Ya llevamos 5 capítulos y Pablo sigue machacando esta advertencia. Pero ahora introduce otra linea de pensamiento, la fe y el fruto. Tenemos aquí un texto que todos deberíamos aprender de memoria, Gálatas 5:22-23, con su lista de 9 aspectos del fruto del Espíritu, que empieza con el amor, terminando con el dominio propio. Cuando pusiste tu fe en Jesús, experimentaste un nuevo nacimiento, llegaste a ser hijo de Dios. Esa vida milagrosa es suficiente para reproducir en ti las cualidades de Jesús.
La llave de la luz sólo tiene 2 posiciones, on y off. No se puede combinar las 2. ¿Por qué muchos cristianos no reflejan la vida de Cristo? En muchos casos es por intentar ser buenos sin estar enchufados en la luz. Como el sarmiento que se ha separado de la cepa.
Hay que desarrollar esa fe inicial que nos conectó con el poder de Dios. Esa fe funciona en el ambiente del amor (v 6).
La fuente de todo es lo que Pablo llama el mensaje de la cruz (v 11). En la cruz se encuentra el poder para entrar en la vida de Jesús y vivir el amor de Jesús.
La libertad cristiana
5:1- Cristo nos liberó para que seamos libres. Por
lo tanto manteneos firmes en esa libertad y no os sometáis otra vez al yugo de
la esclavitud. 2- Escuchadme: Yo, Pablo, os digo que si os
sometéis al rito de la circuncisión, Cristo no os servirá de nada. 3-
Quiero, pues, repetir que todo aquel que se circuncida está obligado a
cumplir cuanto manda la ley de Moisés.
4- Vosotros, los que buscáis
quedar libres de culpa cumpliendo la ley, os habéis apartado de Cristo; os
habéis separado del amor de Dios.
5- Pero nosotros, por medio del Espíritu tenemos
la esperanza de alcanzar la justicia que está basada en la fe. 6-
Porque si estamos unidos a Cristo Jesús, de nada vale estar o no estar
circuncidados. Lo que realmente vale es tener fe y que esa fe nos haga vivir
con amor. 7- Vosotros marchabais bien. ¿Quién, pues, hizo
que dejarais de obedecer a la verdad? 8- No fue Dios, que os ha llamado. 9- Se
dice que “un poco de levadura hace fermentar toda la masa”, 10- y
yo tengo confianza en el Señor de que no vais a pensar de otro modo. Pero Dios
castigará a ese que os anda perturbando, quienquiera que sea.
11- Por lo que a mí respecta, hermanos, si
todavía insistiera en que los creyentes se circunciden, los judíos no me
perseguirían, ya que en ese caso el mensaje de la cruz de Cristo no los
ofendería. 12- En cuanto a esos que os andan perturbando,
¡ojalá se castren de una vez!
3. El uso de la libertad
El amor, resumen de
la ley
13- Hermanos, habéis sido llamados a ser libres.
Pero no uséis esta libertad para dar rienda suelta a vuestros instintos. Más
bien servíos por amor los unos a los otros.
14- Porque toda la ley se resume
en este solo mandamiento: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”. 15-
Tened cuidado, porque si os mordéis y coméis unos a otros llegaréis a
destruiros mutuamente.
La vida conforme al
Espíritu de Dios
16- Por lo tanto, digo: Vivid según el Espíritu y
no busquéis satisfacer vuestros malos deseos.
17- Porque los malos deseos están
en contra del Espíritu, y el Espíritu está en contra de los malos deseos. El
uno está en contra de los otros y por eso no podéis hacer lo que
quisierais. 18- Pero si os guía el Espíritu, entonces ya no
estaréis sometidos a la ley.
19- Es fácil descubrir cómo se portan quienes
siguen los malos deseos: cometen inmoralidades sexuales, hacen cosas impuras y
viciosas, 20- adoran ídolos y practican la brujería.
Mantienen odios, discordias y celos. Se irritan fácilmente, provocan
rivalidades, divisiones y partidismos.
21- Son envidiosos, borrachos,
glotones y otras cosas por el estilo. Os advierto, como ya antes lo hice, que
quienes así se conducen no tendrán parte en el reino de Dios.
22- En cambio, el Espíritu da frutos de amor,
alegría y paz; de paciencia, amabilidad y bondad; de fidelidad, 23-
humildad y dominio propio. No hay ley que condene cosas como estas. 24- Y
los que son de Cristo Jesús han crucificado ya la naturaleza del hombre pecador
junto con sus pasiones y malos deseos.
25- Si ahora vivimos por el
Espíritu, dejemos también que el Espíritu nos guíe. 26- No
seamos orgullosos ni sembremos rivalidades y envidias entre nosotros.
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