La iglesia en Corinto debe su existencia a la visita que hizo Pablo allí 5 años atrás (Hechos 18:1). Su intención fue reunir y enseñar a todos los que respondían al Evangelio y prepararles para ser la luz de Dios en esa ciudad. Le vemos aquí en los capítulos 11 y 12 de 2 Corintios afirmando que los ha apartado para Jesús (v 2).
¡Qué inconstantes y volubles somos los seres humanos! Pablo, en su dolor al verles apartarse de la sencilla verdad que él enseñó, llama superapóstoles (o eminentes apóstoles) en tono de sarcasmo a los predicadores falsos que están intentando hacerse del rebaño e incluso hacer algo que él nunca hacía, cobrar sus servicios. ¡Y sintiéndose casi impotente les cuenta cosas que él llama locura! A Pablo no le gusta presumir pero le han obligado.
¿Sientes la frustración de este hombre de Dios, que se ha desvivido para que haya una iglesia en Corinto, y ahora al rechazarle están en peligro de rechazar la enseñanza básica del Evangelio.
El
desinterés de Pablo
11:1- ¡Ojalá me
soportarais un poco de locura! Como quiera que sea, soportadme. 2- Porque el
celo que siento por vosotros es un celo que viene de Dios. Yo os he
comprometido en casamiento con un solo esposo, Cristo, y quiero presentaros
ante él puros como una virgen. 3- Pero temo que, así como la serpiente engañó
con su astucia a Eva, también vosotros os dejéis engañar y que vuestros
pensamientos se aparten de la devoción pura y sincera a Cristo.
4- Con gusto soportáis a
cualquiera que os llega hablando de un Jesús diferente del que os hemos
predicado, y aceptáis de buen grado un espíritu diferente del Espíritu que ya
habéis recibido y un evangelio diferente del que ya habéis aceptado. 5- Pues
bien, yo no me siento inferior en nada a esos superapóstoles a quienes seguís. 6-
Aunque sea torpe en mi manera de hablar, no lo soy en cuanto a conocimientos.
Esto os lo hemos demostrado siempre y en todas las ocasiones.
7- ¿Será que hice mal en
predicaros el evangelio de Dios sin cobraros nada, humillándome yo para
enalteceros a vosotros? 8- Les he quitado el dinero a otras iglesias al aceptar
que ellas me pagaran para poder serviros. 9- Y cuando, estando entre vosotros,
necesité alguna cosa, nunca fui una carga para ninguno, pues los hermanos que
llegaron de Macedonia me dieron lo que necesitaba. Procuré no ser una carga
para vosotros, y así seguiré haciéndolo.
10- Tan seguro estoy de
que conozco la verdad de Cristo, como de que nadie me va a quitar este motivo
de orgullo en toda la región de Acaya. 11- ¿Por qué hablo así? ¿Será porque no
os quiero? ¡Dios sabe que sí os quiero! 12- Pero voy a seguir haciendo lo que
hago, a fin de no dar oportunidad a esos que andan buscando pretexto para tener
un orgullo como el nuestro; 13- pues no son más que falsos apóstoles y
engañadores que se disfrazan de apóstoles de Cristo. 14- Lo cual no es nada
raro, ya que el propio Satanás se disfraza de ángel de luz; 15- por eso resulta
muy natural que sus servidores también se disfracen de defensores de la
justicia. ¡Pero terminarán como sus hechos merecen!
Pablo
tiene motivos para gloriarse
16- Os lo repito: que
nadie piense que estoy loco. Ahora bien, si así lo pensáis, dejadme que os
hable como un loco para que también yo tenga algo de qué gloriarme. 17- Esto de
gloriarme no lo digo con autorización del Señor, sino como un loco. 18- ¡Puesto
que tantos se glorían de sus propios méritos, también yo voy a gloriarme!
19- Vosotros sois muy
sabios, pero soportáis de buena gana a los locos. 20- Y soportáis también a los
que os obligan a servir, que os explotan, os engañan, os tratan con desprecio y
os golpean en la cara. 21- Aunque me avergüenza decirlo, ¡nosotros fuimos
demasiado débiles para portarnos así!
Pero si los otros se
atreven a jactarse, también yo me atreveré (digo esto como una locura). 22- ¿Que
son hebreos? Yo también. ¿Que son israelitas? Yo también. ¿Que son
descendientes de Abraham? Yo también. 23- ¿Que son siervos de Cristo? Pues yo
lo soy más que ellos, aunque al decir esto estoy hablando como un loco. He
trabajado más que ellos, me han encarcelado más veces que a ellos, he sido
azotado más que ellos y muchas veces he estado en peligro de muerte. 24- En
cinco ocasiones me castigaron los judíos con los treinta y nueve azotes. 25- Tres
veces me apalearon y una me apedrearon. En tres ocasiones se hundió el barco en
que viajaba, y en trance de ahogarme pasé una noche y un día en alta mar.
26- He
viajado mucho, y me he visto en peligros de ríos, en peligros de ladrones y en
peligros entre mis paisanos y entre los extranjeros. También me he visto en
peligros en la ciudad, en el campo y en el mar, y en peligros entre falsos
hermanos. 27- He pasado trabajos y dificultades; muchas veces me he quedado sin
dormir; he padecido hambre y sed; a menudo no he comido, y he sufrido por el
frío y la desnudez.
28- Además de estas y
otras cosas, cada día pesa sobre mí la preocupación por todas las iglesias. 29-
Si alguien enferma, también yo enfermo; y si hacen caer a alguno, yo me
indigno. 30- Si hay que gloriarse de algo, me gloriaré de las cosas que
demuestran mi debilidad. 31- El Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que
es digno de alabanza por siempre, sabe que digo la verdad. 32- Cuando estuve en
Damasco, el gobernador que servía al rey Aretas puso guardias a las puertas de
la ciudad, para que me prendieran; 33- pero hubo quienes me bajaron en un
canasto por una ventana de la muralla de la ciudad, y así escapé de las manos
de aquellos.
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