Dios es puro, y es peligroso tratar de entrar en su presencia con contaminación. Ya no se utilizan ritos, porque todo eso se cumplió en Jesús, cuya sangre nos limpia de todo pecado cuando lo confesamos a Dios. Además, nuestra práctica de bendecirnos unos a otros con la Palabra de Dios como hacía Jesús, produce purificación (Juan 15:3).
En el capítulo 20 al pueblo le falta agua. No es necesario seguir leyendo para conocer su reacción. Sabemos lo que hacían ante cualquier problema. Conocemos su respuesta estándar. Textualmente se juntaron todos en protesta contra Moisés y Aarón. Y en este caso el perenne paciente Moisés se exaspera y hace lo que Dios no le mandó hacer. ¿Qué hizo? Y debido a este desliz el Señor le sentencia a quedar fuera de la tierra prometida. Dios es santo y puro, y no admite el menor desvío de sus instrucciones. Así que este castigo le cae a Moisés por no haber reconocido mi santidad en presencia de los hijos de Israel (Números 20:12, versión CEE2011).
Y en el C 21, si entendemos bien la cronología, Dios sí permitió a Moisés ver un anticipo de las victorias que iban a experimentar en la tierra prometida.
Y para no perder la costumbre la gente vuelve a ... Léelo en Números 21:4-9. Es una historia que usará luego Jesús para ilustrar lo que él va a hacer pro el pueblo.
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