estrellas, etc.), el número perfecto de Dios, es interesante que el número humano (13:18) es una trinidad de seises.
Volvemos a ver aquí el uso del arma especial que tienen los seguidores de Jesús. Bienaventurados los muertos que mueren en el Señor (v 13). Se va completando el número necesario para que el plan de Dios se acabe. Hay que perseverar (v 11).

¿Cómo demuestro mi lealtad?

jueves, 21 de junio de 2012

Aparente victoria de Satanás


Se le concedió hacer guerra contra los santos y vencerlos; y se le dio autoridad sobre toda tribu, pueblo, lengua y nación

Menú completo           Apocalipsis 13

Juan está conectando aquí con las profecías de Daniel. El ángel Miguel (Apoc 12) es introducido allí. Y la guerra contra los santos también es un tema de Daniel (Dan 7:21). La idea de que Satanás pueda vencer a los santos de Dios resulta desalentador. Preferimos estar al lado del ganador. Así que, hay que entender en qué consiste esta aparente victoria de Satanás, en este caso representado por la bestia.

En primer lugar, Alguien le concede hacer esta guerra y vencer (13:7).  Esto es algo que hemos visto a través del Apocalipsis. Es Dios quien da – autoridad, galardones, tiempo, coronas, espada, vestiduras blancas, trompetas, incienso, llaves, poder, alas. Y Dios permite que algunos de los suyos sean llevados a la cautividad y a la espada (13:10). Tenemos un paralelo de ello cuando Satanás entra en Judas para que entregue a la muerte a Jesús. Luego Jesús resucitó. Las victorias de Satanás siempre son el primer paso para su derrota. Aquí está la perseverancia y la fe de los santos. Es como decía Jesús, Y no temáis a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma (Mateo 10:28). La grandeza del pueblo de Dios es especialmente aparente en los momentos cuando es amenazado.

Aunque ha habido muchos intentos de especificar quiénes son las dos bestias, sin ponerse de acuerdo, podemos sin embargo recoger aquí lecciones que son aplicables a nuestra particular guerra. Aprendemos algo nuevo aquí sobre el Cordero, que tiene un libro en que aparecen escritos desde la fundación del mundo, los nombres de los suyos. Si tanto tiempo lleva Dios con su plan, ningún enemigo le podrá derrotar.

¿Estoy viendo la derrota de Satanás?

miércoles, 20 de junio de 2012

Identificando a los protagonistas


Y una gran señal apareció en el cielo: una mujer vestida del sol, con la luna debajo de sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza; estaba encinta, y gritaba, estando de parto y con dolores de alumbramiento. Entonces apareció otra señal en el cielo: he aquí, un gran dragón rojo que tenía siete cabezas

Menú completo           Apocalipsis 12

El libro del Apocalipsis empieza con una escena local. Juan escribe desde una isla a 7 iglesias que en el continente. Pero llega a una escena universal, con una batalla cósmica. Aquí en el c 12 conecta con el comienzo de la humanidad, cuando la serpiente trajo el mal a la raza. Esa serpiente antigua es el dragón (12:9 y 20:3) que le hace la guerra contra la mujer vestida del sol.

¿Quién es esta mujer? Es la madre del que va a regir a las naciones con vara de hierro (v 5). También es madre de los que tienen el testimonio de Jesús (v 17). Es objetivo principal de la furia del diablo. Es indefensa. En vez de pelear tiene que huir, incluso volando. No se le identifica con la misma claridad con que es identificado el dragón que la ataca. Pero viste con el sol, pisa la luna y tiene una corona de 12 estrellas. Por eso se le suele relacionar con la novia ataviada para su esposo (21:2), que es la Iglesia en toda su amplitud.

Hemos visto que quien vence es el Cordero que fue sacrificado. Los que vencen aquí también lo hacen mediante la sangre del Cordero (12:11). Esto es un texto clave para cualquiera que quiere ser victorioso. Si somos limpios mediante la sangre de Cristo, el diablo no nos puede tocar. Si usamos la palabra de nuestro testimonio estamos resistiéndole activamente. Dispuestos a sacrificar nuestra vida estamos siguiendo al Cordero.

¿Permitirá Dios que Satanás gane?

martes, 19 de junio de 2012

La Palabra de Dios es para digerir


En los días de la voz del séptimo ángel, cuando esté para tocar la trompeta, entonces el misterio de Dios será consumado, como El lo anunció a sus siervos los profetas... El reino del mundo ha venido a ser el reino de nuestro Señor y de su Cristo; y El reinará por los siglos de los siglos
Menú completo           Apocalipsis 10 y 11

No estamos al final del libro de Apocalipsis, pero se ve ya el final. Por muchas cosas que puedan escaparse de nuestra comprensión, es suficiente saber que el Creador (10:6) de todas las cosas ahora va a arreglar todas las cosas. ¿Por qué, como parte de este proceso, Juan tiene que comerse un librito (10:9), que resulta ser dulce y amargo? Los seguidores de Jesús no son observadores pasivos de lo que hace Dios. También se nos invita a participar activamente. Jesús nos llama amigos (Juan 15:15) porque comparte con nosotros sus secretos. No se le instruye a Juan que lea, sino que coma el libro. Como dice el texto que da nombre a este blog (Mateo 4:4), no sólo vivimos de pan, sino de la Palabra de Dios. Cuando comes la comida del cuerpo, no tienes que comprender toda la ciencia de la nutrición. Tu cuerpo la asimila igual. Algo parecido sucede cuando meditamos en la Palabra de Dios. Entra en nosotros y cumple su función. Iremos entendiendo cada vez más con el tiempo. Parece en el 11:7 que Dios sufre un revés, pero no hay que leer mucho para observar que esto se convierte en victoria para nuestro Dios.

Además de 7 trompetas hay tres ayes, donde Dios pasa la escoba por la tierra. El cielo se está acercando cada vez más. El enfado de las naciones (11:18) no es nada en comparación con el enfado del Hijo de Dios (Salmo 2).

¿Cómo afecta este texto mi vida hoy?

lunes, 18 de junio de 2012

Cómo aparecen nuestras oraciones en el cielo


Otro ángel vino y se paró ante el altar con un incensario de oro, y se le dio mucho incienso para que lo añadiera a las oraciones de todos los santos sobre el altar de oro que estaba delante del trono. Y de la mano del ángel subió ante Dios el humo del incienso con las oraciones de los santos. Y el ángel tomó el incensario, lo llenó con el fuego del altar y lo arrojó a la tierra, y hubo truenos, ruidos, relámpagos y un terremoto. Entonces los siete ángeles que tenían las siete trompetas se prepararon

Menú completo           Apocalipsis 8 y 9

El séptimo sello del libro sellado (c 5) se divide en 7 partes (8:2). Son 7 trompetazos. Vemos aquí otra vez la importancia que tienen las oraciones de los creyentes. Las 7 trompetas, que son intervenciones de Dios en la tierra, suceden después de derramar el incienso, que es las oraciones de los cristianos. Hemos visto que algunos mediante su muerte contribuyen para hacer progresar el plan de Dios (6:11). Otros lo hacen por su vida de oración. En esta actuación final de Dios figura de forma clave el incensario que contiene las oraciones de todos los creyentes (8:3).

Estas oraciones en sí no son suficientes, pero son necesarias. Porque a ellas se añade mucho más incienso. Podemos imaginarnos muchas oraciones de hombres y mujeres de Dios, a través de la historia, personas que no han visto las contestaciones (por ejemplo, los de Hebreos 11:36-40). El Señor no se tarda en cumplir su promesa... sino que es paciente para con vosotros (2 Pedro 3:9). Esta promesa incluye nuevos cielos y nueva tierra, en los cuales mora la justicia (2 Pedro 3:13). Dios da oportunidad a todos. Pero algunos no se arrepienten de sus homicidios y de sus hechicerías y de su inmoralidad y de sus robos (Apoc 9:21)

¿Esto me estimula a orar más?

domingo, 17 de junio de 2012

Todo tiene su recompensa


17 Vi una gran multitud, que nadie podía contar, de todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas, de pie delante del trono y delante del Cordero, vestidos con vestiduras blancas y con palmas en las manos. Y clamaban a gran voz, diciendo:  La salvación pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono, y al Cordero

Menú completo           Apocalipsis 7

Antes de que Juan ve la gran multitud internacional imposible de contar, hay otro grupo que sí tiene número. Son los 144 mil de judíos, divididos entre las 12 tribus. Reciben un sello en la frente, como protección. Más adelante, se ven también a 144 mil con el nombre del Cordero y del Padre en su frente. Son primicias para Dios (14:4). Sabemos que los primeros en recibir el evangelio fueron los judíos (Romanos 1:16). El ministerio de Jesús se realizó entre el pueblo judío (Mateo 15:24) y las 120 personas que formaron la primera iglesia el día de Pentecostés eran judíos, de diferentes tribus. Bernabé era de la tribu de Leví y Pablo que se convirtió luego era de Benjamín.

Me resulta difícil explicar qué es la gran tribulación (Apoc 7:14), pero sabemos que de ella sale la gran multitud que nadie puede contar, de toda nación, tribu, lengua y pueblo (v 9). Y sabemos que Jesús garantizó, En el mundo tenéis tribulación (Juan 16:33). Lo que haya tenido que sufrir esta multitud, de lágrimas, de sufrimiento, de exclusión por parte del mundo, pienso que en este momento ellos están de acuerdo en que mereció la pena. Va a ser el Cordero (Apoc 7:17) quien les pastoree. Será Dios quien les quita todas sus lágrimas. Si para algo sirve el Apocalipsis, es para que veamos que el sufrimiento tiene su recompensa.

¿Para qué sirve la sangre del Cordero (v 14)?