No tenemos noticias de que Pablo hubiese fundado la iglesia de Colosas. Parece que el Evangelio llegó allí mediante un colosense llamado Épafras (v 7). Este misionero singular probablemente escuchó el mensaje de Cristo cuando Pablo estaba en Éfeso y fue a compartirlo con su propio pueblo. Esto indica que no hay que ser un apóstol Pablo para compartir el Evangelio, sino tener amor por el Señor y por su propio pueblo. El poder está en el mismo mensaje.
Ahora Pablo les escribe desde la cárcel para completar lo que falta en su conocimiento. Esta epístola se parece mucho a la de los efesios.
Pero antes de escribir, Pablo ya los ha "adoptado" y lucha en oración por su crecimiento espiritual (vs 3 y 9). Tiene un especial interés en que se les aumente el conocimiento. Puedes pedir así por las personas inmaduras, de que crezcan en el entendimiento de lo que tienen en Dios. Cuanto mejor conocimiento, más posibilidad de vivir una vida que agrada a Dios.
Necesitan saber quién es Cristo (vss 15-17) y qué es lo que ha hecho y que él es la cabeza de la Iglesia. Nosotros también, en tiempos de inseguridad y de miedo, necesitamos tener la firme convicción de que Jesús quien murió por nosotros y resucitó está en control de todo. Cuando meditas en este capítulo se te fortalece la fe y la confianza. El sigue adelante (v 20) con el plan de poner en paz consigo mismo al universo entero, tanto lo que está en la tierra como lo que está en el cielo.
No sólo hay que completar el conocimiento de los creyentes en Colosas, sino también hay que completar (v 24) los sufrimientos de Cristo. Estoy escribiendo esto con mucho cuidado porque sabemos que Jesús pagó la totalidad de nuestra deuda. Pero Pablo da a entender aquí que en completar la misión de Jesús le toca a su cuerpo la iglesia un sufrimiento también. Ya lo vimos en Filipenses 1:29, donde nos toca no solo creer en él, sino sufrir por él. Y entre las cosas que Pablo pone como meta personal (Filipenses 3:10) figura el tomar parte en sus sufrimientos. También en 2 Timoteo 2:12- si sufrimos, tendremos parte en su reino; si le negamos, también él nos negará.
Y el resultado: ese designio secreto es Cristo, que habita en vosotros y que es la esperanza de la gloria que habéis de recibir (v 27). No hay que buscar el sufrimiento, como Santa Teresa de Ávila, que de niña intentó escaparse de casa para sufrir el martirio en algún país islámico. Ya llegará sólo, y nos ayudará a poner la esperanza en el cielo.
INTRODUCCIÓN
Saludo
1:1- Pablo,
apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, junto con el hermano Timoteo, 2- a nuestros fieles hermanos en Cristo, los que en la ciudad de
Colosas forman parte del
pueblo santo. Que Dios nuestro Padre derrame su gracia y su paz sobre vosotros.
Acción de gracias
3- Siempre
que oramos por vosotros damos gracias a Dios, Padre de nuestro Señor
Jesucristo, 4- pues hemos recibido
noticias de vuestra fe en Cristo Jesús y de vuestro amor para con todos los que
pertenecen al pueblo santo, 5- amor basado en la
esperanza de lo que Dios os ha reservado en el cielo. Vosotros alcanzasteis esta esperanza al
escuchar el mensaje verdadero del evangelio.
6- Este mensaje que os fue predicado está creciendo y dando fruto en
todo el mundo, igual que ha
sucedido entre vosotros desde que oísteis hablar del amor de Dios y supisteis
que ese amor es verdadero. 7- Esto os
enseñó nuestro querido Epafras, que
ha trabajado con nosotros y en quien tenéis un fiel servidor de Cristo. 8- Él nos ha traído noticias del amor que el
Espíritu os inspira.
1. La acción salvadora de Dios
9- Por
esta razón, nosotros, desde el día en que lo supimos, no hemos dejado de orar
por vosotros y de pedir a Dios que os haga conocer plenamente su voluntad, y
que os dé toda clase de sabiduría y entendimiento espiritual. 10- Así podréis portaros como deben hacerlo
los que pertenecen al Señor, haciendo
siempre lo que le agrada, dando frutos de toda clase de buenas obras y llegando
a conocer mejor a Dios.
11- Le
pedimos que con su glorioso poder os haga fuertes; así podréis soportarlo todo
con mucha fortaleza y paciencia, y con alegría
12- daréis gracias al Padre, que os ha preparado para recibir en la luz aquella parte de la herencia que reserva a quienes pertenecen al
pueblo santo. 13- Dios nos ha librado
del poder de la oscuridad y
nos ha llevado al reino de su amado Hijo,
14- por quien hemos
recibido la liberación y el
perdón de los pecados.
La paz con Dios por
medio de la muerte de Cristo
15- Cristo es la imagen visible de Dios, que es
invisible; es su Hijo primogénito, anterior a todo lo creado. 16- Por medio de él creó Dios todo cuanto hay
en el cielo y en la tierra, lo
visible y lo invisible, y también los seres espirituales que poseen dominio,
autoridad y poder. Todo fue creado por
medio de él y para él. 17- Cristo existe antes de todas las cosas, y
por él se mantiene todo en orden.
18- Además, Cristo
es la cabeza del cuerpo que es la
iglesia. Él, que es el principio, fue el primero de los que han de resucitar,
para tener así el primer puesto en todo.
19- Dios quiso habitar plenamente
en Cristo, 20- y por medio de Cristo quiso poner en paz
consigo mismo al universo entero, tanto lo que está en la tierra como lo que
está en el cielo, haciendo la paz
mediante la sangre que Cristo derramó en la cruz.
Consecuencias
de la acción salvadora
21- Vosotros erais
antes extranjeros y enemigos de Dios en
vuestro corazón, por las cosas malas que hacíais, 22- pero ahora Cristo os ha reconciliado mediante la muerte que padeció en su cuerpo.
Y lo hizo para que estéis en su presencia, santos, sin mancha y sin culpa. 23- Pero
para esto debéis permanecer firmemente fundados en la fe, sin apartaros de la
esperanza contenida en el mensaje del evangelio que oísteis. Este es el mensaje
que se ha anunciado por todas partes en el mundo, y que yo, Pablo, ayudo a
predicar.
2. La misión de Pablo
24- Ahora me
alegro de lo que sufro por vosotros, porque de esta manera voy completando en
mi propio cuerpo lo que falta de los sufrimientos de Cristo por la iglesia, que es su cuerpo. 25- Dios ha hecho de mí un servidor de la
iglesia, por el encargo que me dio para bien vuestro de anunciar en forma completa su mensaje, 26- es decir, el designio secreto que desde
hace siglos y generaciones tenía Dios escondido, pero que ahora ha manifestado
a los suyos. 27- A estos, Dios les quiso dar a conocer la
gloriosa riqueza que ese designio encierra para los no judíos. Y ese designio
secreto es Cristo, que habita en vosotros y que es la esperanza de la gloria
que habéis de recibir.
28- Nosotros
anunciamos a Cristo, aconsejando y enseñando a todos en toda sabiduría para
presentarlos perfectos en Cristo. 29- Para esto trabajo y lucho con toda la
fuerza y el poder que él me da.
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