Cuando mi esposa preparaba esta finca para la construcción (yo todavía trabajaba en Madrid) lo primero era perforar un pozo profundo. Me acuerdo cuando hicimos una prueba, con algunos vecinos presentes, que se maravillaban del caudal de agua que producía. Imaginemos que luego alguien nos dice, "ese pozo está bien pero tenéis que probar este charco. Tiene un agua especial."
Mira como se esfuerza Pablo en este capítulo por volver a centrales en Cristo. Ya empezó en el c 1, con el mensaje de que en Jesús tenemos la creación, la paz, y que somos el cuerpo y él la cabeza. En vez de desperdigar nuestros esfuerzos por ahí tenemos que profundizar en la fuente de todo bien.
El v 10 dice literalmente, Estáis completos en Cristo. Lo demás son distracciones. Pablo advierte (v 18) sobre los que incluyen ángeles en su adoración. No necesitamos ni ángeles ni santos cuando tenemos a Cristo. Cualquier cosa que nos aleja de Jesús nos aleja de nuestra victoria sobre el pecado y el perdón que él compró. No hay que buscar experiencias, sino obediencias. Jesús es el camino (Juan 14:6) y cualquier otro camino es un desvío.
Por eso Pablo lucha duramente (v 1), y quiere que sepan el alcance de su lucha. Como vimos en Corintios, él manda mensajeros a las iglesias, escribe cartas y se dedica a la oración. Incluso, ahora en la cárcel, está totalmente ocupado con el bienestar de las iglesias. Señor, enséñame a seguir ese ejemplo.
A veces buscamos atajos porque nos parece duro el camino de la obediencia. Pero nada puede sustituir la realidad, que es Cristo (v 17). Éste es un capítulo para ponernos en remojo y dejar que entre en nuestra conciencia y subconsciente. El siguiente capítulo nos va a dar pasos concretos.
2:1- Quiero que sepáis que estoy luchando duramente por vosotros, por los de la ciudad de Laodicea y por todos cuantos no me han visto personalmente. 2- Lucho para que reciban ánimo en su corazón, para que permanezcan unidos en amor y enriquecidos con un perfecto entendimiento que les permita comprender el designio secreto de Dios, que es Cristo mismo; 3- pues en él están encerradas todas las riquezas de la sabiduría y del conocimiento.
4- Esto
os lo digo para que nadie os engañe con palabras seductoras. 5- Pues
aunque personalmente no estoy presente entre vosotros, lo estoy en espíritu, y
me alegra ver que tenéis orden y que permanecéis firmes en vuestra fe en
Cristo.
3. La nueva vida
9- Porque la
plenitud de Dios se encuentra visiblemente
en Cristo, 10- y vosotros estáis llenos de Dios porque
estáis unidos a Cristo, que es cabeza de
todos los seres espirituales que tienen poder y autoridad. 11- También
por vuestra unión con Cristo habéis sido circuncidados, no con la circuncisión
que se practica en el cuerpo, sino con aquella otra que consiste en ser
librados de la naturaleza pecadora. Esta
es la circuncisión que procede de Cristo.
12- Al ser
bautizados, fuisteis sepultados con Cristo y resucitados con él, porque creísteis en el poder de Dios, que le
resucitó. 13- En otro tiempo estabais
muertos espiritualmente a causa de vuestros pecados y por no haber sido
circuncidados; pero ahora Dios os ha
dado vida juntamente con Cristo, en
quien nos ha perdonado todos los pecados.
14- Dios canceló la deuda que había en contra vuestra y que nos obligaba con sus requisitos legales: le puso fin
clavándola en la cruz.
15- Por medio de
Cristo, Dios venció a los seres espirituales que tienen poder y autoridad, y
los humilló públicamente llevándolos prisioneros en su desfile victorioso. 16- Por
tanto, que nadie os critique por lo que coméis o bebéis, o por cuestiones tales
como los días de fiesta, las lunas nuevas y los sábados. 17- Todo
esto no es sino la sombra de lo que ha de venir, pero la realidad misma es Cristo.
18- No dejéis que
os condenen esos que se hacen pasar por muy humildes y que dan culto a los
ángeles, que pretenden tener visiones y
que se hinchan de orgullo a causa de sus pensamientos mundanos. 19- Ellos no están unidos a la cabeza, la
cual hace crecer todo el cuerpo al alimentarlo y unir cada una de sus partes
conforme al plan de Dios.
Solidaridad
con Cristo
20- Vosotros habéis
muerto con Cristo y ya no estáis sujetos
a los poderes que dominan este mundo. ¿Por
qué, pues, vivís como si todavía fuerais del mundo, sometidos a normas tales 21- como: “No toques eso”, “No comas aquello”
o “No lo tomes en tus manos”? 22- Todas
estas reglas tienen que ver con cosas que se desgastan con el uso, que solo son mandatos y enseñanzas de
hombres. 23- Es verdad que tales cosas pueden parecer
sabias, porque exigen cierta religiosidad, humildad y duro trato del cuerpo,
pero de nada sirven para combatir los deseos mundanos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario