sábado, 29 de noviembre de 2008

Hay que salir adelante

Los discípulos son ambiciosos. A veces parecen niños en sus discusiones sobre quién va a ser el mayor. Conocen la historia de David, de cómo empezó siendo pastor de unas pocas ovejas, para llegar a ser rey de todo el pueblo. Así va a pasar con Jesús quien ha sido anunciado por Juan Bautista como Mesías. Hay un discípulo que no es tan niño. Judas es introducido por Marcos desde el comienzo como el traidor (Marcos 3:19). Este hombre, el único que no es de Galilea, empezó también con sus ilusiones. En todos los movimientos políticos encontramos personas de tipo lapa, que no quieren servir, sino aprovechar. Probablemente Judas está ansioso del día cuando habrá mucha gente y un bote mucho más grande donde echar mano.

Judas no tiene fe. La Palabra de Jesús no ha prendido en su alma. El es de los que piensan, Al que tiene inteligencia todo le es posible. Cuando ve que Jesús pierde las oportunidades de aprovechar su popularidad, empieza a aumentar su riqueza personal con el dinero para los pobres. Ahora, utiliza su conocimiento de las costumbres de Jesús para aumentar considerablemente su riqueza. ¿Por qué esperar que se establezca el reinado del Mesías cuando puede verse él mismo encabezando un grupo importante? Vino Judas, que era uno de los doce, y con él mucha gente (Marcos 14:43). Su sutileza ha dado al idioma la expresión, El Beso de Judas.
Jesús, más que nunca, parece un perdedor. No parece posible el cumplimiento de ninguna de sus profecías. Pero la fe ve más allá de cualquier circunstancia. A Jesús, sin gente, pero con fe, todo le es posible. Verá el fruto de la aflicción de su alma y quedará satisfecho (Isaías 53:11)
¿Salgo adelante como Judas o como Jesús?

Lectura de Marcos 14

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