Hemos puenteado 2 capítulos para unir el tema de la vida familiar cristiana, desde el matrimonio hasta los esclavos. Para entender las diferentes funciones, hay una frase muy importante que hemos visto en Gálatas 3:28, que No hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay hombre ni mujer; porque todos sois uno en Cristo Jesús. También en Colosenses 3:11, no hay distinción. Nos puede resultar difícil reconocer que todos somos iguales cuando hay que practicar la sumisión y la obediencia. ¿Cómo puede un esclavo ser igual a su amo? Eso se aclara fácilmente cuando vemos una cosa: en esta vida hay muchas desigualdades humanas; pero esto no es el final. Estamos en el tiempo de prueba. Todo lo que hacemos en este cuerpo (2 Corintios 5) se va a repasar en el juicio final. Seremos evaluados según nuestra fidelidad en lo que Dios nos asignó. Y así recibiremos el premio.
¿Has visto la intención de Dios (v 5:27)? Una iglesia gloriosa, sin mancha ni arruga ... sino santificada y perfecta. Entonces veremos lo que ha producido nuestra nueva naturaleza, nuestro ADN, un resultado grande si hemos sido fieles, o reducido si hemos sido negligentes.
No somos sólo familia, sino también ejército. Esta versión (Dios Habla Hoy) modifica el vocabulario en los vss 13-17 pero puedes ver en el dibujo los 6 elementos que Pablo pudo observar en los soldados romanos que le vigilaban en la cárcel. Para mí hay un séptimo elemento, que relaciono con un arco y flechas. Es la oración (v 18). Es de largo alcance, tanto en el tiempo como en la distancia.
Vengo pensando mucho en el calzado, que representa nuestra eficacia en la evangelización. Se supone que en tiempos normales el soldado dormía descalzo. Cada mañana tenía que liarse el calzado. Sin eso no estaba preparado para la guerra. Me corresponde también cada mañana pensar en personas con las que tendré contacto, sea presencialmente o en llamadas. Debo tener un pensamiento para compartir con estas personas, y si no se han comprometido con Cristo, tener preparado algo que les atraerá hacia Cristo. ¡Cada mañana! para no salir descalzo. Tenemos el mismo privilegio que Pablo (Efesios 3:8), de anunciar la buena noticia de las incontables riquezas de Cristo.
La vida familiar del cristiano
1. Los cónyuges
5:21- Someteos
los unos a los otros por reverencia a Cristo.
22- Mujeres,
estad sujetas a vuestros maridos como al Señor, 23- porque el marido es cabeza
de la mujer, como Cristo es cabeza de la iglesia. Cristo es también el Salvador
de la iglesia, que es su cuerpo; 24- y así como la iglesia está sujeta a
Cristo, así también las mujeres deben estar en todo sujetas a sus maridos.
25- Maridos,
amad a vuestras mujeres, como Cristo amó a la iglesia y dio su vida por ella. 26-
Esto lo hizo para santificarla, purificándola con el baño del agua acompañado
de la palabra 27- para presentársela a sí mismo como una iglesia gloriosa, sin
mancha ni arruga ni nada parecido, sino santificada y perfecta. 28- Así como el
marido ama su propio cuerpo, así debe amar también a su mujer. El que ama a su
mujer se ama a sí mismo. 29- Porque nadie odia su propio cuerpo, sino que lo
alimenta y lo cuida, como Cristo hace con la iglesia, 30- porque ella es su
cuerpo. Y nosotros somos parte de ese cuerpo.
31- Por
eso, el hombre dejará a su padre y a su madre para unirse a su mujer, y los dos
serán como una sola persona. 32- Aquí se muestra la grandeza del designio
secreto de Dios, un designio que yo estoy refiriendo a Cristo y a la iglesia. 33-
En todo caso, que cada uno de vosotros ame a su mujer como a sí mismo, y que la
mujer respete al marido.
2. Hijos y padres
6:1- Hijos,
obedeced a vuestros padres por amor al Señor, porque esto es justo. 2- El
primer mandamiento que contiene una promesa es: “Honra a tu padre y a tu madre,
3- para que seas feliz y vivas una larga vida en la tierra.” 4- Y vosotros,
padres, no irritéis a vuestros hijos, sino criadlos con disciplina e
instruidlos en el amor al Señor.
3. Esclavos y amos
5- Esclavos,
obedeced a quienes aquí en la tierra son vuestros amos. Hacedlo con respeto,
temor y sinceridad, como si estuvierais sirviendo a Cristo. 6- Servidles, no
solo cuando os están mirando, para quedar bien con ellos, sino como siervos de
Cristo, haciendo de todo corazón la voluntad de Dios. 7- Cumplid con vuestro
trabajo de buena gana, como un servicio al Señor y no a los hombres. 8- Pues ya
sabéis que cada uno, sea esclavo o libre, recibirá del Señor según lo que haya
hecho de bueno.
9- Y
vosotros, amos, portaos del mismo modo con vuestros esclavos, sin amenazas.
Recordad que, tanto vosotros como ellos, estáis sujetos al Señor que está en el
cielo, y que él no hace diferencia entre una persona y otra.
El combate espiritual del
cristiano
10- Ahora,
hermanos, fortaleceos en vuestra unión con el Señor y su fuerza poderosa. 11- Protegeos
con toda la armadura que habéis recibido de Dios, para que podáis manteneros
firmes contra los engaños del diablo. 12- Porque no estamos luchando contra
gente de carne y hueso, sino contra malignas fuerzas espirituales del cielo,
que tienen mando, autoridad y dominio sobre este mundo lleno de oscuridad. 13- Por
eso, tomad toda la armadura que habéis recibido de Dios, para que podáis
resistir en el día malo y, después de haberos preparado bien, manteneros
firmes. 14- Así
que manteneos firmes, revestidos de la verdad y protegidos por la rectitud. 15-
Estad siempre listos para salir a anunciar el mensaje de la paz. 16- Sobre
todo, que vuestra fe sea el escudo que os libre de las flechas encendidas del
maligno; 17- que la salvación sea el casco que proteja vuestra cabeza, y que la
palabra de Dios sea la espada que os da el Espíritu Santo.
18- No
dejéis de orar: rogad y pedid a Dios siempre, guiados por el Espíritu.
Permaneced alerta, sin desanimaros, y orad por todo el pueblo santo. 19- Orad
también por mí, para que Dios me dé las palabras que debo decir, y para que
pueda hablar con valor y dar así a conocer el designio secreto de Dios
contenido en el evangelio. 20- Dios me ha enviado como embajador de este
mensaje por el cual ahora estoy preso. Orad para que yo hable de él sin temor
alguno.
Despedida
21- Tíquico,
nuestro querido hermano y fiel ayudante en la obra del Señor, os llevará todas
las noticias que se refieren a mí y a lo que estoy haciendo. 22- Por eso os lo
envío, para que os diga cómo estamos y para que, de esa manera, os anime.
23- Que
Dios el Padre, y el Señor Jesucristo, os den a los hermanos paz y amor, con fe;
24- y que den su gracia a todos los que aman a nuestro Señor Jesucristo con un
amor inalterable.
Lo que comentas en cuanto al calzado del soldado va con lo que tengo pensado compartir en nuestra reunión virtual, que me tocan los versículos 17 y 18 del capítulo 4. Que no vivamos como los que no tienen a Cristo que andan en confusion y oscuridad. Además de no vivir como ellos es para tenerles compasión y estar siempre preparados para compartir el evangelio con ellos
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