Bienaventurado el que vela y guarda sus ropas, no sea que ande desnudo y
vean su vergüenza
Menú completo Apocalipsis
15 y 16
Podríamos entrar en especulaciones sobre fechas y formas del
cumplimiento de tanto simbolismo. Y, de hecho, se nos anima a hacer ciertos
cálculos (13:18). Pero el objetivo principal de este libro es nuestra preparación
de corazón para lo que va a pasar. Empezando con las exhortaciones a las 7
iglesias (caps. 2 y 3) con sus promesas para los que vencen el pecado, nos va
llevando por el proceso que Dios utilizará para limpiar la tierra. Dios dará
recompensas y destruirá a los que destruyen la tierra (11:18). En el
Apocalipsis se ve que la victoria final es de Dios
El que no podamos entender, por ejemplo, todos los detalles
de las 7 plagas que se presentan aquí en el c 15 no quita valor al estudio del
texto. Leyendo y releyendo, entramos en una comprensión espiritual del carácter
de Dios. Todo lo que tenemos aquí forma parte de la ley de Dios, en la que hay
que meditar de día y de noche (Salmo 1:2,3), para prosperar en todo lo que
hacemos. Encontraremos verdaderas joyas, que nos deleitarán. ¿Sabías que el
altar del templo también habla (16:7)?
En el 13:7 parecía que ganaba el mal. Vimos a la bestia
ejerciendo autoridad sobre toda tribu, pueblo, lengua y nación. Pero aquí en el
15:4, después del juicio de Dios, todas las naciones vendrán y adorarán
ante su presencia. Su título es Rey de las naciones (v 3). No tenemos
que perder ni un minuto lamentando el estado de la humanidad. Dios está
llevando a cabo su plan. En vez de lamentar, podemos actuar, y sobre todo
vigilar, para no ser arrastrados por la corriente del mal. No ha habido ningún
momento de peligro respecto a si el Cordero ganará o no. El Cristo crucificado
es invencible, como lo son también sus seguidores.