martes, 24 de febrero de 2009

Cada cosa en su tiempo

Texto de la semana Hechos 20:18-35
Menú completo Hechos 19:1-20:12

En Hechos 19 y 20 tenemos el tercer gran viaje de Pablo. Su punto de arranque, como siempre, es Antioquía, al norte de Jerusalén. En este viaje, además de visitar iglesias ya establecidas que requieren de su presencia, dedica la mayor parte de su tiempo a la gran metrópolis de Éfeso, capital de Asia. No se trata del continente actual de ese nombre, sino una provincia romana donde ahora está Turquía. En su segundo viaje (Hechos 16:6) Dios le prohibió evangelizar en Asia porque era urgente que fuese hasta Macedonia. Pero ahora puede dedicarse plenamente a esta zona, de manera que todos los que habitaban en Asia, judíos y griegos, oyeron la palabra del Señor Jesús (19:10). Algo así pasó con los discípulos de Jesús. Primero les prohibió ir a las ciudades de Samaria (Mt 10:5) pero este pueblo también es incluido (Hechos 1:8) en su debido tiempo.
 ¿Has querido en algún momento cubrir una necesidad pero no pudiste? Todos los planes de Dios llegarán a su tiempo. Y Dios guía claramente a los que buscan su voluntad. Éfeso es un punto clave que requiere más tiempo que ningún otro lugar. Será el destinatario de una de las más hermosas epístolas de Pablo. Quedará allí Timoteo (1 Tim 1:3) para completar lo que Pablo empezó, y al final se establecerá Juan en esa ciudad. 
Curiosamente, aunque ya estuvieron allí Priscila y Aquila (Hechos 18:19) y el gran predicador Apolos (18:24), todavía no se ha formado la iglesia. Tiene que llegar Pablo el apóstol, el fundador. Y su comienzo es más bien con acción en vez de palabras. Después de reorientar a  los seguidores de Juan Bautista, Pablo les impone las manos. Ellos reciben su propio Pentecostés.
Durante todos estos 3 años en Éfeso (20:31) Pablo trabaja en su oficio de fabricante de tiendas de campaña (20:34). Es un tiempo de fatiga y de poder.
¿Qué señal tengo, de estar donde Dios quiere?

No hay comentarios:

Publicar un comentario