viernes, 27 de febrero de 2009

A tiempo y fuera de tiempo (2 Tim 4:2)

Texto de la semana Hechos 20:18-35
 Menú completo Hechos 26:1-27:17
 
  Cuando Pablo se convirtió el Señor dijo, instrumento escogido me es este para llevar mi nombre en presencia de los gentiles, de reyes y de los hijos de Israel (Hechos 9:15). Veamos lo que dice a uno de esos reyes, Agripa, de la familia de los Herodes. Es su simple testimonio, cómo era antes de su conversión, cómo fue su conversión, y el cambio que sucedió en su vida. A veces olvidamos lo potente que puede ser un testimonio cuando la intención es proclamar a Dios y no a nosotros mismos. 
  ¿Cómo reaccionan los mandatarios del pueblo? En ningún caso con bostezos. A Félix le produce miedo (Hechos 24:25). Festo grita que está loco cuando llega al tema de la resurrección. Parece que afirmando la resurrección se garantiza siempre una reacción. En Atenas se ríen (17:32). Los judíos se pelean (23:9). La reacción de Festo se parece a la de los atenienses. Agripa dice, por poco me persuades a ser cristiano. Aunque esta expresión se puede interpretar de varias formas, por la respuesta de Pablo podemos entender que él alberga la esperanza de que su mensaje haya surtido algún efecto.
  La lectura de estos capítulos puede producir en nosotros diferentes reacciones. Para mí esta vez ha sido observar lo preparado que está Pablo para comunicar el evangelio. Sobre todo, preparación de corazón. Como una naranja, la pinchas por cualquier lado y sale zumo, le pinchas a Pablo y sale el evangelio. Cuando él ve a otro ser humano su principal pregunta es, ¿Qué relación tiene con Cristo?, y no, ¿Voy a hacer una buena impresión? O ¿Me va a engañar? O ¿Cómo quitarme a éste de encima? Es un auténtico embajador en cadenas (Efesios 6:20).
  Comienza el viaje. Pablo llegará a la capital del imperio.
¿Soy embajador en mi traje de faena?

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