Una palabra clave aquí es comenzó (v 6), con su expresión complementaria, llevará a buen fin. Se trata de la garantía de Dios. Cuando compramos un coche queremos saber la duración de la garantía. Tenemos aquí la fecha de caducidad de la garantía de que Dios hará lo posible por perfeccionarte. Seguirá hasta... mira el v 6 para ver la expresión exacta. Cuando pusiste tu fe en Jesús recibiste esa semilla de vida, tu ADN nuevo. (Otras versiones dicen, hasta el día de Cristo, ¿qué más puedes pedir?) En ese momento no solamente empezaste a ser hijo de Dios, sino que Dios empezó a ser tu Papá. Por lo visto no puedes hacer nada para que él deje de amarte y estar pendiente de tu bienestar, por muy rebelde que te puedas volver en algún momento.
Pablo es como un padre también. En su oración mantiene la misma meta que Dios, que se te aumente el amor (v 8). Si tienes hijos, puedes ser como Dios también, sobre todo, en oración, nunca dándote por vencido, sino luchando por el bien de tus hijos.
¿Dónde está Pablo cuando escribe esta carta? Según los vss 7 y 12 y 13 está en la cárcel, que es mucho peor que una cuarentena por causa de una epidemia. Pero fíjate en su enorme optimismo. El ve la posible muerte como lo mejor que le puede pasar porque estará con Jesús (v 21). Pero su amor por los demás le convence de que tiene que quedar en este cuerpo porque le necesitan para poder crecer. A veces cuando alguien dice, ¡Que venga Jesús y me libre de este mundo tan malo!, tal vez en el proyecto de Dios te toca quedar todavía en este mundo tan malo para ayudar a alguien a salir de esa maldad.
Pablo utiliza la palabra privilegio. Es un privilegio creer y un privilegio sufrir.
Un ejercicio: Cuenta las veces que viene en esta epístola la palabra alegría (o, gozo, en otras versiones. Impresionante que ésta sea una nota principal en una carta de un hombre que sufre en la cárcel a una iglesia que también está sufriendo.
INTRODUCCIÓN
Saludo
1:1- Pablo
y Timoteo, siervos de Jesucristo, a todos los que en la ciudad de Filipos
forman parte del pueblo santo y están unidos a Cristo Jesús; es decir, a toda
la comunidad, con sus obispos y diáconos. 2- Que Dios nuestro Padre y el Señor
Jesucristo derramen su gracia y su paz sobre vosotros.
Acción de gracias
3- Siempre,
al acordarme de vosotros, doy gracias a mi Dios; 4- y cuando oro, pido siempre
con alegría por todos vosotros, 5- que desde el primer día y hasta hoy os
habéis solidarizado con la causa del evangelio. 6- Estoy seguro de que Dios,
que comenzó a hacer en vosotros su buena obra, la irá llevando a buen fin
mientras llega el día en que Jesucristo regrese. 7- Es muy justo que piense así
de todos vosotros, porque os tengo mucho cariño y porque participáis conmigo de
las mismas bendiciones, ya sea que me encuentre en la cárcel o que me presente
ante las autoridades para defender y confirmar el anuncio del evangelio.
8- Dios
sabe cuánto deseo veros a todos, por el entrañable amor de Jesucristo. 9- Pido
en oración que aumente más y más vuestro amor, y que alcancéis mucha sabiduría
y entendimiento en todo, 10- para saber escoger siempre lo mejor. Así podréis
vivir una vida limpia y no habrá nada que reprocharos cuando Cristo regrese; 11-
pues entonces presentaréis una abundante cosecha de buenas acciones gracias a
Jesucristo, para honra y gloria de Dios.
1. El progreso del evangelio
12- Hermanos,
quiero que sepáis que mi situación ha venido en realidad a ayudar al anuncio
del evangelio. 13- Toda la gente de palacio, y todos los demás, saben que estoy
preso por seguir a Cristo. 14- Y al verme preso, la mayoría de los hermanos se
ha animado a anunciar el mensaje, sin miedo y con más confianza en el Señor.
15- Es cierto
que algunos anuncian a Cristo por envidia y rivalidad, pero otros lo hacen con
buena intención. 16- Algunos anuncian a Cristo por amor, sabiendo que Dios me
ha puesto aquí para defender el evangelio; 17- pero otros, que lo hacen por
interés personal, no son sinceros y quieren causarme más dificultades ahora que
estoy preso. 18- Pero ¿qué importa? Sea como sea, con sinceridad o sin ella,
anuncian a Cristo, y eso me causa alegría.
Y
todavía me alegraré más, 19- pues sé que todo esto será para mi salvación,
gracias a vuestras oraciones y a la ayuda que recibo del Espíritu de
Jesucristo. 20- Espero firmemente que Dios no me dejará quedar mal, sino que
podré hablar con confianza delante de todos y, ahora como siempre, tanto si
estoy vivo como si estoy muerto, Dios mostrará en mí, cada vez más, la grandeza
de Cristo. 21- Porque para mí la vida es Cristo, y la muerte, ganancia.
22- Pero
si viviendo en este cuerpo puedo seguir trabajando para bien de la causa del
Señor, entonces no sé qué escoger. 23- Me es difícil decidirme por una de las
dos cosas: por un lado, quisiera morir para ir a estar con Cristo, pues eso
sería mucho mejor para mí; 24- pero, por otro lado, es más necesario por causa
vuestra que siga viviendo. 25- Y como estoy convencido de esto, sé que me
quedaré todavía con vosotros para ayudaros a seguir adelante y para que tengáis
más gozo en vuestra fe. 26- Así me tendréis otra vez entre vosotros como un
motivo de satisfacción en Cristo Jesús.
Vivir de
acuerdo con el evangelio
27- Solo una cosa: procurad que vuestra conducta esté de acuerdo con el evangelio de Cristo. Así, tanto si voy a veros como si no, quiero recibir noticias de que seguís firmes y muy unidos, luchando todos juntos por la fe que procede del evangelio, 28- sin dejaros intimidar en nada por vuestros enemigos. Esta es una clara señal de que ellos van a su destrucción, y al mismo tiempo es señal de vuestra salvación. Y esto procede de Dios. 29- Pues por causa de Cristo, no solo tenéis el privilegio de creer en él, sino también de sufrir por él. 30- Vosotros y yo sostenemos la misma lucha. Ya visteis antes cómo luché, y ahora tenéis noticias de cómo sigo luchando.
27- Solo una cosa: procurad que vuestra conducta esté de acuerdo con el evangelio de Cristo. Así, tanto si voy a veros como si no, quiero recibir noticias de que seguís firmes y muy unidos, luchando todos juntos por la fe que procede del evangelio, 28- sin dejaros intimidar en nada por vuestros enemigos. Esta es una clara señal de que ellos van a su destrucción, y al mismo tiempo es señal de vuestra salvación. Y esto procede de Dios. 29- Pues por causa de Cristo, no solo tenéis el privilegio de creer en él, sino también de sufrir por él. 30- Vosotros y yo sostenemos la misma lucha. Ya visteis antes cómo luché, y ahora tenéis noticias de cómo sigo luchando.
Gracias David por tu enseñanza.
ResponderEliminarMe sirme mucho para aprender.
Loly