11-dic
Mat 18:1-35
1 En aquel momento
se acercaron los discípulos a Jesús, diciendo: ¿Quién es, entonces, el mayor en
el reino de los cielos?
2 Y El, llamando a
un niño, lo puso en medio de ellos,
3 y dijo: En
verdad os digo que si no os convertís y os hacéis como niños, no entraréis en
el reino de los cielos.
4 Así pues,
cualquiera que se humille como este niño, ése es el mayor en el reino de los
cielos.
5 Y el que reciba
a un niño como éste en mi nombre, a mí me recibe.
6 Pero al que haga
tropezar a uno de estos pequeñitos que creen en mí, mejor le sería que le
colgaran al cuello una piedra de molino de las que mueve un asno, y que se
ahogara en lo profundo del mar.
7 ¡Ay del mundo
por sus piedras de tropiezo! Porque es inevitable que vengan piedras de
tropiezo; pero ¡ay de aquel hombre por quien viene el tropiezo!
8 Y si tu mano o
tu pie te es ocasión de pecar, córtatelo y échalo de ti; te es mejor entrar en
la vida manco o cojo, que teniendo dos manos y dos pies, ser echado en el fuego
eterno.
9 Y si tu ojo te
es ocasión de pecar, arráncatelo y échalo de ti. Te es mejor entrar en la vida
con un solo ojo, que teniendo dos ojos, ser echado en el infierno de fuego.
10 Mirad que no
despreciéis a uno de estos pequeñitos, porque os digo que sus ángeles en los
cielos contemplan siempre el rostro de mi Padre que está en los cielos.
11 Porque el Hijo
del Hombre ha venido a salvar lo que se había perdido.
12 ¿Qué os parece?
Si un hombre tiene cien ovejas y una de ellas se ha descarriado, ¿no deja las
noventa y nueve en los montes, y va en busca de la descarriada?
13 Y si sucede que
la halla, en verdad os digo que se regocija más por ésta que por las noventa y
nueve que no se han descarriado.
14 Así, no es la
voluntad de vuestro Padre que está en los cielos que se pierda uno de estos
pequeñitos.
15 Y si tu hermano
peca, ve y repréndelo a solas; si te escucha, has ganado a tu hermano.
16 Pero si no te
escucha, lleva contigo a uno o a dos más, para que TODA PALABRA SEA CONFIRMADA
POR BOCA DE DOS O TRES TESTIGOS.
17 Y si rehúsa
escucharlos, dilo a la iglesia; y si también rehúsa escuchar a la iglesia, sea
para ti como el gentil y el recaudador de impuestos.
18 En verdad os
digo: todo lo que atéis en la tierra, será atado en el cielo; y todo lo que
desatéis en la tierra, será desatado en el cielo.
19 Además os digo,
que si dos de vosotros se ponen de acuerdo sobre cualquier cosa que pidan aquí
en la tierra, les será hecho por mi Padre que está en los cielos.
20 Porque donde
están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.
21 Entonces se le
acercó Pedro, y le dijo: Señor, ¿cuántas veces pecará mi hermano contra mí que
yo haya de perdonarlo? ¿Hasta siete veces?
22 Jesús le dijo*:
No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete.
23 Por eso, el
reino de los cielos puede compararse a cierto rey que quiso ajustar cuentas con
sus siervos.
24 Y al comenzar a
ajustarlas, le fue presentado uno que le debía diez mil talentos.
25 Pero no
teniendo él con qué pagar, su señor ordenó que lo vendieran, junto con su mujer
e hijos y todo cuanto poseía, y así pagara la deuda.
26 Entonces el
siervo cayó postrado ante él, diciendo: "Ten paciencia conmigo y todo te
lo pagaré."
27 Y el señor de
aquel siervo tuvo compasión, y lo soltó y le perdonó la deuda.
28 Pero al salir
aquel siervo, encontró a uno de sus consiervos que le debía cien denarios, y
echándole mano, lo ahogaba, diciendo: "Paga lo que debes."
29 Entonces su
consiervo, cayendo a sus pies, le suplicaba, diciendo: "Ten paciencia
conmigo y te pagaré."
30 Sin embargo, él
no quiso, sino que fue y lo echó en la cárcel hasta que pagara lo que debía.
31 Así que cuando
vieron sus consiervos lo que había pasado, se entristecieron mucho, y fueron y
contaron a su señor todo lo que había sucedido.
32 Entonces,
llamándolo su señor, le dijo*: "Siervo malvado, te perdoné toda aquella
deuda porque me suplicaste.
33 "¿No
deberías tú también haberte compadecido de tu consiervo, así como yo me
compadecí de ti?"
34 Y enfurecido su
señor, lo entregó a los verdugos hasta que pagara todo lo que le debía.
35 Así también mi
Padre celestial hará con vosotros, si no perdonáis de corazón cada uno a su
hermano.
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