La lectura de hoy -
Mar 1:35-39
35
Levantándose muy de mañana, cuando todavía estaba oscuro, salió, y se
fue a un lugar solitario, y allí oraba.
36
Y Simón y sus compañeros salieron a buscarle;
37
le encontraron y le dijeron*: Todos te buscan.
38
Y El les dijo*: Vamos a otro lugar, a los pueblos vecinos, para que
predique también allí, porque para eso he venido.
39
Y fue por toda Galilea, predicando en sus sinagogas y expulsando
demonios.
Luc 4:42-44
42
Cuando se hizo de día, salió y se fue a un lugar solitario; y las
multitudes le buscaban, y llegaron adonde El estaba y procuraron detenerle para
que no se separara de ellos.
43
Pero El les dijo: También a las otras ciudades debo anunciar las buenas
nuevas del reino de Dios, porque para esto yo he sido enviado.
44
Y predicaba en las sinagogas de Judea.
Mat 4:23-25
23
Y Jesús iba por toda Galilea, enseñando en sus sinagogas y proclamando
el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo.
24
Y se extendió su fama por toda Siria; y traían a El todos los que
estaban enfermos, afectados con diversas enfermedades y dolores, endemoniados,
epilépticos y paralíticos; y El los sanaba.
25
Y le siguieron grandes multitudes de Galilea, Decápolis, Jerusalén y
Judea, y del otro lado del Jordán.
Cuando Jesús sale por la mañana a orar, no se trata de una cosa excepcional. Era su costumbre (Lucas 5:16). Hace algún tiempo se trasladó de Nazaret a Capernaum. Ahora en su diálogo con el Padre recibe las instrucciones para el día, Hay que ampliar la proclamación. Sus discípulos y el público en general (y Pedro en especial) no han asimilado este paso. Capernaum es un buen lugar para afincarse. Pero el Padre ha hablado y Jesús, como en otros casos, resiste la presión y es obediente a la visión celestial. ¿Tenemos Cielovisión o tierravisión?
Un buen ejercicio para hoy sería juntar los 3 relatos de los sinópticos en una sola redacción, poniendo todos los detalles.
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