martes, 3 de marzo de 2020

Quien hizo la trampa... (Romanos 3)


Cuando Pedro habla con la multitud de judíos en Jerusalén, dice, "Vosotros crucificasteis a Jesús" (Hechos 2:36), Concretamente, señala a los jefes de los judíos (Hechos 4:10), que serían como el clero en nuestro tiempo. Son culpables del peor crimen de la historia, el asesinato del Hijo de Dios. Su culpabilidad es aumentada por el gran privilegio de haber sido elegidos como receptores de la Palabra de Dios.

Viendo eso, la gente normal podría decir, si los líderes religiosos son tan malos, no me interesa la religión. Pero Pablo nos dice aquí, ¿Qué importa que hayan dejado de ser fieles algunos de ellos? ¿Por eso dejará Dios de ser fiel? Sabemos qué es lo que hizo Dios. Se buscó algunos hombres fieles, pescadores y funcionarios etc., pasando por alto a los jefes. Y así empezó la iglesia.

Lo que quiere aclarar San Pablo aquí en Romanos 3 es que tú y yo no somos mejores. Hemos rechazado a Jesús también. Todos han pecado (v 23). Nadie es capaz de sacarse a si mismo del fango.

Image result for line drawing tossing a lifesaverPara ayudarnos a entender eso nos ha dado lo que Pablo llama aquí la ley (v 9). Nos enseña que es un gran error pensar que podemos enmendar nuestra relación con Dios mediante la obediencia a una serie de reglas. La ley, los mandamientos de Dios, sirven otro propósito. Como a veces decimos, Quién hizo la ley hizo la trampa. En este caso la trampa es que Dios es tan exigente que nadie puede satisfacer sus demandas. Pero lo grande de esto es que quien hizo la trampa puso también la salida. Trata de asimilar lo que enseña Pablo en el v 24. Cuando llegas a la desesperación, cuando dices, jamás voy a poder vivir una vida recta, entonces es cuando Dios dice, hija, hijo, tengo lo que necesitas. La bondad que no puedes producir por tu cuenta, la puedes encontrar en la persona que nunca pecó, Jesús. Todo lo que él hizo, te lo doy, lo pongo a tu cuenta. Eso es lo que significa ser cristiano.


 3:1- Entonces, ¿qué ventajas tiene el ser judío o el estar circuncidado? 2- Muchas y por muchas razones. En primer lugar, Dios confió su mensaje a los judíos. 3- Ahora bien, ¿qué importa que hayan dejado de ser fieles algunos de ellos? ¿Por eso dejará Dios de ser fiel? 4- ¡De ninguna manera! Al contrario, Dios actúa siempre conforme a la verdad aunque todo hombre sea mentiroso. Así lo dice la Escritura: “Serás tenido por justo en lo que dices y saldrás vencedor cuando te juzguen.”

5- Pero si nuestra maldad sirve para poner de relieve que Dios es justo, nos tendremos que preguntar (hablando en términos humanos): ¿Es Dios injusto porque nos castiga? 6- ¡De ninguna manera! Pues si Dios fuera injusto, ¿cómo podría juzgar al mundo? 7- Pero si mi mentira sirve para que la verdad de Dios resulte aún más gloriosa, ¿por qué se me juzga como pecador? 8- Y en tal caso, ¿por qué no hacer lo malo para que venga lo bueno? Eso es precisamente lo que algunos, para desacreditarme, dicen que enseño. ¡Tales personas merecen la condenación!

Todos hemos pecado

9- ¿Qué, pues? ¿Somos nosotros, los judíos, mejores que los demás? ¡Claro que no! Porque ya hemos demostrado que, tanto los judíos como los que no lo son, están bajo el poder del pecado. 10- Así lo dicen las Escrituras:

“¡No hay ni un solo justo! 11- No hay quien tenga entendimiento, no hay quien busque a Dios. 12- Todos han ido por mal camino, todos por igual se han pervertido. ¡No hay quien haga lo bueno! ¡No hay ni siquiera uno! 13- Su garganta es un sepulcro abierto, su lengua es mentirosa, sus labios esconden veneno de víbora 14- y su boca está llena de maldición y amargura. 15- Sus pies corren ligeros a derramar sangre: 16- destrucción y miseria hay en sus caminos 17- y no conocen el camino de la paz. 18- ¡Jamás tienen presente que hay que temer a Dios!”

19- Sabemos que lo que dice el libro de la ley, lo dice a quienes están sometidos a ella, para que todos callen y el mundo entero caiga bajo el juicio de Dios; 20- porque Dios no declarará justo a nadie por haber cumplido la ley, ya que la ley sirve tan solo para hacernos saber que somos pecadores.

3. Dios nos hace justos por la fe en Jesucristo

21- Pero ahora, aparte de la ley, Dios ha dado a conocer de qué manera nos hace justos, lo cual se comprueba por los libros de la ley y los profetas: 22- Dios, por medio de la fe en Jesucristo, hace justos a todos los que creen. Pues no hay diferencia, 23- porque todos han pecado y están lejos de la presencia gloriosa de Dios. 24- Pero Dios, en su bondad y gratuitamente, los hace justos mediante la liberación realizada por Cristo Jesús. 

25- Dios hizo que Cristo, al derramar su sangre, fuera el instrumento del perdón. Este perdón se alcanza por la fe. Así quiso Dios demostrar su justicia, y mostrar que si pasó por alto los pecados de otro tiempo 26- fue solo por su paciencia, y que él, siendo justo, también en el tiempo presente hace justos a quienes creen en Jesús. 27- ¿Dónde, pues, queda el orgullo del hombre delante de Dios? ¡Queda excluido! ¿Y por qué razón? ¿Por haber cumplido la ley? ¡No, sino por haber creído! 

28- Así llegamos a esta conclusión: Dios hace justa a la persona que tiene fe, sin exigirle el cumplimiento de lo dispuesto por la ley. 29- ¿Acaso Dios es solamente Dios de los judíos? ¿No lo es también de todas las naciones? ¡Claro está que lo es también de todas las naciones, 30- pues no hay más que un Dios: el Dios que hace justos a los que tienen fe, tanto si están como si no están circuncidados! 31- Entonces, ¿con la fe anulamos el valor de la ley? ¡De ninguna manera! Por el contrario: afirmamos el valor de la ley.

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