viernes, 14 de diciembre de 2018

Formas de escapar de la persecución


14-Dic
Juan 7: 24-53
24  No juzguéis por la apariencia, sino juzgad con juicio justo.
25  Entonces algunos de Jerusalén decían: ¿No es éste al que procuran matar?
26  Y ved, habla en público y no le dicen nada. ¿No será que en verdad los gobernantes reconocen que este es el Cristo?
27  Sin embargo, nosotros sabemos de dónde es éste; pero cuando venga el Cristo, nadie sabrá de dónde es.
28  Jesús entonces, mientras enseñaba en el templo, exclamó en alta voz, diciendo: Vosotros me conocéis y sabéis de dónde soy. Yo no he venido por mi propia cuenta, pero el que me envió es verdadero, a quien vosotros no conocéis.
29  Yo le conozco, porque procedo de El, y El me envió.
30  Procuraban, pues, prenderle; pero nadie le echó mano porque todavía no había llegado su hora.
31  Pero muchos de la multitud creyeron en El, y decían: Cuando el Cristo venga, ¿acaso hará más señales que las que éste ha hecho?
32  Los fariseos oyeron a la multitud murmurando estas cosas acerca de El, y los principales sacerdotes y los fariseos enviaron alguaciles para que le prendieran.
33  Entonces Jesús dijo: Por un poco más de tiempo estoy con vosotros; después voy al que me envió.
34  Me buscaréis y no me hallaréis; y donde yo esté, vosotros no podéis ir.
35  Decían entonces los judíos entre sí: ¿Adónde piensa irse éste que no le hallemos? ¿Será acaso que quiere irse a la dispersión entre los griegos y enseñar a los griegos?
36  ¿Qué quiere decir esto que ha dicho: "Me buscaréis y no me hallaréis; y donde yo esté, vosotros no podéis ir"?
37  Y en el último día, el gran día de la fiesta, Jesús puesto en pie, exclamó en alta voz, diciendo: Si alguno tiene sed, que venga a mí y beba.
38  El que cree en mí, como ha dicho la Escritura: "De lo más profundo de su ser brotarán ríos de agua viva."
39  Pero El decía esto del Espíritu, que los que habían creído en El habían de recibir; porque el Espíritu no había sido dado todavía, pues Jesús aún no había sido glorificado.
40  Entonces algunos de la multitud, cuando oyeron estas palabras, decían: Verdaderamente este es el Profeta.
41  Otros decían: Este es el Cristo. Pero otros decían: ¿Acaso el Cristo ha de venir de Galilea?
42  ¿No ha dicho la Escritura que el Cristo viene de la descendencia de David, y de Belén, la aldea de donde era David?
43  Así que se suscitó una división entre la multitud por causa de El.
44  Y algunos de ellos querían prenderle, pero nadie le echó mano.
45  Entonces los alguaciles vinieron a los principales sacerdotes y fariseos, y éstos les dijeron: ¿Por qué no le trajisteis?
46  Los alguaciles respondieron: ¡Jamás hombre alguno ha hablado como este hombre habla!
47  Entonces los fariseos les contestaron: ¿Es que también vosotros os habéis dejado engañar?
48  ¿Acaso ha creído en El alguno de los gobernantes, o de los fariseos?
49  Pero esta multitud que no conoce de la ley, maldita es.
50  Nicodemo, el que había venido a Jesús antes, y que era uno de ellos, les dijo*:
51  ¿Acaso juzga nuestra ley a un hombre a menos que le oiga primero y sepa lo que hace?
52  Respondieron y le dijeron: ¿Es que tú también eres de Galilea? Investiga, y verás que ningún profeta surge de Galilea.
53  Y cada uno se fue a su casa.


Cuando le querían matar, alguna vez Jesús se escapa y se esconde. Otras veces se presenta con multitudes de seguidores y sus enemigos tienen miedo. ¿Qué hace en esta ocasión. Habla de forma tan convincente que los que le van a prender quedan convencidos. 

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