domingo, 3 de mayo de 2020

No hay excusa (Colosenses 3)


Cuando Dios dijo a Adán, si comes de ese fruto morirás ¿en qué manera esa advertencia se cumplió? Físicamente, Adán seguía vivo pero por dentro hubo un cambio muy serio. Hubo una separación de Dios, la muerte espiritual.

Cuando Dios te dice a ti, Tú has resucitado con Cristo (v 1), esa garantía es igual de cierta. Has sido liberado de la maldición que le pasó a Adán, y tienes acceso al soplo divino de Dios, a tu nuevo ADN. La ventaja de haber sido incluido en la muerte de Jesús (2:20 y 3:3) es que también experimentas su resurrección. ¡Si eso no es motivo de enorme alegría, yo no sé qué es! A Adán a lo mejor no se veía una diferencia en su exterior pero por dentro había cambiado totalmente. También tu cambio es total.

Hay que reconocer que como niños pequeños caemos. Pero los niños se levantan y aprenden. ¿En qué forma nos levantamos cuando nuestra vida no se ha ajustado a nuestra nueva naturaleza? Confesando nuestra desobediencia y recibiendo perdón. Ese perdón restaura el contacto con Dios que da fuerzas para renovar la lucha. Es algo que no tiene caducidad. No hay excusa por seguir caídos.

Hay muchas cosas más en este capítulo, y algunos os habéis propuesto aprenderlo de memoria. Haz una inversión para la eternidad. Medita profundamente en este texto. Aquí te pongo una lista abreviada de su contenido.


Cosas hechas ácido desoxirribonucleico o bien, Acceso a la Divina Naturaleza
Vs
Por hacer (es decir, nuestro ADN, Acción que Demuestra nuestra Naturaliza)
Vs
Nuestra resurrección
1
Buscad las cosas de arriba
1
Hemos muerto y nuestra vida está escondida con Cristo en Dios
3
Poner la mira en las cosas de arriba
2
Seremos manifestados con él
4
Considerar los miembros de nuestro cuerpo como muertos a las tentaciones
5
Nos hemos vestido del nuevo hombre que se va renovando.
10
Desechar una serie de actitudes
8


No mentir
9


Revestirnos de ciertas actividades
12


Tener paciencia y perdonar
13


Sobre todo, vestirnos de amor
14


Instruir y animarse unos a otros
16


Todo lo que hacemos representa a Jesús
17


Una función concreta para cada persona
18-22
Y, mas cosas hay en los otros capítulos




3:1- Por lo tanto, ya que habéis sido resucitados con Cristo, buscad las cosas del cielo, donde está Cristo sentado a la derecha de Dios.  2- Pensad en las cosas del cielo, no en las de la tierra.  3- Pues vosotros habéis muerto,  y ahora vuestra vida está escondida con Cristo en Dios.  4-  Cristo es vuestra vida.  Cuando él aparezca, vosotros también apareceréis con él y tendréis parte en su gloria.

La nueva personalidad en Cristo 

5-  Haced morir, pues, todo lo que de terrenal hay en vosotros: que nadie cometa inmoralidades sexuales, ni haga cosas impuras, ni siga sus pasiones y malos deseos, ni sea avaro,  que es una forma de idolatría.   6- Estas cosas, por las que viene el terrible castigo de Dios sobre quienes no le obedecen,   7- son las que hacíais en vuestra vida pasada.  8- Pero ahora dejad todo eso: el enojo, la pasión, la maldad, los insultos y las palabras indecentes.   

9- No os mintáis unos a otros,  puesto que ya os habéis librado de vuestra vieja naturaleza y de las cosas que antes hacíais,  10- y os habéis revestido de la nueva naturaleza:  la del nuevo hombre, que se va a imagen de Dios, su Creador,  para llegar a conocerlo plenamente. 

11- Ya no tiene importancia el ser griego o judío, el estar circuncidado o no estarlo, el ser extranjero, inculto, esclavo o libre;  lo que importa es que Cristo es todo y está en todos.  12- Dios os ama y os ha escogido para que pertenezcáis a su pueblo. Vivid, pues, revestidos de verdadera compasión, bondad, humildad, mansedumbre y paciencia.   13- Tened paciencia unos con otros y perdonaos si alguno tiene una queja contra otro.  Así como el Señor os perdonó, perdonad también vosotros. 

14-  Sobre todo revestíos de amor, que es el perfecto lazo de unión.  15- Y que la paz de Cristo  dirija vuestros corazones, porque con este propósito os llamó Dios a formar un solo cuerpo. Y sed agradecidos.  16- Que el mensaje de Cristo esté siempre presente en vuestro corazón. Instruíos y animaos unos a otros con toda sabiduría. Con profunda gratitud cantad a Dios salmos, himnos y cánticos espirituales.   17- Y todo lo que hagáis o digáis, hacedlo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él.

La conducta de la familia cristiana   

18- Mujeres, someteos a vuestros maridos, pues ese es vuestro deber como creyentes en el Señor.  19- Maridos, amad a vuestras mujeres y no las tratéis con aspereza.   20- Hijos, obedeced en todo a vuestros padres, porque esto agrada al Señor.  21- Padres, no irritéis a vuestros hijos, para que no se desanimen.   22- Esclavos,  obedeced en todo a quienes aquí en la tierra son vuestros amos; y no solamente cuando os estén mirando, para quedar bien con ellos, sino con corazón sincero, por temor al Señor. 

23- Todo lo que hagáis, hacedlo de buena gana, como si estuvierais sirviendo al Señor y no a los hombres.  24- Ya sabéis que, como recompensa, el Señor os dará parte en la herencia, porque vosotros servís  a Cristo, que es vuestro verdadero Señor.   25- Pero quien hace lo malo recibirá el pago del mal que ha hecho, porque Dios juzga con imparcialidad.

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