Nos conviene recordar los comienzos de la iglesia en Filipos. Fue allí donde Pablo y Silas fueron cruelmente azotados y encarcelados. Luego el terremoto y el carcelero que quiso suicidarse. Y esa buena noticia, Hechos 16:31, Cree en el Señor Jesús y serás salvo tú y tu casa. Allí también es donde Lidia la generosa invitó al apóstol y sus compañeros a hospedarse en su casa. En los 10 años que han pasado, ha mantenido el contacto con ellos y se nota el gran cariño mutuo (v 1).
Es posible que conozcas a estas 2 mujeres, Evodia y Síntique (v 2). Han sido muy activas ayudando en la evangelización. Y ahora no se hablan. ¡Qué triste! Pablo es muy directo: arreglar vuestros asuntos y daros un abrazo. También recluta la ayuda de un buen compañero. Bienaventurados los pacificadores. Pablo ya preparó el camino para esta reconciliación en el 2:5-6, con el ejemplo de Cristo, que renunció sus derechos.
Esta iglesia es la luz de la ciudad de Filipos, la lámpara que Jesús dice que hay que colocar en un lugar muy visible (Mateo 5:15). Así todos (v 5) los conocerán como personas bondadosas. Eso también es Evangelio. Nos ayudará en esta empresa el recordar que el Señor está cerca en el espacio y en el tiempo.
Es interesante la función de la paz en el v 7. Nos vigila los pensamientos. Cuando vemos que se nos va la paz, hay que investigar por donde han ido nuestros pensamientos.
Tenemos aquí una iglesia única. Son de las iglesias de Macedonia, que Pablo pone como ejemplo de generosidad en 2 Corintios 8:1. Pero dentro de ese grupo de iglesias vemos aquí (Filipenses 4:15) que nadie más ayudaba a Pablo con sus gastos. Me imagino al carcelero, pensando en sus antigua vida, deseando compensar de alguna manera el daño que hizo. Y a Lidia, utilizando los beneficios de su negocio para invertir en valores eternos.
Alegraos siempre en el Señor
4:1- Por
eso, mis queridos hermanos, a quienes tanto deseo ver; amados míos, mi alegría
y mi premio, seguid así, firmes en el Señor.
4. Exhortaciones
Recomendaciones particulares
2- Ruego
a Evodia, y también a Síntique, que se pongan de acuerdo como hermanas en el
Señor. 3- Y a ti, mi fiel compañero de trabajo, te pido que las ayudes, pues en
el anuncio del evangelio lucharon a mi lado, junto con Clemente y los otros que
trabajaron conmigo. Sus nombres ya están escritos en el libro de la vida.
Recomendaciones generales
4- Alegraos
siempre en el Señor. Os lo repito: ¡Alegraos! 5- Que todos os conozcan como
personas bondadosas. El Señor está cerca. 6- No os aflijáis por nada, sino
presentadlo todo a Dios en oración. Pedidle, y también dadle gracias. 7- Así
Dios os dará su paz, que es más grande que todo cuanto el hombre puede
comprender; y esa paz guardará vuestro corazón y vuestros pensamientos, porque
estáis unidos a Cristo Jesús.
Pensad en todo lo bueno
8- Por
último, hermanos, pensad en todo lo verdadero, en todo lo que es digno de
respeto, en todo lo recto, en todo lo puro, en todo lo agradable, en todo lo
que tiene buena fama. Pensad en todo lo que es bueno y merece alabanza. 9- Poned
en práctica lo que os enseñé y las instrucciones que os di, lo que me oísteis
decir y lo que me visteis hacer: hacedlo así, y el Dios de paz estará con
vosotros.
5. Agradecimientos
10- Me
alegro mucho en el Señor de que hayáis vuelto a pensar en mí. No quiero decir
que me hubierais olvidado, sino que no teníais la oportunidad de ayudarme. 11- Y
no lo digo porque esté necesitado, pues he aprendido a contentarme con lo que
tengo. 12- Sé lo que es vivir en la pobreza y también sé lo que es vivir en la
abundancia. He aprendido a hacer frente a cualquier situación, lo mismo a estar
satisfecho que a pasar hambre, a tener de sobra que a carecer de todo. 13- Y a
todo puedo hacer frente, pues Cristo es quien me sostiene.
14- Sin
embargo, hicisteis bien en compartir mis dificultades. 15- Cuando salí de
Macedonia, al comenzar a anunciar el evangelio, solo vosotros, los de la
iglesia de Filipos, me enviasteis ofrendas de gratitud por la ayuda espiritual
que habíais recibido. 16- Pues incluso estando yo en Tesalónica, más de una vez
me enviasteis ofrendas para cubrir mis necesidades. 17- No es que solo piense
en recibir; lo que quiero es que vosotros lleguéis a incrementar vuestra cuenta
delante de Dios. 18- Pues yo ya lo he recibido todo, y hasta tengo de sobra.
Con lo que me enviasteis por medio de Epafrodito, tengo más que suficiente. Lo
que me enviasteis fue como una ofrenda de incienso perfumado, como un
sacrificio de olor agradable a Dios. 19- Por lo tanto, mi Dios os dará todo lo
que os falte, conforme a sus gloriosas riquezas en Cristo Jesús. 20- ¡Gloria
para siempre a nuestro Dios y Padre! Amén.
CONCLUSIÓN
21- Saludad
de mi parte a todos los que pertenecen al pueblo santo por Jesucristo. Los
hermanos que están conmigo os mandan saludos. 22- También os mandan saludos
todos los que pertenecen al pueblo santo, y especialmente los del servicio del
césar. 23- Que nuestro Señor Jesucristo derrame su gracia sobre vosotros.
Es interesante (v. 7 y 8). Dios guarda/vigila nuestros pensamientos. Y hemos de cuidar nosotros los pensamientos. "Pensad en..."
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