jueves, 7 de mayo de 2020

¿Para qué hacemos lo que hacemos? (1 Tesalonicenses 2)


Una vez en el norte de Canadá fui a conocer a un pastor de iglesia, que era considerado como uno de los líderes en la ciudad. Lo encontré en una obra de construcción con un martillo en la mano. Ahora me doy cuenta que en eso se parecía al apóstol Pablo. Una parte de su estrategia en la evangelización era ser uno más entre una congregación de obreros. 




1. El trabajo de Pablo en Tesalónica

Recuerdos

2:1- Hermanos, bien sabéis que la visita que os hicimos no fue en vano. 2- Aunque, como también sabéis, antes habíamos sido insultados y maltratados en Filipos, Dios nos ayudó a anunciaros su evangelio con todo valor y en medio de una fuerte lucha. 3- No estábamos equivocados en lo que predicábamos, ni tampoco hablábamos con mala intención ni con el propósito de engañar a nadie. 4- Al contrario, Dios nos aprobó y nos confió el evangelio, y así es como hablamos. No tratamos de agradar a la gente, sino a Dios, que examina nuestros corazones.

5- Como sabéis, nunca os hemos halagado con bellas palabras ni nos hemos valido de pretextos para ganar dinero. Dios es testigo de ello. 6- Nunca hemos buscado honores de nadie: ni de vosotros ni de los demás. 7- Muy bien podríamos haberos hecho sentir el peso de nuestra autoridad como apóstoles de Cristo; en cambio, fuimos como niños entre vosotros. Como una madre que cría y cuida a sus hijos, 8- así también os tenemos tanto cariño que hubiéramos deseado daros, no solo el evangelio de Dios, sino hasta nuestras propias vidas. ¡Tanto hemos llegado a quereros!
Bible Drive-Thru: Tentmakers
Pablo en su oficio,
fabricante de tiendas
9- Hermanos, acordaos de cómo trabajábamos y luchábamos para ganarnos la vida. Trabajábamos día y noche a fin de no ser una carga para ninguno de vosotros, y entre tanto os anunciábamos el evangelio de Dios. 10- Testigos sois, y Dios también, de que nos hemos portado limpia, recta e irreprochablemente con vosotros los creyentes. 11,12- También sabéis que os hemos animado y consolado a cada uno de vosotros, como hace un padre con sus hijos. Os hemos encargado que os portéis como deben hacerlo quienes pertenecen a Dios, el cual os ha llamado a tener parte en su propio reino y gloria. 13- Por esto damos siempre gracias a Dios, pues cuando escuchasteis el mensaje de Dios que os predicamos, lo recibisteis realmente como mensaje de Dios y no como mensaje de hombres. Y en verdad es el mensaje de Dios, que actúa con eficacia en vosotros los creyentes.

14- Hermanos, cuando sufristeis persecución a manos de vuestros paisanos, os sucedió lo mismo que a las iglesias de Dios que están en Judea y que son de Cristo Jesús, pues también ellos fueron perseguidos por sus paisanos los judíos. 15- Estos judíos mataron al Señor Jesús, como antes habían matado a los profetas, y nos echaron fuera a nosotros. No agradan a Dios y están en contra de todos, 16- pues cuando queremos hablar a los que no son judíos, para que también se salven, nos lo impiden. De esta manera han llenado la medida de sus pecados. Pero ahora, por fin, el terrible castigo de Dios ha venido sobre ellos.

Parece que cuando dice ahora está pensando en el regreso de Jesús para castigar, como sigue explicando en 2 Tesalonicenses 1:8

Deseos de una nueva visita

17- Hermanos, durante este corto tiempo que hemos estado separados, aunque no os veíamos os teníamos siempre presentes en nuestro corazón y deseábamos ir a veros. 18- Intentamos ir; por lo menos yo, Pablo, quise hacerlo en varias ocasiones, pero Satanás nos lo impidió. 19- Pues ¿cuál es nuestra esperanza, nuestra alegría y la razón de que nos sintamos orgullosos? ¡Vosotros mismos lo seréis cuando regrese nuestro Señor Jesucristo! 20- Sí, vosotros sois nuestra gloria y nuestra alegría.

¿Alguna vez te has visto impedido por Satanás? Pablo, en varias ocasiones, planeaba hacer ese viaje de unos 10 días andando, obstaculizado cada vez por el diablo. Al fin recurre a esta carta de amor, de padre a sus hijos. Y su pensamiento sigue en el tema del regreso de Jesús. Realmente, el enfoque de todo lo que hacemos los cristianos es ese momento cuando aparezca Jesús y toda nuestra fatiga y fidelidad tendrá su recompensa. 

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