Cuando Pablo, hablando con los presbíteros de la iglesia de Éfeso, dice que en 3 años les ha compartido todo el consejo (o propósito) de Dios, (Hechos 20:26-32) podemos entender que él realizó en esa ciudad una obra completa. Sin embargo, a esa iglesia y a unas cuantas más se vio obligado luego a escribir epístolas para completar y corregir y consolidar la obra que empezó. Si los creyentes hubiesen estado más dispuestos a la obediencia, Pablo no habría tenido que dedicar tanto tiempo a escribir después de darles todo el plan de Dios. Pero como fruto de esa labor, nosotros, que nos parecemos mucho a ellos, ahora tenemos las epístolas de Pablo y Juan y Pedro etc. para guiarnos. Necesitamos, como dice Pedro, (2 Pedro 3:1-2) que nos despierten y nos traigan a la memoria lo que ya hemos oído.
Te propongo una lectura diferente, de las epístolas del Nuevo Testamento. Pienso que ya las has leído varias veces, desde Romanos hasta Judas. Esta vez vamos a combinar la lectura por temas. Empezaremos con la introducción a Romanos y la contrastaremos con las otras epístolas. Seguiremos por temas; por ejemplo veremos la enseñanza sobre la familia en las varias epístolas de Pablo y de Pedro. Va a ser una lectura completa, incluyendo cada versículo. Hemos tenido 3 meses en los evangelios, 1 en Hechos y ahora serán unos 3 meses en las epístolas, dejando el Apocalipsis para después.
¿Te animas? No va a ser una lectura teórica. Todo nos servirá para preparación y alimento como ejército de Jesús. En especial veremos las armas y la armadura que represesenta cada texto. Aunque especificaremos una lectura para cada día, puedes disfrutar ya catando la introducción a Romanos, Corintios, 1 Juan, etcétera.
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