lunes, 4 de mayo de 2020

Cómo no perder el tiempo (Colosenses 4)


El primer versículo realmente pertenece al capítulo anterior, donde hay instrucciones para los diferentes grupos de personas. Los amos tendrán que dar cuentas al Señor.

Para no perder el tiempo y portarnos prudentemente (v 5; sabiamente, en otras versiones),
A. Cuando estamos solos, sin acompañar, mantenernos constantes en la oración (v 2). Incluso en nuestro trabajo el perder el contacto con el Señor hace que perdamos tiempo. Siempre alerta contra distracciones. Y siempre agradecidos (que significa que no tenemos una actitud de queja). Orad sin cesar (1 Tesalonicenses 5:17). Velad, en todo tiempo orando (Lucas 21:36). Orando en todo tiempo (Efesios 6:18). Pablo les da un tema urgente para sus oraciones (v 4), que él sea un buen mensajero para Cristo, lo mismo que pide en Efesios 6:19, que me sea dada palabra al abrir mi boca, a fin de dar a conocer sin temor el misterio del evangelio.
B. Cuando estamos con los no creyentes (v 5), literalmente, los que están fuera. ¿Qué es lo que más deseamos para los que están fuera? ¡Que estén dentro! Todo el bien que les podemos hacer se perderá si ellos pierden sus almas. Por eso Pablo dice, conociendo el temor del Señor, persuadimos a los hombres (2 Corintios 5:11). Cuando hemos estado con alguien podemos preguntar ¿me he portado prudentemente y he aprovechado bien el tiempo? Prudentes y no plastas. Proverbios 18:2  El necio no tiene deseos de aprender; sólo le importa presumir de lo que sabe.

Si estamos en contacto con el Señor cuando estamos en contacto con los de afuera nuestro deseo será lo del v 6, saber cómo contestar a cada uno.

C. Cuando estamos con creyentes, que no menciona Pablo aquí concretamente, pero nos ha dado muchas pistas en el capítulo anterior: Instruíos y animaos unos a otros con toda sabiduría (3:16). También podemos preguntarnos después de estar con algún hermano, ¿Mis palabras han sido siempre con gracia y buen gusto (4:6).

Me dan cierta envidia los versículos 7-12. Entre estos saludos encontramos unos ocho que acompañan a Pablo, que le han servido de gran consuelo (v 11). Quisiera ser más como él, para merecer los compañeros que él tuvo.


4:1- Amos, sed justos y razonables con vuestros esclavos.  Acordaos de que también vosotros tenéis que responder ante un Señor que está en el cielo.

Recomendaciones generales 

2- Manteneos constantes en la oración,  siempre alerta y dando gracias a Dios.  3- Orad también por nosotros, a fin de que el Señor nos abra una puerta para predicar el mensaje y anunciar el designio secreto  de Cristo, por lo cual estoy preso.   4- Orad para que yo lo dé a conocer tan claramente como debo hacerlo.   5- Portaos prudentemente con los no creyentes y aprovechad bien el tiempo.   6- Vuestra conversación debe ser siempre agradable y de buen gusto, y debéis saber también cómo contestar a cada uno.

Despedida 

7- Nuestro querido hermano Tíquico,  que ha sido un fiel ayudante y que ha servido al Señor conmigo, os llevará noticias mías.  8- Por esto os lo envío, para que os diga cómo estamos  y os anime.   9-  Con él va también Onésimo,  nuestro querido y fiel hermano, que es uno de los vuestros. Ellos os contarán todo lo que pasa por aquí.  10- Aristarco,  mi compañero de cárcel, os manda saludos; y también Marcos,  el primo de Bernabé. Ya tenéis instrucciones respecto a Marcos; si va a visitaros, recibidle bien.  11- También os saluda Jesús, al que llaman el Justo.  Estos son los únicos entre los creyentes judíos que han trabajado conmigo por el reino de Dios, y han sido un gran consuelo para mí. 

12- Os manda saludos Epafras,  un siervo de Cristo Jesús; él es uno de los vuestros, y siempre está rogando por vosotros en oración, para que os mantengáis firmes y totalmente entregados a hacer la voluntad de Dios.  13- Soy testigo de lo mucho que Epafras se preocupa por vosotros y por los que están en Laodicea y en Hierápolis.  14- Lucas,  el médico amado, os saluda, y también Demas.   

15- Saludad a los hermanos que están en Laodicea. Saludad también a Ninfa y a la congregación que se reúne en su casa.   16- Una vez leída esta carta, enviadla a la iglesia de Laodicea, para que también allí la lean; y por vuestra parte, leed la carta que os llegue de allá.   17- Decid a Arquipo:  “Procura cumplir bien el servicio que el Señor te ha encomendado.”  18- Yo, Pablo, os escribo este saludo de mi propio puño y letra.  Recordad que estoy preso. Que Dios derrame su gracia sobre vosotros.

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