Lo aclara en el v 6. Lo que yo entiendo es que antes (en tiempos del Antiguo Testamento) el pueblo de Dios era el pueblo judío, ubicado en su propia tierra, con la señal de la circuncisión. Los que querían conocer a Dios tenían que reconocer al Dios de los judíos y había provisión para que gente de otras naciones pudiera entrar con pleno derecho pasando por los mismos ritos. Pero cuando Dios empezó a preparar ese pueblo empezando con Abraham, le prometió que mediante ese pueblo iba a traer bendición a todas las naciones. Eso es lo que pasó cuando llegó Jesús y el mensajero designado para anunciarlo es Pablo.
Dios ya no distingue entre judíos y gentiles (ni tampoco entre gitanos y payos), ni canadienses y extremeños. Su luz ya brilla en todo el mundo mediante sus hijos de todas las razas, que componen el cuerpo de Cristo. ¡Qué grande es Dios!
No es tan complicado ¿verdad? Nos debe animar la garantía del v 4, leyendo podemos entender. Los creyentes de Éfeso no tenían estudios teológicos, ni maestros preparados en algún seminario. Pero podían entender. ¿Te acuerdas de nuestro nuevo término que inventamos en el capítulo 1, la artología, que es aprovechar el alimento de la Palabra, comiendo. Es decir, leyendo, como dice Pablo aquí, y meditando. Así te abres a que el Espíritu de Dios te revele lo que está diciendo en el texto (cuidando siempre de discernir entre tu propia imaginación y la voz de Dios, que nunca contradice lo que ya está escrito).
Pablo comienza este capítulo diciendo "Por esta razón", vinculando así la enseñanza con la del capítulo anterior. Pero antes de llegar a lo que tenía pensado, nos da esta explicación sobre el misterio, para retomar en el v 14 lo que estaba pensando. Por esta razón, por causa de la grandeza de Dios y su propio apostolado, Pablo se dedica a la oración. Puedes insertar en esta oración el nombre de la persona por la que estás intercediendo: Padre, te pido que a -------- le des por tu gloriosa riqueza poder interior y fuerza por medio de tu Espíritu. Arráigalo en tu amor, etc.
Mensaje de Warren sobre Efesios 3:16
Misión de Pablo en la iglesia
3:1- Por
esta razón, yo, Pablo, estoy preso por causa de Cristo Jesús para bien de los
que no sois judíos. 2- Pues sin duda ya sabéis que Dios, en su bondad, me ha
confiado esta tarea en vuestro favor. 3- Dios me reveló su designio secreto: me
lo dio a conocer, como ya os he escrito brevemente. 4- Leyendo mi carta podréis
daros cuenta de que conozco el designio secreto de Cristo, 5- designio que no
fue dado a conocer a nadie en otros tiempos, pero que ahora Dios ha revelado a
sus santos apóstoles y profetas por medio de su Espíritu.
6- Tal
designio secreto consiste en que los no judíos reciben mediante el evangelio la
misma herencia que los judíos, pues son miembros del mismo cuerpo y tienen
parte en la misma promesa que Dios hizo en Cristo Jesús. 7- Yo, sin merecerlo,
he sido puesto al servicio de este mensaje por la acción poderosa de Dios. 8- Yo
soy menos que el más pequeño de todos los que pertenecen al pueblo santo, pero
él me ha concedido este privilegio de anunciar a los no judíos la buena noticia
de las incontables riquezas de Cristo.
9- Me ha
encargado que haga ver a todos cuál es ese designio que Dios, creador de todas
las cosas, mantuvo siempre en secreto. 10- Lo cual fue así para que ahora, por
medio de la iglesia, todos los poderes y autoridades del cielo lleguen a
conocer la sabiduría de Dios en todas sus formas. 11- Dios hizo esto de acuerdo
con el propósito eterno que llevó a cabo en Cristo Jesús, nuestro Señor, 12- en
quien tenemos libertad para acercarnos a Dios con la confianza que nos da
nuestra fe en él. 13- Por eso os ruego que no os desaniméis por lo que estoy
sufriendo por vosotros, porque esto, para vosotros, es más bien un honor.
Oración y alabanza
a Dios
14- Por
esta razón me pongo de rodillas delante del Padre, 15- de quien recibe su
nombre toda familia, tanto en el cielo como en la tierra. 16- Y le pido que de
su gloriosa riqueza os dé interiormente poder y fuerza por medio del Espíritu
de Dios, 17- y que Cristo viva en vuestro corazón por la fe. Así, firmes y
profundamente enraizados en el amor, 18- podréis comprender con todos los
creyentes cuán ancho, largo, profundo y alto es el amor de Cristo. 19- Le pido,
pues, que os dé a conocer ese amor, el cual es mucho más grande que cuanto
podemos conocer. Así estaréis totalmente llenos de Dios.
20- Y
ahora, gloria sea a Dios, que tiene poder para hacer muchísimo más de lo que
nosotros pedimos o pensamos, por medio de su poder que actúa en nosotros. 21- ¡Gloria
a Dios en la iglesia y en Cristo Jesús, por todos los siglos y para siempre!
Amén.
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