miércoles, 15 de abril de 2020

Una iglesia que rechaza el Evangelio (Gálatas 1)


Acabamos de leer las cartas a los corintios, donde Pablo trata con una iglesia que tiene un montón de problemas. En esta carta a los gálatas, escrita probablemente un poco después, hay un gran problema principal, que si no se resuelve en seguida, puede hundir una iglesia entera. ¡Pobre Pablo otra vez!

¿Qué es este desvío tan grande? Se nota la urgencia en el estilo del apóstol. Sin rodeos (v 6) les acusa de haberse apartado de Dios. Al elegir otro evangelio han desechado el mensaje de salvación que recibieron originalmente.

¿Y Por qué Pablo, antes de definir el problema, que va a ser el tema de esta epístola, decide primero contar la historia de su vida? Estoy viendo algo paralelo a lo que pasaba en Corinto: los falsos maestros han conseguido desprestigiar al fundador porque su intención no es ayudar a los creyentes a crecer, sino hacerse los dueños de la iglesia. Por eso Pablo, otra vez, tiene que restablecer su autoridad.

Así que, antes de entrar en detalles, nos conviene echar un vistazo a la epístola entera. Hay una palabra que destaca, circuncisión. Ese rito de iniciación en el pueblo judío es algo que Pablo no incluye en su enseñanza. Él entiende que no hay que hacerse judío como paso previo a creer en Cristo. La circuncisión para los judíos es una insignia de honor, "somos el pueblo escogido, los hijos de Abraham".

Así que Pablo aquí en el primer capítulo presenta su pedigrí, "Lo que estáis anhelando, yo lo tenía, y en mayor grado, y os aseguro que lo único que vale es la fe en Cristo. Si pensáis que hay volver a la ley de Moisés, estáis rechazando la gracia de Dios."

Este mensaje tiene un vínculo directo con el capítulo 15 de Hechos, donde Pablo luchó por conseguir de los apóstoles la confirmación de que no hay que hacerse judío para ser cristiano. ¿Y qué tiene que ver este mensaje con la iglesia del siglo 21? Nos permite un gran alivio, sabiendo que Dios nos salva por su bondad, no por ninguna cosa que hacemos. Esto lo veremos en los capítulos restantes.


INTRODUCCIÓN
Saludo

1:1- Pablo, apóstol, no enviado ni designado por los hombres, sino por Jesucristo mismo y por Dios Padre que le resucitó de los muertos,  2-  junto con todos los hermanos que están conmigo, a las iglesias de la provincia de Galacia.  3-  Que Dios nuestro Padre y el Señor Jesucristo derramen su gracia y su paz sobre vosotros.  4-  Jesucristo se entregó a la muerte por nuestros pecados, para librarnos del presente mundo perverso, conforme a la voluntad de nuestro Dios y Padre.  5-  ¡Gloria a Dios para siempre! Amén.

No hay otro evangelio 

6-  Estoy muy sorprendido de que tan pronto os hayáis alejado de Dios, que os llamó por el amor de Cristo, y os hayáis pasado a otro evangelio.  7-  En realidad no es que haya otro evangelio, pero sucede que algunos os están perturbando y quieren trastornar el evangelio de Cristo.  8-  Pero si alguien (sea yo mismo o un ángel del cielo) os anuncia un evangelio distinto del que os hemos anunciado, ¡caiga bajo maldición!  9-  Lo he dicho y lo repito: si alguien os anuncia otro evangelio del que ya recibisteis, caiga bajo maldición.

1. El evangelio anunciado por Pablo

Pablo lo recibió de Jesucristo 

10-  No busco la aprobación de los hombres, sino la aprobación de Dios. No pretendo quedar bien con los hombres. ¡Si pretendiera quedar bien con los hombres, ya no sería siervo de Cristo! 11-  Sabed esto, hermanos: el evangelio que yo anuncio no es una idea humana.  12-  No lo recibí ni lo aprendí de hombre alguno, sino que Jesucristo mismo me lo dio a conocer.

Cómo llegó Pablo a ser apóstol 

13-  Ya habréis oído decir que yo, en otro tiempo, cuando pertenecía al judaísmo, perseguí con violencia a la iglesia de Dios y procuré destruirla.  14-  En el judaísmo estaba yo más adelantado que muchos de mis paisanos de mi misma edad, porque era mucho más estricto en guardar las tradiciones de mis antepasados. 

15-  Pero Dios me escogió desde antes de nacer, y por su mucho amor me llamó. Cuando quiso,  16-  me hizo conocer a su Hijo, para que yo anunciara su evangelio entre los no judíos. Y no fui entonces a consultar con nadie,  17-  ni tampoco fui a Jerusalén a ver a los que eran apóstoles antes que yo. Al contrario, me dirigí sin tardanza a la región de Arabia y luego regresé a Damasco.

Relaciones de Pablo con los otros apóstoles 

18-  Tres años más tarde fui a Jerusalén para conocer a Cefas, con quien estuve quince días;  19-  pero no vi a ningún otro apóstol, sino sólo a Santiago, el hermano del Señor.  20-  Os aseguro delante de Dios que esto que os escribo es la verdad.  21-  Después me dirigí a las regiones de Siria y Cilicia.  22-  En cambio, los hermanos de las iglesias de Cristo que están en Judea no me conocían personalmente.  23-  Solamente oían decir que “el que antes nos perseguía, anda ahora predicando el mensaje de fe que entonces quería destruir.”  24-  Y alababan a Dios por causa mía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario